jueves, 18 de abril de 2013


Las empresas se quejan por la falta de financiamiento

Radiografía de las principales exportadoras del Valle con los destinos de su oferta exportable
En ultramar está puesta gran parte de las miradas del Valle. Esto se debe, por un lado, a que por los puertos de San Antonio, Bahía Blanca y Buenos Aires se envía hacia ese destino la mayoría de las exportaciones frutícolas de la región en esta primera parte de la temporada. Pero también hay expectativas en los precios que se obtienen en esos mercados para la fruta argentina, en especial en el norte de Europa y Estados Unidos, donde se esperan buenos retornos por las cotizaciones convalidadas por los consumidores.
Paradójicamente, distintos operadores del mercado aseguran que difícilmente las exportaciones regionales hacia ultramar terminen por encima del 20% en relación con las alicaídas ventas logradas durante el año anterior. Las causas: pese a existir una cosecha muy superior a la de la pasada temporada y precios sostenidos en destino, no hay fruta que presente las condiciones sanitarias y de calidad necesarias para ser colocada en los exigentes mercados europeos. Esto es efecto de una crisis que arrastra su cuarta temporada en el Valle y con una nueva variable que asoma con fuerza este año: los problemas de financiamiento.
Pese a este lastre, las empresas continúan exportando y Europa lidera los destinos hacia donde se orienta nuestra fruta.
De acuerdo con los datos que surgen de los embarques por San Antonio y Bahía Blanca, las ventas hacia el Viejo Continente totalizaron en el primer trimestre cerca de 82.000 toneladas. La cifra refleja un incremento cercano al 46% cuando se la compara con los valores correspondientes al mismo período del 2012. Sin embargo, este volumen se empaña cuando se lo relaciona con el del primer trimestre de la temporada 2011, ya refleja una caída del 21%.
En las infografías se detalla la matriz que presentó la oferta exportable de las diez principales empresas del Valle en los tres primeros meses y en el mismo período del 2010, teniendo en cuenta únicamente los embarques despachados hacia los mercados de ultramar. Cada una de ellas armó su programa en función de la demanda de sus clientes y las reales posibilidades de colocación que tenía su fruta en los destinos mencionados.
Problemas de financiamiento
Uno de los grandes inconvenientes que viene arrastrando la fruticultura en los últimos años, la falta de financiamiento, se mostró en su máxima expresión en la primera parte de la temporada.
Cuatro factores son los que están “secando” la plaza de dólares y pesos en el sistema frutícola regional:
• La falta de precio en la industria determinó que gran parte de la fruta que debería haberse mandado a molienda terminara colgada en las plantas. Esto generó un faltante para los productores de unos 30 millones de dólares, dinero clave para levantar parte de la cosecha de fruta fresca. Una parte de este faltante fue financiada por las empresas exportadoras.
• Los adelantos de fondos que llegan desde Europa cada vez rinden menos. Hace varias temporadas que los importadores adelantan un monto fijo por bulto a exportar para que la región pueda dar comienzo a la cosecha y el embalaje de la fruta. Pero con la inflación reinante, esos montos representan cada vez menos –en valores relativos– ya que los costos argentinos crecen todos los años a tasas del 15% en dólares y cada vez queda menos de este dinero para la recolección y el empaque de la fruta. Frente a este escenario, los adelantos que hace tres temporadas a una empresa le servían para sostener alrededor de 30 días de la temporada hoy permiten afrontar, a lo sumo, 20 días.
• El tercer punto se centra en las obligaciones del Estado. Por una cuestión netamente fiscal, el gobierno nacional no libera la devolución de impuestos a las exportaciones, deuda que ya suma alrededor de 35 millones de dólares para el sistema. Las empresas aducen que tienen serios problemas para cobrarle al Estado y que esta deuda se está pagando “con cuentagotas”.
• Por último, hay que mencionar la falta de apoyo del sistema financiero a las economías regionales. La fruticultura no queda fuera de este esquema. Desde el 2003 los bancos desaparecieron como agentes financieros del sector. Son excepcionales los casos en los que las entidades otorgan créditos de capital para el desarrollo de la actividad. Hoy las empresas se están manejando sólo con prefinanciación de exportaciones. Éste es un préstamo en moneda extranjera otorgado con anterioridad al embarque de fruta a ser exportada para costear el proceso productivo. Salir a pedir dinero al sistema por fuera de las prefinanciaciones tiene un costo para la actividad del orden del 3% mensual. Con el actual modelo, las entidades bancarias encuentran un excelente negocio en prestar dinero a tasas superiores al 40% para el consumo, ya que son créditos de corto plazo y bajo riesgo. En este contexto de estrechez financiera, las exportadoras estiran sus pagos y comienzan a financiarse con la seguridad social, proveedores y productores.

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