lunes, 8 de abril de 2013


No se apuren a contar los dólares del yuyo

Un incipiente comercializador de materiales para sanitarios de Marcos Juárez decía en rueda de amigos: “Este año, el productor se va a sentar arriba de la soja y venderá sólo cuando necesite plata para pagar las deudas y para vivir. Nada más”.
En apariencia, la afirmación de alguien vinculado desde su mostrador con el mundo de la construcción en una ciudad donde todavía se vive el boom inmobiliario podría tener el rigor de quien moja la punta de un dedo para saber de dónde viene el viento, pero opiniones con mayor cantidad de datos y profundidad de análisis sostienen lo mismo.
Es el caso de Néstor Roulet, expresidente de Cartez, quien sostiene su conocido posicionamiento antikirchnerista en un arsenal de datos técnicos. Ayer, Roulet refutó la idea de que el productor actúe de mala fe al no vender soja y dijo que a lo largo de los años se ha repetido un patrón según el cual sólo lo hace “cuando necesita el dinero”.
Roulet comparó las ventas hechas en 2010, 2011 y 2012, para proyectar lo que puede ocurrir este año. Se basó en los datos de pedidos de autorización de los ROE verdes de la soja, la declaración jurada de exportación.
La comparación deja claro que hay tres picos de mayor a menor en las exportaciones. El primero se da en mayo, el segundo a fines de julio y principios de agosto y el tercero, en octubre. “Estos picos coinciden con la necesidad de dinero del productor”, remarca.
Uno, para pagar obligaciones financieras y pagar los gastos indirectos de la campaña. El segundo, dice Roulet, al empezar los gastos de la nueva campaña, implantación y alquiler, si lo hubiere. Y el tercero, apunta, para completar los gastos de implantación y en el momento que arrancan los gastos importantes de protección del cultivo.
En el primero de los picos, se vende aproximadamente el 40 por ciento de la cosecha total. El año pasado, la segunda y tercera venta se adelantaron en el tiempo.
“La afirmación de que el productor no vende este año por especulación es totalmente falsa, ya que en los años analizados (de 2010 a 2012, inclusive), el comportamiento fue similar”, agregó.
La idea de vender el “yuyo” antes de que el agricultor necesite el dinero hoy no está en la cabeza de los productores, quienes en el fondo tienen las mismas dudas e incertidumbres que todo el resto de los actores económicos: “¿Qué hace con el dinero mientras tanto? ¿Lo va a poner en un banco?”, se pregunta el analista. Además, necesitará esos fondos para los gastos de la nueva campaña, que por lo general se calzan con el valor de la soja.
Pero, al igual que analistas de otros rubros, Roulet coincide en que este año el Gobierno tendrá enormes problemas para hacerse de dólares, ya que la exportación de manufacturas va camino a derrumbarse y, en sentido inverso, vienen los gastos millonarios que demandará la importación de combustibles para el invierno.
El cuello de botella de la economía se afina cada día un poco más.

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