TRAZABILIDAD de caballo

ESPAÑA : Según la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) la trazabilidad viene, definida en el Reglamento 178/2002 como la posibilidad de encontrar y seguir el rastro, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución, de un alimento, un pienso o un ingrediente. Para que lo entendamos, la trazabilidad es una herramienta que nos permite controlar desde el origen y en todos los pasos de la cadena alimenticia, a qué procedimientos y a cargo de quién ha estado el producto alimenticio.

Así podemos regular posibles fraudes, conseguimos una retirada rápida de los productos y tener el control de los numerosos procesos a los que un alimento se ve sometido. Además el consumidor puede obtener información precisa y exacta de cómo ha sido tratado lo que va a comer.

Gracias a la trazabilidad nunca volverán a suceder casos como las intoxicaciones por aceite de colza desnaturalizado, que provocó la muerte de cerca de 700 personas y que afectó a más de 20.000, siendo la mayor intoxicación alimentaria en la historia de España. Uno de los últimos casos de alertas alimentarias que hemos vivido es el de la carne de caballo encontrada en productos que en un principio no tendrían por qué contener este tipo de carne.

Realmente no pasa nada por consumir carne de caballo, de hecho hay carnicerías especializadas en estos productos. El problema viene cuando nos preguntamos cómo demonios ha ido a parar carne de otro animal a una bandeja de carne picada de ternera. El consumidor pierde confianza en los productos y en la industria alimentaria en general. Se siente estafado y con motivos.

En los paquetes de almendras si pone: puede contener trazas de cacahuetes, nadie se alarma. En las bolsas de aire de Matutano siempre hay papas y la gente nunca se queja, pero que nos vendan gato por liebre está feo.