miércoles, 3 de abril de 2013

Columna: Panamá y su estrategia para sobrevivir a la crisis del banano a través de cooperativas


Por Alistair Smith, coordinador internacional Banana Link 
Cerca del pueblo bananero de Changuinola, al noroeste de la provincia de Bocas del Toro en Panamá, a pocos kilómetros del Río Sixaola – y al otro lado de Costa Rica -, hay tres inusuales plantaciones bananeras. Muchos habrán predicho que estas tres plantaciones no sobrevivirían a la dramática caída en las exportaciones de banana panameña que ha tenido lugar en los últimos años.
Alistair SmithLo que hace inusual a estas plantaciones es que son manejadas por una cooperativa de ex trabajadores de Chiquita. Pero a diferencia de una cooperativa recientemente formada por ex trabajadores de Chiquita en la costa del Pacífico del país, ésta sí ha logrado sobrevivir a la crisis.
La Cooperativa Bananera del Atlántico RL, conocida como Coobana, cuenta con unos 500 trabajadores, de los cuales 220 son miembros de la cooperativa. Todos son miembros de SITRAPBI, el Sindicato de Trabajadores y Productores Bananeros Independientes, que representa a los empleados en todas las plantaciones que no son de Chiquita en el área.
Entre ellos, las tres plantaciones de Coobana cubren unas 550 hectáreas y exportan entre 15 a 20 contenedores de bananas por semana a Europa. Un acuerdo de negociación colectiva entre el sindicato y la cooperativa se está negociando actualmente.
“Yo era uno de los líderes sindicales en el momento en que 74 de nosotros decidimos crear una cooperativa en 1991. En ese momento éramos trabajadores de una empresa de propiedad del gobierno en tierras donde Chiquita había plantado en décadas anteriores”, explicó Chito Quintero, miembro fundador y uno de los administradores. “Eramos la gente que hacía todo el trabajo, así que ¿por qué no gestionarnos nosotros mismos? No todo el mundo quería tomar el riesgo, pero un grupo bastante grande lo hizo y Coobana se registró en 1992.”
Al igual que el resto de la industria cerca de Changuinola, alrededor del 85% de los trabajadores – y por lo tanto, miembros de la cooperativa – son de la comunidad indígena Ngobe. Aunque el número de mujeres empleadas está empezando a aumentar ligeramente, la proporción de mujeres trabajadoras sigue siendo muy baja, representando alrededor de un 8%.
En 2009-10, cuando muchos en la industria dudaban de la viabilidad futura de las exportaciones de banana de Panamá, Coobana hizo dos conexiones vitales  con agentes del mercado en Europa, que han dado forma a su historia reciente. En primer lugar, con el Grupo Cooperativo de supermercados en el Reino Unido, uno de los pioneros enbananas de comercio justo y un comprador que había estado buscando socios para el abastecimiento de productos durante algún tiempo.
El Grupo Cooperativo no sólo se comprometió a comprar un volumen estable a precios de Comercio Justo (más la prima), si no que también invirtió US$ 400.000 del fondo de proyectos especiales de sus miembros británicos para impulsar el desarrollo social en cinco de las comunidades en donde vivían los trabajadores. Estos fondos han apoyado a la capacidad organizativa, la energía renovable (Estufas Eficientes), saneamiento y acceso al agua.
La organización holandesa Fair Taste fue elegida para dirigir el proyecto financiado por el Grupo Cooperativo del Reino Unido y ha sido capaz de impulsar la financiación de otros donantes para prácticas de producción más sustentables:
- El control de la Sigatoka Negra (mancha foliar) utilizando helicópteros para una mayor precisión (aunque a un costo mayor)
- Bolsas de plástico para la protección de insectos usando una combinación de bolsas de clorpirifós-tratados y no tratados (‘Biflex’) para reducir el uso de productos químicos y exposición.
- El control de malezas usando una combinación de herbicidas y deshierbe manual de conservación de suelos.
- Conservación del suelo utilizando leguminosas de cobertura del suelo de la misma especie para reducir la escorrentía y eliminar las malas hierbas
La segunda conexión vital fue con Agrofair con sede en Holanda, una compañía de comercio justo creada en el período previo al lanzamiento mundial de las bananas Fairtrade certificadas en los Países Bajos en 1996. La asociación con Agrofair no sólo asegura que casi todos los frutos de Coobana cuenten con la etiqueta de Fairtrade (70% de los cuales se comercializan a través de Agrofair a los mercados continentales europeos), si no que también significa que Coobana es co-propietario de Agrofair, a través de CPAF, la Cooperativa de Productores de Agrofair. Junto con otras asociaciones de productores de frutas tropicales y cooperativas de América Latina y el Caribe, Coobana es accionista de su propia empresa de marketing.
Agrofair South, con una oficina regional con sede en Panamá, brinda apoyo en cuatro áreas de interés para la cooperativa:
1. Calidad, trazabilidad y certificaciones
2. La productividad, la rentabilidad, los costos de control
3. Organización y gestión
4. Sustenibilidad (ambiental y social)
Aunque el reto de gestionar una compleja estructura de trabajadores sindicalizados y cooperativistas no puede ser subestimada, Coobana no sólo ha sobrevivido al 2013, sino que ahora se beneficia de los precios de Comercio Justo en casi todas sus exportaciones. Si tiene éxito en la distribución equitativa de estos nuevos beneficios en toda su fuerza de trabajo a través de un nuevo contrato colectivo, Coobana se convertirá en un modelo para toda la industria.
Si la experiencia tiene éxito, también demostrará que, con el apoyo de todos los actores de la cadena de suministro, desde los trabajadores hasta los consumidores, es posible ser un productor de alto costo que proporcione trabajo decente, promueva el desarrollo social y además sobreviva al actual mundo competitivo en el mercado de la banana.

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