miércoles, 11 de diciembre de 2013

Las cerealeras presionan al Gobierno para que abra las exportaciones de trigo


Le plantearon el problema al ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela. En los cálculos más optimistas, los embarques podrían inyectar unos 1.400 millones de dólares a las arcas del Banco Central .
Los cerealeros presionan al Gobierno para que libere las exportaciones de trigo, una medida que, en los cálculos más optimistas, podrían inyectar unos 1.400 millones a las arcas del Banco Central.
Por estos días el cereal comenzó a cosecharse e ingresa a los silos, pero la Casa Rosada no se quiere apurar a abrir la canilla exportadora para no repetir el papelón del último año. A fin de 2012, tan necesitado de dólares como ahora, Guillermo Moreno habilitó embarques por 5 millones de toneladas, pero después la cosecha fue peor de lo que se esperaba (solo 8,2 millones de toneladas) y debió pedir a los exportadores que devuelvan al mercado interno la mitad de lo que habían comprado. Esa mala decisión implicó faltantes de harina y precios exhorbitantes del pan en el mercado doméstico.
Ingresada la nueva cosecha, el peligro ahora es que -por no repetir aquel error de cálculo-, el nuevo equipo económico decida mantener cerradas las exportaciones y esto provoque una saturación en el mercado interno, con la consecuente caída de los precios en perjuicio del productor. Que se normalice el mercado es el principal reclamo hoy de la Mesa de Enlace.
El martes, los directivos de la Bolsa de Cereales fueron a visitar al nuevo ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, y le plantearon ese temor. El flamante funcionario se mostró de acuerdo con el planteo, pero evitó las precisiones. “Nos dijo que tenía que ser conservador porque no quería repetir lo que pasó este año”, contó una fuente al diario Clarín.
Hay un problema por resolver: nadie sabe todavía con certeza cuánto trigo habrá esta campaña y, por lo tanto, resulta muy difícil definir el saldo exportable. El propio Ministerio de Agricultura sorprendió al mercado esta última semana con un pronóstico muy pesimista, de 8,5 millones de toneladas. Pero la Bolsa de Cereales cree que habrá bastante más y que la producción llegará a 10,25 millones.
En cualquier caso, y teniendo en cuenta que la Argentina consume 5 millones de toneladas y que la industria molinera demanda otro millón para exportar harina, quedará trigo para vender al extranjero.
En el escenario más pesimista serían 2 millones de toneladas; en el más optimista casi 4 millones. Si se habilitaran rápidamente los permisos de embarque y las cerealeras fueran tentadas a hacer negocios, deberían ingresar al país no menos de 700 millones de dólares para adquirir la cosecha de los productores. En el escenario optimista, esa suma crecería a 1.400 millones.
Serían divisas frescas para un BCRA necesitado. Pero no significaría una gran recaudación por retenciones, pues las cerealeras tienen a su favor un saldo de 1,6 millones de toneladas que quedó de la campaña 2012/13, y por el cual ya anticiparon ese tributo.

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