jueves, 18 de abril de 2013


Los 100 días que marcarán al maíz

En su informe mensual de oferta y demanda publicado esta semana, el USDA produjo cambios sustanciales en el balance global de maíz y poco significativos en el de soja. En el caso del cereal, el principal cambio efectuado se refiere al aumento de 7,81 millones de toneladas de las existencias finales en el nivel global, los stocks pasan de 117,48 a 125,29 millones de toneladas. Las principales variantes se dieron en la menor demanda doméstica de maíz en los Estados Unidos, 3,4 millones de toneladas menos, y en China con una reducción de 2,5 millones de toneladas de su consumo interno.
Los Estados Unidos es el primer consumidor mundial de maíz, con 262,57 millones de toneladas, seguido por China, con 207 millones. Entre los dos consumen 470 millones, equivalentes al 54% del consumo mundial de maíz. Muy lejos aparece la Unión Europea, con un consumo interno de 67,5 millones de toneladas. A pesar de tratarse de un informe en teoría bajista, el mercado no ha reaccionado en esa dirección. Sucede que hoy los operadores del mercado están analizando la sintonía fina para el corto plazo -de aquí hasta el ingreso de la nueva cosecha- y no dan tanta importancia a las expectativas futuras. Sucede que el maíz estadounidense recién comenzó a sembrarse y falta todavía pasar por las distintas etapas de evolución de los cultivos, con todo el riesgo climático inherente a toda actividad agrícola.
Vemos que el mercado está dominado, a grandes rasgos, por dos fuentes de análisis con diferentes objetivos. Por un lado los fundamentos bajistas que esgrime el USDA a partir de una siembra de maíz récord en los Estados Unidos (todavía no se ha podido sembrar por bajas temperaturas y suelos secos en muchas zonas de producción) y una producción también proyectada en un récord de 364 millones de toneladas. Y por otro lado, los brokers, fondos y comerciales que están mirando bien de cerca el corto plazo y los pronósticos climáticos en el “cinturón maicero”.
Para que la baja anunciada se confirme en la realidad, los productores estadounidenses necesitan que en los próximos 100 días el clima se comporte en forma ideal, para que el excepcional desarrollo de los cultivos pueda aspirar a un rinde promedio superior a los 10.000 kg/ha, indicador utilizado por el USDA para poder llegar a una producción récord.
Se necesitan de 100 días con temperaturas no muy elevadas durante el día, noches frescas, lluvias por arriba de lo normal, estimadas en una necesidad de 400 mm adicionales durante la primavera, a razón de 50 mm por semana y, finalmente, un verano no muy caluroso durante julio y agosto, con lluvias también por arriba de lo normal. Todas estas necesidades tienen que producirse en un área de 2000 km de Norte a Sur y de 4000 km de Este a Oeste. Sin ser meteorólogo, se puede presuponer que las chances de que el clima en los Estados Unidos se comporte a la perfección durante los próximos 100 días tienen una baja probabilidad de ocurrencia.
Hemos estado analizando también los “charts técnicos”, y en el caso del maíz nos están indicando que el mercado puede haber llegado a los mínimos en la semana previa y, de hecho, en esta semana se produjo un rebote alcista a pesar del informe teóricamente bajista del USDA. En el largo plazo, los technicals están indicando un mercado con fuerte resistencia a bajar de los niveles actuales, y altas chances de retomar su tendencia alcista ante cualquier imponderable climático en las planicies americanas.
Debemos recordar que en la campaña anterior, el USDA también comenzó su estimado de maíz estadounidense con cifras muy optimistas, luego vino la sequía de julio y el mercado “explotó”. ¿Estaremos nuevamente ante la historia de la suba anunciada?, el clima tiene la última palabra.

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