A principios de mayo saldrán a la calle toneladas de caracoles. Su lugar de procedencia es la granja Helicious ubicada en Loredo y su destino los platos de todo el mundo. Ribamontán al Mar ha sido el lugar elegido porque su clima y cercanía a la costa resulta beneficioso para el desarrollo de los 18 millones de caracoles que esperan llegar a tener en la explotación. El proyecto, una inversión privada española y extranjera, actualmente da trabajo a siete personas, la mayor parte del municipio, aunque sus responsables tienen en mente un importante plan de expansión de granjas y una fábrica en el norte de España, lo cual supondría la creación de más puestos de trabajo.
La explotación salió adelante durante 2017, tras cerca de cinco años madurando la idea y estudiando la manera de sacar adelante el proyecto. «Analizamos varios sectores de la agricultura y observamos que la helicicultura tenía una demanda cada vez mayor», explica el gerente de la explotación, Pablo María de Castro. Los trámites para poner en marcha la granja en Ribamontán al Mar, como gestión de distintos permisos, comenzaron hace algo más de un año. No fue hasta julio de 2017 cuando se comenzaron a construir las instalaciones. Unos meses después, en diciembre, se introdujeron los primeros ejemplares de caracoles procedentes de las granjas que hay ubicadas en Polonia, donde nacen los animales y se introducen en incubadoras con condiciones muy controladas de humedad y temperatura.
El lugar elegido fue Ribamontán al Mar porque el norte de España es el lugar idóneo para la crianza de los caracoles. «Cantabria, Asturias y País Vasco, principalmente, Galicia también, pero está mucho más azotada por los vientos lo que estresa a los caracoles». Además, es favorable para la producción de la granja que su situación esté en las cercanías del mar. «El clima es mucho más suave, con lo que los caracoles se desarrollan mejor y además el salitre beneficia a su sabor».
«Los caracoles de Ribamontán al Mar tienen un sabor especial a tierra, setas y salitre» Pablo María de Castro | Gerente de Helicious
Sin embargo, este año precisamente se ha caracterizado por una bajada de temperatura considerable en el territorio, llegando incluso a nevar. Dicha circunstancia ha repercutido en la granja, que ha tenido que retrasar la salida al mercado del producto de abril a mayo. «Sin embargo, prácticamente, al final del año no quedarán reflejadas pérdidas considerables». El motivo es que la bajada de temperaturas ralentiza el desarrollo de los animales. «Ahora pesarían 2 o 3 gramos más, pero la agricultura y la ganadería siempre están sometidas a estas inclemencias», señala el gerente. A su vez, como consecuencia de los temporales sufridos a principio de febrero, mantiene fuera de servicio la mitad de las instalaciones. «El viento nos desmontó parte de la granja», recuerda De Castro. En consecuencia, ahora solo funciona con normalidad la mitad de las instalaciones, 48 parques de 96, reduciéndose la producción a unos 9 millones de caracoles.
Las instalaciones ocupan una hectárea, que se eleva a los 14.000 metros si sumamos las áreas de servicio adyacentes
‘Bon appetit’
La comercialización de los animales está enfocada, principalmente, a la alimentación. De hecho, la demanda viene del mercado internacional. «Francia es uno de los países que más solicitan los caracoles», explica De Castro. A los que añade China, Japón, Dubái y, dentro de España, Cataluña es el gran demandante. Además, de la venta del caracol vivo, Helicious está haciendo distintas pruebas para comercializar su producto procesado. Concretamente, pretenden centrarse en los alimentos gourmet como el caviar de caracol, cuyo precio de mercado puede superar el caviar tradicional, sobre todo en Japón. Han tenido la experiencia en la última edición de Madrid-Fusión, con pinchos de caviar de caracol, añadiendo salmuria, como conservador y potenciador del sabor, y con ostras o zamburiñas. El resultado, según parece, ha sido «espectacular», aunque hasta el momento solo han hecho los 10 primeros botes, pero esperan producir 50 kilos antes de final de este año.
Asimismo, el estudio que los responsables de la granja han realizado respecto a los procesos de crianza del caracol hacen que sean capaces de conseguir que su sabor sea distinto. «Podemos hacer una variante especial para un cliente francés, por ejemplo, que prefiere que tenga un sabor distinto», explica el gerente. Sin embargo, hace hincapié en que «los caracoles de Ribamontán al Mar tienen un sabor especial a tierra, salitre y setas».
Asimismo se plantean extraer la materia prima para elaborar productos de belleza a través de la ya popular baba de caracol. Además, a pesar de que las instalaciones de Loredo llevan poco tiempo en funcionamiento, la marca y sus gestores son ambiciosos y, actualmente, están estudiando crear más granjas por el norte de España. El horizonte establecido en este momento se sitúa en 2020, cuando esperan abrir 10 nuevas granjas y una fábrica, de unos 5.000 metros cuadrados.
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