
Las cuatro provincias que aportaron el 87% de los derechos de exportación por soja sólo recibieron el 43% de lo distribuido. El campo se retrae para aguantar el temporal.
El embudo político y económico que encaminó la producción agropecuaria a un destino de monocultivo sojero parece seguir ajustando sus variables hacia un destino de inviabilidad. Es cierto que en los últimos años los sojeros hicieron mucha plata en detrimento de otras actividades, pero ese esquema ya caducó. Hoy, los márgenes de indiferencia colocan en zona de quebranto a la oleaginosa en campos alquilados o de mala calidad. Por suerte para las arcas del Estado, las lluvias colocan a los rindes en cifras históricas, aunque esa bonanza no alcanza para planificar una campaña de trigo en un invierno que no permitirá mantener las rotaciones. ¿El suelo?. Bien gracias.
“Los rindes de indiferencia son cada vez más altos. A los campos de menor productividad ya no conviene más hacerlos producir. Nosotros achicaremos superficie para quedarnos con los lotes de mayor productividad que nos permitan zafar de esta etapa tan complicada”, nos dijo esta semana Ariel Bertossi. En San Carlos ellos apostaron por diversificar su empresa hacia la producción y exportación de semillas de soja de alta calidad, con todo el paquete tecnológico. “El tipo de cambio malo, la excesiva presión fiscal, costos estructurales muy caros, insumos que cotizan al dólar paralelo y no al oficial; la caída de precios internacionales, políticas para exportar muy negativas, prohibiciones y problemas para vender trigo o maíz”, son las causas.
El Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, realizó un nuevo análisis de las partidas enviadas por la Nación en tal concepto de Fondo Federal Solidario. El trabajo destaca que la producción de soja del centro-norte entre la campaña 2010/11 y la 2013/2014 alcanzó un total de 8.200.993 toneladas con un ingreso potencial por derechos de exportación de $ 7.922,7 millones. En tanto, el monto recibido por Fondo Federal Solidario, entre abril de 2010 y marzo de 2015, fue de $ 379,2 millones, lo que significa sólo un 4,8% de lo aportado por derechos de exportación. El esquema soja-dependiente caducó, aunque desde Buenos Aires no parecen haberse enterado.
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