Las primeras protestas del año del sector agropecuario comenzaron ayer, a la vera de la ruta 14, a la altura del km 53 en Entre Ríos. Fue simplemente una llamada de atención que incluyó panfleteo y conversaciones con los ciudadanos que se detenían a ver qué pasaba. Y la verdad es que pasa de todo.
En Entre Ríos, particularmente, la mayor preocupación se debe al aumento del impuesto inmobiliario rural, el principal motivo de la protesta. Pedro Apaolaza de CARBAP señaló que “ante el nuevo impuestazo la situación es insostenible. Lamentablemente notamos que estas medidas son un aumento de la profundización impositiva y creemos que se irá multiplicando por la presión del gobierno nacional que no respeta la ley de coparticipación. Los gobiernos provinciales se están viendo obligados a tomar este tipo de decisiones”.
Para Luis Miguel Etchevehere, en cambio, las provincias tienen otras opciones. “Esto es un grave perjuicio para toda la economía de la provincia. Aquí el gobernador no se ha animado a reclamar los más de 4 mil millones de pesos que le debe el gobierno nacional y ha castigado a todos los contribuyentes subiendo los impuestos de una manera absurda”, expresó.
Por su parte, el senador Alfredo De Angeli dio su impresión sobre la medida que adoptó el sector en su provincia. “Creo que las protestas se van a ir agudizando, no habrán cortes de ruta -y ojalá no hayan nunca más- pero sí huelgas y protestas porque la misma situación de los productores los va a llevar a concretarlas. Hay productores que no van a pagar los impuestos y no porque quieran hacer una rebelión fiscal, si no porque no los pueden pagar”.
La ley 10270 que oficializa la presión tributaria es un problema por el que la CEEA pedirá formalmente su derogación, pero sobre otros conflictos la decisión que tomará la Comisión de Enlace no es tan clara. Los ruralistas escuchan como los productores les dicen “si hago maíz me fundo” y evitan así la rotación del suelo, pero no pueden hacer mucho para convencerlos de que no abandonen las buenas prácticas. Los números no cierran y el ministro Casamiquela aún no los atiende. Aun cuando sabe que el maíz sigue el mismo camino de decadencia que el trigo.
En el gobierno nacional, la idea que predomina es la del control del mercado. La misma que deterioró los comercios de carnes y granos, y por el que ahora convocan a técnicos, cuando desde hace años éstos mismos le han explicado dónde está el nudo del problema: en la decisión arbitraria de intervenir en un mercado que funcionaba bien hasta que a uno se le ocurrió que tal vez iba a andar mal. Entonces tomó decisiones previendo situaciones que no sólo no sucedieron, si no que no estaban en el horizonte, hasta ahora. La mesa de los argentinos nunca estuvo tan en peligro como en estos días.
Agro-noticias.com
Alejandro Cánepa
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