jueves, 25 de abril de 2013


Ganadería versus agricultura : ¿Competir o compartir?

La necesidad de hacer más eficiente la producción ganadera en Santa Fe frente al avance de la soja fue el tema central de apertura del seminario del IPCVA, desarrollado esta semana en la capital provincial. Claves para seguir en el negocio.
Santa Fe es la provincia con el segundo mayor stock ganadero nacional. Se trata de una actividad muy bien armada en toda su estructura, lo que le da una ventaja competitiva con respecto a las vecinas. La provincia cuenta con un stock bovino de 6 millones 300 mil cabezas, de las cuales 5 millones 200 mil son de carne, lo que demuestra que es una provincia fuertemente carnicera (el 82 % de los bovinos son de carne). El 34 % de ese stock se encuentra en rodeos de menos de 500 cabezas, el que está en manos del 70 % de los productores de la provincia. La mayoría de los productores son chicos, por lo que no siempre David le gana a Goliath. La competencia con la agricultura, en tanto, puja por un espacio. La agricultura siempre nos gana, aunque sean productores de pequeña escala productiva. Debemos empezar a pensar en la complementariedad de las actividades.
El rodeo se contrajo desde 2008 hasta 2011, y luego comenzó a crecer de nuevo. Si bien la seca les pegó a todos, la contracción en rodeos de carne fue más fuerte que en el caso de los rodeos lecheros. La matriz productiva de leche está altamente intensificada y tiene resueltas las cuestiones que estabilizan las cadenas forrajeras para salir de las crisis agroclimáticas.
La superficie sembrada en el país es de 34 millones de hectáreas y sigue aumentando y presionando sobre la ganadería. En Santa Fe la superficie dedicada a la agricultura ya supera los 4,5 millones de hectáreas. Y todos los años, pasan mas hectáreas de la ganadería a la agricultura. De la cantidad de unidades productivas del total provincial, la gran mayoría están en el sector de menos de 250 cabezas, donde produce el 75 % de la gente.
Realidades provinciales
En los 3 departamentos del norte, más Garay y San Cristóbal, esta matriz se concentra aún más en los sectores chicos. En Vera, por ejemplo, el 90 % de los productores tiene menos de 250 cabezas, y eso obliga a ver cómo nos paramos frente a la agricultura, pensando quiénes son los productores y cómo pueden llevar adelante esa competencia.
En el centro, la cantidad de unidades productivas cambia; la curva y el stock se concentran entre 100 y 1.000 cabezas. Aparece la invernada, con campos más agriculturizados, con potencial para las pasturas: un modelo a copiar.
En el sur, la actividad está concentrada en productores con menos de 100 cabezas. Si bien es la zona más sojera, muchas tierras no son aptas para la agricultura. Se trata de campos de arrendamiento, con un desplazamiento hacia las ciudades, en las partes no agrícolas que se arriendan, donde hay vacas, aunque en distintas producciones, desde alta productividad hasta de supervivencia.
Relevamiento
En 2010 se hizo un relevamiento de la capacidad forrajera de la provincia, para ver hasta dónde podíamos plantear el crecimiento del stock, y se vio que las pasturas a base alfalfa eran el 12 % de los recursos forrajeros de la provincia, y estaban destinados al tambo. El resto, llamémosle pasturas consociadas, verdeos invernales o de verano, prácticamente no mueven la aguja de la producción forrajera de la provincia. Hablamos de pastizales naturales, y más atrás, montes y bosques, pastizales de distinto tipo, e islas.
Como primer aspecto se destaca la intensificación. Intensificar permite ser más competitivos, pero aumenta las dificultades para salir del negocio. No hablemos de salir y vender todo, sino más bien tomarse 10 días; es más difícil despreocuparse, porque implica una mayor eficiencia del proceso productivo: aprovechar mejor los recursos forrajeros, pero se requiere de una mayor inversión que la ganadería extensiva.
Hay tecnologías con impacto positivo que lo permiten, con una complementación. La primer tecnología es la cosecha y almacenamiento de agua para bebida. El agua es escasa en gran parte de la provincia. Sin embargo, hay tecnologías desarrolladas sobre mezclas de agua para optimizar el agua de lluvia y prolongar la reserva que tengamos, siendo mas estables. Es necesario optimizar la calidad y cantidad del agua. Aquí, la recarga de los acuíferos es vital: todo lo que sacamos del subsuelo tiene que volver al subsuelo, porque sino, al primer problema de seca o espaciamiento entre lluvias, las aguadas empiezan a flaquear. En esto, no hay un sistema mejor que otro (bombas, molinos, patas de araña, etc.). Es necesario pensar cómo adapto la tecnología existente para ser lo más eficiente posible.
Servicio estacionado
Si bien la mayoría no lo hace, tiene muchas ventajas. Permite ordenar el ciclo productivo, mejorar el control reproductivo y sanitario, y facilitar el aprovechamiento de los recursos forrajeros. Además, genera una producción uniforme.
Como desventajas, aporta una concentración de terneros en momentos que después tenemos que acomodar: el flujo de caja será también estacionado. La concentración máxima de los forrajes en Santa Fe se da en octubre, y en marzo decae fuertemente (durante todo el verano).
El máximo nivel de requerimientos se dará en primavera hasta fines de diciembre, mientras que si lo tengo en manejo tradicional, mi máximo requerimiento estará dado en pleno verano. Si acomodo ese servicio con la oferta forrajera, puedo hacer coincidir el máximo momento productivo animal y vegetal, mientras que en el servicio continuo esto no se da. Aprovechar la mayor cantidad de recurso forrajero para preñarse y amamantar, me hace el sistema más económico, porque no tengo que comprar tanta comida.
Plan sanitario adecuado
En general, se hacen tratamientos básicos. Los productores admiten combatir la brucelosis, la aftosa, y en algunos casos, tacto. Pero pensar una producción competitiva implica mayores cosas, porque con la intensificación vienen aparejados problemas respiratorios, diarreas en terneros, la necesidad de un flujo de caja, etc. Estas demandas obligan a resolver la cuestión sanitaria de vacas y toros, y evitar la mortandad de terneros. De acuerdo al clima, la cantidad de vacas por hectárea, las enfermedades asociadas a la intensificación serán distintas. Un profesional asesorando de manera permanente ayudará a que no perdamos plata.
En cuanto a los sistemas silvopastoriles, se destaca el fuerte impacto en el centro y norte provincial bajo el monte nativo. El Chaco santafesino tiene mucho algarrobo, quebracho y un sotobosque muy cerrado, donde las vacas no entran. Estos bosques se pueden abrir con más espacio y con la introducción de megatérmicas o pastizales naturales debajo, los que permiten pasar de una producción de 300 a 7.000 kg. de materia seca por hectárea. Las desventajas vienen por el lado que precisamos un plan de manejo que obliga a certificar que no haremos cambio de uso, por ley. Al manejo lo presenta el profesional en el Ministerio y se lo puede trabajar tranquilamente.
Pasturas megatérmicas y forraje
Permiten incrementar la productividad por hectárea. Con pasturas megatérmicas podemos pasar de 1.000 a 7.000 kg. de materia seca, aunque el clima no siempre acompaña la implantación y su aprovechamiento.
En cuanto a la conservación de forraje, se destaca que permite diferirlo cuando lo necesitamos. Para Santa Fe, el énfasis se debe hacer en distintos materiales de sorgo, ya que aportan buena calidad nutricional y mucha resistencia a extremos hídricos. Además tiene una adaptabilidad superior al maíz. En contra: las palomas, y la falta de contratistas, cuando más se lo necesita.
Al ser tecnologías caras, es necesario organizar y prever todo, sacar las cuentas, apuntando a ganar el máximo gastando el mínimo. La confección de rollo supera ampliamente a la de fardo, con materiales poco identificados por los productores, en malos lugares, que se echan a perder por un descuido o mala previsión (sólo el 17 % de los productores cubre los rollos).
Suplementaciones estratégicas
En determinados momentos, sobre todo a las terneras. Para llevarlas a un entore a los 24 meses, disminuye las categorías improductivas del campo. Sólo 400 gr., de ganancia de peso por día es una meta alcanzable y aumenta a 90 % el porcentaje de preñez. En cuanto a los destetes estratégicos, ya sean anticipados, precoces o estratégicos, dependen de las condiciones del campo, de la gente para atenderlo (si están entrenados, si les gusta atender terneros), de la sombra, y la disponibilidad para cada una de estas actividades. Si quiero preñarlas, les tengo que sacar el ternero, sí o sí. Este destete se hará en función de la condición corporal de las madres, algo muy sencillo de detectar.
En cuanto al manejo del sistema de pastoreo, Santa Fe se destaca por ser un sistema extensivo, con grandes potreros. Copiemos algunas cosas de la agricultura, moviendo la hacienda, con un manejo de los potreros, el manejo de agua en las superficies, lo que genera calidad y cantidad. El rolado de los pajonales, muy difundido en los últimos tiempos, es muy útil en lotes altos, ya que permite optimizar el pajonal. Abre la intermata para permitir que crezcan nuevas especies que reciben la luz del sol, aunque no mejora la calidad el recurso, a diferencia del desmalezado.

Tiempo fijo y encierre
  • La Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF), permite ordenar el servicio y las preñeces, y si la acompañamos con tactos secuenciados, está probado que pasamos del 30 al 90 % de preñez. Es la que me permite pasar más rápido a un aumento de la tasa. En cuanto a los encierres que permiten cambiar categorías, se apunta a liberar los stocks menos productivos.


P9CARITA_P4180169.JPG
“La ganadería es una actividad que retiene a la gente en el campo, requiere de la gente. Y es necesario que a esa gente le hagamos sentir la ganadería”.
Marcela Minichelli
INTA Reconqusita

P9B_P1040785.JPG

IATF: La Inseminación a Tiempo Fijo permite ordenar el servicio y las preñeces, y si la acompañamos con tactos secuenciados, está probado que pasamos del 30 al 90 % de preñez.
Foto:JM Fernández

P9C_P1110754.JPG

Megatérmicas. Aumentan la productividad por hectárea, pasando de 1.000 a 7.000 kg. de materia seca.
Foto:JM Fernández

P9D_P1110807.JPG

Abrir el monte. Un plan de manejo obliga a certificar que no haremos cambio de uso, por ley.
Foto:JM Fernández

Cría Bovina Intensiva
  • En el sur provincial, se destaca el trabajo de un grupo de productores agrupados en el sistema intensificado de Cría Bovina Intensiva, realizado en la zona de Chañar Ladeado y Venado Tuerto: una herramienta fabulosa en campos de la zona núcleo, planteado en el corazón de los campos sojeros. Se trata de un sistema de alta carga (hasta 6 madres por hectárea). Muy controlado, medido y estable, con rentas superiores a sojas de 4.500 kg., pero que requiere de decisiones rápidas y cotidianas; un sistema que se puede adaptar a otras realidades de la provincia, copiando esa filosofía de trabajo. La ganadería es una actividad que retiene a la gente en el campo, requiere de la gente. Y es necesario que a esa gente le hagamos sentir la ganadería. Ellos hacen vacas porque les corre por la sangre, y para que se siga haciendo, es necesario que los chicos incorporen cosas de la actividad y no estén en la ciudad mientras su papá está en el campo, darle las condiciones necesarias para que elijan quedarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.