El diputado entrerriano defendió el proyecto para que los productores aporten de forma obligatoria a las entidades, y hace un balance de su gestión en el año que deberá renovar banca.
Parecía un cambio de época pero fue fugaz. Tras el enfrentamiento con el sector en el 2008, el Gobierno perdió las elecciones legislativas del año siguiente, las cuales tuvieron como estrellas a los “agrodiputados”, dirigentes rurales que pasaron a la contienda política. Hoy, a cuatro años de aquella elección, Jorge Chemes (UCR-Entre Ríos) considera que el sector ahora deberá buscarse su lugar y fortalecer la acción gremial, para lo cual presentó un proyecto junto a Casañas y otros legisladores para financiar a la Mesa de Enlace.
El proyecto establece que los productores deberán aportar el 2 por mil (0,2%) de las ventas que realicen a alguna de las entidades que conforman a la CEEA. Chemes aseguró que con esto apuntan a “juntar fondos, que se puedan recaudar por la venta de todo lo producido” porque “hay que ser realistas: es imposible generar acciones dentro del gremialismo agropecuario sin tener recursos”.
“La realidad es que los recursos que recaudan las entidades agropecuarios no son fondos importantes. Creemos que lo ideal es justamente este proyecto que puede aportar fondos a las entidades y funcionaría muy simple, con una sola carta de voluntad que uno imponga aceptando esto. El proyecto lleva a que esto sea obligatorio. Si no es compulsivo, sería muy difícil. Cada día se necesitan más recursos porque la acción es mayor y hace que uno se tenga que mover más, incluso nuestros directivos”, opinó.
La iniciativa lleva un año de presentada, y es impulsada por el grupo de “agrodiputados” compuesto por el mismo Chemes, Juan Casañas (Tucumán), Lucio Aspiazu (Corrientes) y Ricardo Buryaile (Formosa). Chemes defiende que el aporte sea compulsivo “como cualquier sindicato” porque “esto es más intensivo que antes y se necesitan los recursos. Hay que hacer una autocrítica. Tenemos que estar concientizados que, sin recursos, esto es imposible”.
A diferencia del fondo federal, creado en 2009 “para acciones que generen las cuatro entidades en conjunto”, el proyecto de ley “hace que, en definitiva, cada socio que aporta tenga la posibilidad que su aporte vaya a la entidad a la que pertenece”, tal como detalló el diputado.
Los legisladores presentaron esta iniciativa a pesar de que los equilibrios legislativos no permiten pensar que tenga vía libre para su aprobación. Sin embargo, Chemes rescata el hecho de que el proyecto exista ya que “es bueno que el proyecto exista aunque no avance”.
Por otro lado, el entrerriano hizo un balance de sus cuatro años en la cámara baja, de las expectativas iniciales y del resultado final: “Me preocupa mucho ese desinterés que hay en la participación política. Hay una buena parte de desaliento. Con la llegada de los agrodiputados, el sector cargó muchas expectativas sobre nosotros que no pudimos llevar adelante. Ha generado un desánimo. La gente pensaba que nos sentábamos en la banca y cambiábamos la historia del sector agropecuario. Hoy no tenemos el estrellato del 2009. Desde el sector tenemos que salir a buscar los lugares”.
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