miércoles, 24 de abril de 2013

Columna: Temporada 2012-2013 y la imagen país dañada


Por Isabel Quiroz, directora ejecutiva iQonsulting
isabelHace poco estuve conversando con un productor de uva Flame, acerca del desastre de esta variedad en el mercado de EE.UU. Le decía: “…no me vas a decir que no sabías lo que iba a pasar, la fruta estaba mala”. Me respondió: “…la culpa la tienen los exportadores, son ellos los que te dicen que embales no más…”.
No quise seguir conversando, me quedé atónita con el traspaso de responsabilidad. Me pregunto, qué nos está pasando que las locuras se justifican, que la experiencia no vale nada, que productores viejos, curtidos en la producción de uva, a la que han dedicado gran parte de su vida, no sean capaces de decir a su exportador: No voy a embarcar esta fruta porque no va a llegar!. Por otra parte, cómo es posible que exportadores tradicionales todavía piensen que van a hacer negocio con fruta deficiente o francamente mala. Definitivamente hay algo malo en este modelo de negocio y necesita urgente revisión.
Como en todas las cosas, ejemplos hay para todo y por supuesto que llegó fruta de muy buena calidad y que obtuvo precios extraordinarios. De esta fruta, que no fue más del 20 al 30%, no me referiré. Estos son los productores que han entendido el negocio, son regulares en su calidad y el nivel de precisión con que manejan sus planteles los hace estar muy ocupados y se escuchan poco, a ese tipo de fruticultura hay que apuntar.
Bien, durante la temporada 2012-2013, se observaron problemas graves de calidad y condición en uva de mesa, arándanos, cerezas y fruta de carozo. Sin embargo, la uva fue la más golpeada. Hacía mucho que no se documentaban tantos problemas como este año, lo normal es que se venda, a veces con dificultad, con descuentos, pero al final se vende. ¿Qué sucedió este año, que entre mediados de febrero y fines de marzo, que se desplomaron los precios?.
La primera variable adversa fue el factor climático, entre lo que se contó la sequía que afecta la IV y V regiones principalmente; la primavera fría y lluviosa; la falta de acumulación de temperatura que atrasó las cosechas; la lluvia en enero entre la V y VI regiones y cambios en las condiciones de humedad que aumentaron la presión de inoculo en la fruta. Sin embargo y a pesar de que fue mayor el número de eventos no deseados, se confiaba en el conocimiento de los productores para proteger la fruta, pero la pudrición y otros problemas en destino fue muy alta. ¿Qué pasó entonces?
La segunda variable adversa fue la mano de obra, tanto por su costo, pero principalmente por su menor disponibilidad, lo que ha hecho necesario incorporar personas con menor preparación a realizar labores de campo, resultando en una falta de oportunidad y menor eficiencia en la ejecución, manifestándose en desuniformidad y deficiencias en la calidad general de los racimos. Aquí está parte de la respuesta a la pregunta anterior, porque también el aumento de costo en aplicaciones puede haber implicado que algunas no se realizaron, con las consecuencias en desarrollo de pudrición en post -cosecha.
Finalmente, la tercera variable negativa y más importante de la temporada, es la insensatez de algunos exportadores y repito “algunos”, no todos, que frente al alto precio del mercado piensan que pueden hacer negocio con fruta de pobre calidad. La codicia que despertó el alto precio de diciembre-enero por falta de fruta en el mercado, chocó con el consumidor, quien decide la compra y sostiene el negocio. Esta vez tomó la decisión de no comprar. Durante la segunda quincena de marzo se botaron más de 2.000 pallet en Filadelfia, además de la pérdida que implicó la fruta enviada al reembalaje y otro tanto liquidado en mercado terminal por unos pocos dólares.  La insensatez viene de creer que precios de importador de más de 30USD/caja se sostendrán con fruta pobre, eso es iluso, el mercado bueno lo determina el cliente.
Algunos productores y exportadores se olvidan de reglas básicas de la economía, entre las que se incluye el mover más de 4 millones de cajas desde febrero en adelante, estas se mueven fácil a 18-20 USD para la mayoría que no siempre es calidad “Premium”, pero no a 28-30 USD, ni menos con fruta mala presionando el mercado, esto produce cansancio y hastío entre quienes mueven esta fruta en el mercado; ya sea importadores, receptores en el supermercado y quienes hacen la compra final, que expresan su descontento simplemente no comprando.
Esto le hizo mucho daño a la imagen país y con ello, a quienes trabajan bien.

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