lunes, 27 de julio de 2015

Coriza infecciosa: ¿una afección que regresa? – 2


Es importante la confirmación de laboratorio de la presencia del Avibacterium paragallinarum ya que puede confundirse con otras afecciones. También es frecuente que se encuentren oportunistas agregados. (Segunda parte de una serie de dos artículos)
Diagnóstico
El material a enviar es preferentemente cabezas de animales con corrimiento encondiciones de refrigeración. A la llegada de los materiales se quema la zona del seno infraorbitario con espátula caliente y se practica una incisión con material estéril. El inóculo se obtiene con asa desde su interior.
Los medios se enriquecen son suero aviar, cloruro de sodio y los factores V y X o usando una siembra en estría de Staphylococcus aureus. Los más usados son agar sangre, agar triptosa o caldo cerebro corazón. La bioquímica típica es ser positiva a Maltosa, D-Manitol y D- Sorbitol y negativa a Trealosa.

Diagnóstico diferencial
En él debemos incluir otras afecciones respiratorias como Mycoplasma gallisepticum y M. synoviae. La forma crónica del cólera aviar por sus lesiones en las barbillas debe ser también considerada así como la viruela cuando afecta las narinas puede ocasionar también corrimiento nasal.
Ornithobacterium rhinotracheale debe ser considerado por su sintomatología. De las de origen viral Metapneumovirus (síndrome de cabeza hinchada) tiene que incluirse ya que sus lesiones se asemejan en particular cuando se agregan bacterias como E. coli.
Otras afecciones virales como bronquitis, laringotraqueítis, etc., pueden en sus comienzos presentar corrimiento nasal pero el resto de signos y síntomas que las acompañan permiten descartarlas inicialmente.

Tratamiento de la coriza infecciosa
El cuadro clínico mejora rápidamente con el uso de sulfas y/o antibióticos. La vía más utilizada es el alimento y lo ideal es mantenerlo durante 7 a 10 días. El seno infraorbitario y el tipo de concreciones caseosas aparecen en ellos y las barbillas, son lugares difíciles de alcanzar para los fármacos. Con mucha frecuencia se producen recaídas y es necesario repetir el tratamiento. El lote debe ser considerado como portador de por vida. La difusión relativamente lenta de la afección permite que aún luego del tratamiento, parte de la población permanezca todavía susceptible. En ese caso, la opinión del veterinario responsable respecto a agregar en el plan vacunaciones es muy importante.
Los antibióticos usados con mayor frecuencia son las tetraciclinas y la eritromicina. Se deben respetar las reglamentaciones en vigencia en cada país y aplicarlos bajo supervisión veterinaria. La aparición de resistencia a estos fármacos se ha reportado desde diferentes áreas geográficas por lo que un antibiograma que incluya al menos tres niveles de concentración del antibiótico es aconsejable. ¿Porque ahora se la observa con mayor frecuencia? Entre algunos avicultores existe la creencia que actualmente la enfermedad ha vuelto a presentarse con mayor frecuencia. Es posible que esto esté sucediendo debido a nuevas condiciones deALOJAMIENTO y manejo derivadas de los cambios económicos de la industria.
En postura comercial, la utilización en la región de jaulas automáticas superpuestas de varios pisos es hoy una realidad cada vez más difundida. La falta de mano de obra y su costo empujan en esa dirección. Pero por razones de escala, las unidades se componen ahora de muchas más aves que en el pasado por galpón. Ello llevó a que se integren ahora con más de un lote de diferentes edades.
Por una parte las plantas de incubación en muchos de nuestros países no están capacitadas para entregar un número tan elevado de pollitas en un solo nacimiento. A ello debemos agregar la realidad siempre presente de tratar de tener un “plateau” de producción a lo largo de todo el año. El objetivo es mantener a nuestros clientes permanentemente abastecidos de la cantidad de huevos con el peso que el mercado solicita.
En la producción de carne la cama se ha convertido en un nuevo problema. Los costos de la misma se han elevado ya que algunos elementos de los más utilizados, como la viruta de madera o la cascarilla de arroz, se utilizan en otras áreas como la producción de energía que está en condiciones de pagar precios más altos por ellas. Las reglamentaciones vigentes de bioseguridad llevan a que sustituirla al cabo de cada crianza se haya vuelto otro elemento que sube el costo de producción y demora los ciclos.
Todas estas circunstancias llevan a que se la reutilice en varias oportunidades. Si el tratamiento de compostaje que debe efectuarse con ellas no alcanza la temperatura y el tiempo necesarios, estamos dando lugar a una posible “transmisión entre generaciones” de patógenos incluida la coriza infecciosa.
El concepto “todo adentro, todo afuera” incluía en el pasado no solo a las aves sino a todo su entorno incluyendo la cama utilizada. Generalmente al fin de cada lote se la vendía a buen precio y tenía demanda elevada.
Esos tiempos han pasado para siempre por lo que debemos mentalizarnos la aplicación de un manejo adecuado de la misma para evitar entre otros problemas más graves a coriza infecciosa.

Prevención de la coriza infecciosa
Además de todas las lógicas medidas de bioseguridad aplicadas en casos de afecciones que dejan aves portadoras como no mezclar edades y/o orígenes, la vacunación es una opción importante. Para ello se utiliza el germen inactivado por diferentes agentes (formol, timerosal) que con escasas diferencias se han mostrado resultados exitosos. Debe incorporarse un adyuvante para mejorar la respuesta inmune.
Tanto el gel de hidróxido de aluminio como suspensiones de tipo oleoso son adecuados. En el pasado, el éxito de las vacunas comerciales estuvo en discusión. La utilización en la misma de los serotipos A, B y C simultáneamente mostró que de ese modo se adaptaba a todas las condiciones locales.
Como es lógico la inmunidad sería mucho más fuerte si se incluyera además los subtipos de Kume ya que no existe una inmunidad cruzada total entre ellos. Su elevado número haría los costos de una vacuna estándar para ser utilizada en diferentes regiones, prohibitivo.
En ocasiones se utilizan autovacunas a partir de aislamientos de la propia granja donde ni siquiera se tipifica el serotipo actuante proporcionando buena inmunidad. Como es lógico son aplicación estrictamente local.
El momento de aplicación varía según su presentación. En algunas granjas el problema es previo al inicio de la postura por lo que una dosis se da a las 8 – 10 semanas y la segunda a las 16 – 17 en las ponedoras o reproductoras.
En otros lugares el problema se presenta durante o inmediatamente después del pico de producción por lo que se recomienda aplicarla a las 17 – 18 semanas y un refuerzo a las 22 – 23, antes de alcanzar posturas más elevadas.
En lugares donde se ha presentado repetidamente con recaídas frecuentes es posible que al comienzo de la aplicación de un plan de vacunas haya que proporcionar una tercera dosis incluso administrar antibióticos en el alimento hasta poner la situación bajo control.
Para los parrilleros deberíamos confiar más en una buena desinfección y bioseguridad entre lote y lote ya que su vida corta impide alcanzar una buena inmunidad en los momentos de mayor riesgo.

En resumen: como en muchos otros casos también en coriza infecciosa un manejo correcto y bioseguridad son las mejores armas.

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