Tras la finalización de la evaluación de riesgo sanitario, paso cumplido esta semana en Tokio con la reunión del Comité de Sanidad Animal del Consejo de Política para la Alimentación, Agricultura y Zona Rural, el mercado japonés podría quedar habilitado en junio. Aún se debe cumplir con la fase de una consulta pública que demanda 60 días —Japón no es un fuerte productor de carne y sí un importador nato— y luego solucionar la habilitación de frigoríficos y los requisitos sanitarios.
Ayer en rueda de prensa, los ministros Rodolfo Nin Novoa (Relaciones Exteriores) y Enzo Benech (Ganadería, Agricultura y Pesca), junto con el embajador de Japón en Uruguay, Tatsuhiro Shindo, confirmaron el final de la evaluación de riesgo y dijeron que, unánimemente, los expertos nipones confirmaron que no hay inconveniente para la importación de carne bovina de Uruguay.
“Japón le reconoce a Uruguay que el riesgo es manejable y que está dispuesto a importar carne”, explicó Benech.
Uruguay es un país libre de fiebre aftosa con vacunación y Japón es libre sin vacuna. Los importadores del país del sol naciente dejaron de comprar carne uruguaya fresca en 2000 —cuando surgieron los focos de aftosa en Artigas— y ahora el mercado se abrirá para carne sin hueso y madurada. Eso cambia el mix de productos a venderle y los privados tienen que renegociar con los importadores nipones.
Más allá de este detalle, el mercado japonés puede representar una alternativa para la carne bovina terminada a granos que exporta Uruguay —hoy el gran mercado son países de la Unión Europea en base a la Cuota 481—, pues demanda un grado de grasa intramuscular superior.
Eso abriría una oportunidad para valorizar el producto que ha logrado integrar la ganadería con la agricultura.
Potencial. Los ministros uruguayos consideraron una “noticia tremendamente importante” haber llegado al final del análisis de riesgo para el ingreso de carne bovina desosada y madurada en Japón.
“Esto redobla el compromiso que tenemos como país de cumplir las exigencias de Japón. No es solo venderle, es que cree en las políticas públicas de Uruguay. Cree y se lo demostramos, que la trazabilidad ganadera funciona, que nuestro sistema de vacunación funciona y que somos un país libre de aftosa con vacuna”, explicó Benech.
A su vez, el canciller Nin Novoa recordó que Japón “es un país de 120 millones de habitantes que tiene 3 millones de bovinos y un consumo de carne de 1,2 millones de toneladas, por lo que tiene que importar 800.000 toneladas”.
El jerarca recordó que para la apertura del mercado aún faltan dos pasos: uno es la consulta pública que lleva 60 días y el otro, el acuerdo de los requisitos sanitarios.
Lo que pesará al momento de vender son los aranceles, que en caso de Japón será de 38% y “hay países que en el marco de los acuerdos comerciales que tienen con Japón, básicamente nuestros principales competidores de los países de Oceanía, comienzan con un proceso de desgravación arancelaria”, explicó el Canciller.
“Vamos a competir igual con el 38% de aranceles, pero tenemos que igualarnos en las condiciones de acceso con los países competidores”, afirmó Nin Novoa.
Por otro lado, el embajador de Japón en Uruguay, Tatsuhiro Shindo, dijo sentirse muy satisfecho con la decisión adoptada por el Comité de Sanidad Animal y auguró una pronta apertura del mercado.
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