martes, 29 de diciembre de 2015

¿Por qué es tan difícil combatir la mixomatosis?


La mixomatosis es una enfermedad insidiosa (y dicho sea de paso “fastidiosa”), puesto que a menudo nos encontramos con casos reticentes y de difícil erradicación en las explotaciones
Algunas de los motivos que explican este fenómeno se presentan a continuación:
  • Elevada capacidad de resistencia del virus en el ambiente, aún bajo condiciones físicas adversas (resistiendo incluso a la congelación).
  • Existencia de múltiples vías de entrada (vectores animados e inanimados).
  • Poblaciones silvestres que actúan como reservorio.
  • Dificultad en su detección, especialmente en la forma atípica o respiratoria.
  • Existencia de cepas con distinto grado de virulencia (más o menos patogénicas).
  • Presencia de animales portadores asintomáticos o con síntomas leves, difíciles de detectar y que deberían ser eliminados.
  • Capacidad inmunosupresora del propio virus, que invade las células del sistema inmune, debilitando la capacidad defensiva del animal.

Cabe destacar la importancia de los dos últimos puntos, los portadores asintomáticos y la capacidad inmunosupresora del virus, puesto que constituyen factores comúnmente relacionados con situaciones de fallo vacunal o de baja efectividad de la vacunación.


El virus de la mixomatosis se comporta de forma parecida al virus del SIDA en humanos, atacando a las células del sistema inmune y llevando al animal a un estado general de inmunosupresión.

Recordemos que las vacunas frente a la enfermedad contienen el propio virus vivo de la mixomatosis, que aun habiendo sufrido un proceso de atenuación, todavía conserva parte de este efecto inmunosupresor (lo que se conoce como patogenia residual). Por este motivo, si vacunamos animales infectados, estamos sumando el efecto inmunosupresor de la vacuna al efecto inmunosupresor de la propia enfermedad. Del mismo modo, si vacunamos animales que no se encuentren en un estado óptimo de salud y existe circulación del virus en la granja, estamos facilitando el contagio y difusión del virus.

Teniendo en cuenta todo esto, debemos ser conscientes de la importancia de un proceso adecuado de selección y eliminación de animales afectados o que no se encuentren en un estado óptimo de salud antes de aplicar una vacuna.

Evidentemente esta selección no es sencilla y la existencia de portadores asintomáticos nos dificulta enormemente la tarea, pero frente a un brote no nos queda otra alternativa que tratar de llevarla a cabo de la forma más rigurosa posible y posteriormente vacunar.


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