martes, 2 de abril de 2013


La leche su paradoja . . .

El clima, la eterna incertidumbre política y el precio estancado, desgastaron el ánimo de los tamberos en 2012. Sin embargo, para ellos, el año arrancó con la caída en la producción que, como suele suceder, mejoró la oferta de las usinas.
En la columna de opinión “3 minutos con el INTA”, que la entidad oficial publica cada semana, los Ingenieros Mario Mondino y María Rosa Scala hicieron hincapié en los aspectos internos que marcan la actualidad de la producción tambera de hoy a través de tres ejes: producción, pasturas y reservas.
Respecto de lo primero, el bimestre enero/febrero exhibe una caída de entre un 8 a un 10 %, comparándolo con 2012. La merma se origina en la alta concentración de lluvias registradas en el pasado mes de diciembre. En el departamento Castellanos, por caso, cayeron 400 milímetros, con un anual de 1.250 mm. en el año (un 30 % por arriba de la lluvia normal, fijando un récord en los últimos 70 años). A las pasturas predominantes como la alfalfa, esto las perjudicó sobremanera, y originó una “explosión” de malezas, sobre todo gramíneas anuales, que trajo aparejada una caída de la cantidad y la calidad de la producción.
En el último tramo de diciembre, y en enero y febrero, las pasturas mostraron una notoria caída de calidad. Y los productores cortaron o disminuyeron la suplementación, lo que también conspiró. En cuanto a las reservas, el heno -desde octubre a diciembre- permitió cosechar sobrantes de pasturas de alfalfa en producción, garantizando que lo rollos estén disponibles, para aportar la cuota necesaria de fibra. Según los especialistas, también se observa un buen silaje (las reservas que estabilizan el sistema productivo), tanto en maíces de primera y sorgos, con muy buenos rindes.
El último factor es la caída del precio, que causó el desánimo del productor. Pero esto podría llegar a revertirse. Si tomamos en cuenta el promedio durante 2012, el mismo se incrementó sólo un 4 %. Pero en febrero, promedió de $ 1.77 a $1.80, representando un incremento cercano al 22 %.
Lo curioso, si se quiere, es que esa mejora se sustenta en la caída de la producción y el faltante de materia prima, que obliga a la industria a pagar más.
La pregunta del millón pasa por saber si esta tendencia se seguirá incrementando. Dependerá de la actitud de los productores. Si bien por ahora el efecto residual de bajar la suplementación se hace notar, habrá que ver cómo los pequeños tamberos logran mantenerse bajo su escala, y los medianos y grandes logran volver a retomar el impulso.

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