martes, 29 de diciembre de 2015

La receta para bajar el precio de la carne está en el cuero:

pero las curtiembres siguen cazando en el zoológico gracias a la protección oficial

Un régimen que lleva más de cuatro décadas.
La mayor parte de los administradores de frigoríficos esperaban que luego del sinceramiento cambiario y la baja de retenciones aplicada a los cueros bovinos las curtiembres mejoraran notablemente los precios pagados por el producto. Pero eso no ocurrió.

El precio de referencia del cuero salado en el mercado argentino se ajustó apenas a 12,7 $/kg versus 8,70 $/kg vigente antes de las medidas económicas del gobierno macrista, según datos proporcionados por la corredora de cueros Menendez & Echeguía. Un año atrás ese valor era de 15,20 $/kg.

Representantes de las curtiembres que operan en el mercado argentino sostienen que los valores locales se ajustan a los precios decrecientes presentes en el mercado internacional del cuero.

En lo que va del presente mes de diciembre se declararon ventas externas argentinas de cueros bovinos “wet blue” divididos sin flor por 2277 toneladas por un valor FOB promedio ponderado de 1,30 u$s/kg, el cual, con el tipo de cambio vigente, equivalen a 16,9 $/kg (ver planilla).

En diciembre de 2014 se habían registrando ventas de 3755 toneladas de ese producto a un promedio de 1,80 u$s/kg equivalente por entonces a 15,3 $/kg (lo que indica que la capacidad de pago actual de las curtiembres es superior a la vigente un año atrás aún sin considerar la baja de las retenciones).

Los cueros bovinos salados secos, que hasta el 16 de diciembre tributaban una retención del 15%, a partir del 17 de este mes pasaron a tener un derecho del 10%. Pero el sector sigue ultra-protegido porque ese tributo se aplica sobre la cotización en Chicago del cuero de novillo con marca en culata (Butt Branded Steer) más costo de flete.

La desregulación del mercado externo del cuero –beneficio vigente para la industria curtidora ¡desde 1972!– permitiría al sector frigorífico tener pleno acceso al precio internacional de un bien dolarizado en lugar de depender, como sucede actualmente, de la solidaridad de un sector cartelizado (sería una medida mucho más efectiva para contribuir a reducir el precio interno de la carne vacuna que importar cortes frescos de Uruguay).

En 1972 se prohibió totalmente la exportación de cueros no industrializados. La prohibición recién fue modificada en 1992 por un derecho a la exportación de cueros salados o “wet blue” (proceso industrial básicos que elimina los componentes orgánicos del producto).

El cuero se pasa a través de una cuchilla que separa la capa de flor (la que tenía el pelo) del descarne (lado interno del animal). Así se obtiene un cuero flor con un espesor determinado (primera aproximación al espesor final) y un descarne que es el subproducto mas importante de la curtiembre.

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