Por su complicada situación económica, el Senasa le comunicó a la Sociedad Rural de Tres Arroyos que no renovará el contrato de alquiler del local de la primera cuadra Pellegrini y se trasladará a una ubicación todavía no definida. Así lo explicó Eugenio Simonetti, presidente de la entidad ruralista, y quien manifestó su preocupación por el perjuicio que esto significa para los productores ganaderos, que de producirse la mudanza dejarán de tener concentrado en un solo lugar todos los trámites referidos a la hacienda.
“Nuestra principal preocupación pasa por el hecho de que los productores, que hoy tienen todo centralizado en el edificio de la Rural, porque también funciona la oficina de Marcas y Señales de la municipalidad y de la Fundación de Lucha contra la Aftosa, para hacer un mismo trámite van a tener que ir a distintos lugares”, manifestó Simonetti.
La misma situación que se vive en Tres Arroyos ocurre en unas 60 sociedades rurales del resto de la provincia. En algunos casos el Senasa ya se fue de los edificios de las entidades y en otros ya avisó que se mudará. “Lo que nos dicen es que Senasa está quebrado y que no pueden pagar el alquiler. Pero no está quebrado por lo que nos pagan a nosotros, que en nuestro casó apenas supera los 6000 pesos, y no pagan ningún servicio, además de que nosotros abonamos la limpieza”, indicó el titular de la Sociedad Rural.
Lo cierto es que el encargado regional de Senasa ya le avisó a Simonetti que el 30 de junio no renovará el contrato, porque el organismo no puede hacerse cargo del alquiler.
“Nos comunicó que podían hacerse cargo de un alquiler de no más de 3000 pesos. Y como alternativa nos propuso que, en lugar de pagar la locación, hacerse cargo de la luz y el gas”, comentó Simonetti. Esta última idea fue descartada por los ruralistas, primero porque a la Rural le llega una sola factura por servicio para todas las dependencias del edificio de la esquina de avenida Moreno y Pellegrini, y segundo porque no confían en que paguen en tiempo y forma las cuentas. “A nosotros estuvieron casi un año sin pagarnos el alquiler. Si eso ocurre, con la luz, por ejemplo, te la cortan”, contó.
“Además, hay que ver si otro propietario está dispuesto a tolerar cobrar con tanto retraso”, agregó. Otra alternativa que se le propuso a la Rural es que se brinde el servicio del Senasa, idea también descartada porque eso implicaría hacerse cargo de los empleados, pero no de la asignación de recursos para pagarles.
Simonetti, aclaró del mismo modo, que “la intención de la Sociedad Rural no es lucrar con los alquileres, de hecho el municipio tiene la oficina de Marcas y Señales y no paga nada. Hasta cierto punto estamos dispuestos a colaborar, pero tampoco podemos perder plata. Un monto bajo, pero razonable, eso es lo que pretendemos cobrar. No es como el caso de otros lugares que le estaban cobrando 30.000 pesos por mes”.
El jueves de la semana que viene, Simonetti viajará a Buenos Aires y concurrirá a la oficina central de Senasa para intentar destrabar la situación y llegar a un acuerdo que deje conformes a las dos partes. En este sentido, hay que recordar que en 2013, bajo el gobierno de Cristina Kirchner, por una cuestión política, desde Nación se bajó la orden de retirar las oficinas de Senasa de las sociedades rurales.
Si bien la dependencia local hasta había alquilado una casa para trasladarse, las gestiones de Carbap y del intendente Carlos Sánchez ante el ministro de Agricultura bonaerense de ese entonces, el “Topo” Rodríguez, hicieron que la mudanza se descartara.
“Nuestra principal preocupación pasa por el hecho de que los productores, que hoy tienen todo centralizado en el edificio de la Rural, porque también funciona la oficina de Marcas y Señales de la municipalidad y de la Fundación de Lucha contra la Aftosa, para hacer un mismo trámite van a tener que ir a distintos lugares”, manifestó Simonetti.
La misma situación que se vive en Tres Arroyos ocurre en unas 60 sociedades rurales del resto de la provincia. En algunos casos el Senasa ya se fue de los edificios de las entidades y en otros ya avisó que se mudará. “Lo que nos dicen es que Senasa está quebrado y que no pueden pagar el alquiler. Pero no está quebrado por lo que nos pagan a nosotros, que en nuestro casó apenas supera los 6000 pesos, y no pagan ningún servicio, además de que nosotros abonamos la limpieza”, indicó el titular de la Sociedad Rural.
Lo cierto es que el encargado regional de Senasa ya le avisó a Simonetti que el 30 de junio no renovará el contrato, porque el organismo no puede hacerse cargo del alquiler.
“Nos comunicó que podían hacerse cargo de un alquiler de no más de 3000 pesos. Y como alternativa nos propuso que, en lugar de pagar la locación, hacerse cargo de la luz y el gas”, comentó Simonetti. Esta última idea fue descartada por los ruralistas, primero porque a la Rural le llega una sola factura por servicio para todas las dependencias del edificio de la esquina de avenida Moreno y Pellegrini, y segundo porque no confían en que paguen en tiempo y forma las cuentas. “A nosotros estuvieron casi un año sin pagarnos el alquiler. Si eso ocurre, con la luz, por ejemplo, te la cortan”, contó.
“Además, hay que ver si otro propietario está dispuesto a tolerar cobrar con tanto retraso”, agregó. Otra alternativa que se le propuso a la Rural es que se brinde el servicio del Senasa, idea también descartada porque eso implicaría hacerse cargo de los empleados, pero no de la asignación de recursos para pagarles.
Simonetti, aclaró del mismo modo, que “la intención de la Sociedad Rural no es lucrar con los alquileres, de hecho el municipio tiene la oficina de Marcas y Señales y no paga nada. Hasta cierto punto estamos dispuestos a colaborar, pero tampoco podemos perder plata. Un monto bajo, pero razonable, eso es lo que pretendemos cobrar. No es como el caso de otros lugares que le estaban cobrando 30.000 pesos por mes”.
El jueves de la semana que viene, Simonetti viajará a Buenos Aires y concurrirá a la oficina central de Senasa para intentar destrabar la situación y llegar a un acuerdo que deje conformes a las dos partes. En este sentido, hay que recordar que en 2013, bajo el gobierno de Cristina Kirchner, por una cuestión política, desde Nación se bajó la orden de retirar las oficinas de Senasa de las sociedades rurales.
Si bien la dependencia local hasta había alquilado una casa para trasladarse, las gestiones de Carbap y del intendente Carlos Sánchez ante el ministro de Agricultura bonaerense de ese entonces, el “Topo” Rodríguez, hicieron que la mudanza se descartara.
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