jueves, 18 de abril de 2013


La ganadería, muchos deberes y oportunidades

Junto con medidas de sintonía fina en los sistemas productivos, será necesario resolver la ecuación mercado interno/exportación para crecer.
Cada mes, nacen en el mundo 4,4 millones de personas. En uno de los países más poblados –China– se incorporan 40 millones de consumidores por año a los centros urbanos.
Se sabe, el crecimiento poblacional es uno de los factores que gatillan la demanda mundial de carnes y proteínas alimenticias. Las oportunidades siguen llamando a las puertas: el Mercosur, donde está la Argentina, es una de las regiones privilegiadas con potencial para incrementar la oferta.
Aunque trillado, el mensaje de los expertos retumbó una vez más entre futuros profesionales, productores, contratistas, proveedores de maquinaria y de servicios que estuvieron entre el miércoles y ayer en el Inta Manfredi, en la Cuarta Jornada Nacional de Forrajes Conservados.
 
Se echó luz sobre la matriz del negocio en diferentes planos, con sus oportunidades, debilidades, amenazas y deberes hacia adentro y afuera.
En el capítulo de los deberes, el orden de los factores no obedece a la matemática; es capaz de alterar el producto y desembocar en una y otra crisis.
En la visión de los referentes del Inta y del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los deberes por delante son diversos. Aquí, una mínima enumeración:
Ganadería y agricultura, no versus agricultura. En índices productivos de terneros logrados por vaca hubo avances; se pasó de 55 a 63,8 por ciento (según datos del IPCVA).
No cabe pensar en un sistema único de producción. Los modelos semipastoriles han logrado sobrevivir a los cambios de precios, y hay mucho por mejorar en el manejo y calidad de las pasturas y también en las relaciones de conversión y aumentos de peso diarios en la alimentación intensiva.
Desde el agregado de valor, la carne bovina tiene una oportunidad “con otro precio” (más alto), enganchado al mercado internacional y desconectado de la idea de “proteína barata” (de la que se echó mano como política oficial en los últimos años).
Si no se resuelve la ecuación mercado interno/exportación, se volverá a las crisis recurrentes. En el otoño de 2012, los feedlots encerraron dos millones de cabezas. Luego, en la primavera, no se abrió la exportación y los precios se estancaron, dejaron de ser rentables.

Este año hay 13 millones de terneros de destete. 
Si no se abre la exportación, se estará jugando con fuego (entrarán más hembras a la faena). Las medidas restrictivas resultaron distorsivas y no tuvieron impacto en la góndola.
Con una política nacional que jugó al achique, las provincias no le fueron en zaga: los planes de promoción ganadera están desactivados, casi sin excepción. En Córdoba, el stock bovino retrocedió de 5,7 millones de cabezas en 2008 a 4,3 millones en 2011. Luego de la eclosión de precios –en la primavera de 2009– hubo una recuperación del stock . Pero los deberes siguen como una cuenta pendiente.

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