
URUGUAY : La mejora de las pasturas, su manejo con la incorporación del alambrado eléctrico y el desarrollo de una base pastoril, ha sido una de las grandes contribuciones tecnológicas de Nueva Zelanda a Uruguay a lo largo décadas de relacionamiento.
La lechería uruguaya viene mostrando un mayor uso de concentrados, pero los tamberos saben que no se puede perder la base pastoril y eso se nota más cuando los números están justos; para algunos productores, explotar más la pastura está en el debe.
Uruguay y Nueva Zelanda tienen grandes similitudes, pero también grandes diferencias. En Nueva Zelanda los colonos ingleses construyeron un país pastoril desde cero y en condiciones muy duras. Uruguay no tuvo colonos, sino conquistadores y ya había pasturas para desarrollar la ganadería.
El 20 de mayo de 1953, en el Paraninfo de la Universidad de la República y con una sala repleta de técnicos y productores, expuso el doctor McMeekin, entonces director de la Estación Experimental de Investigación Animal de Ruakura, Nueva Zelanda. Tras recorrer el país dijo que “las pasturas que hay en el Uruguay no son buenas para el Uruguay. Hasta que esta idea no se acepte, el trabajo de mejoramiento no puede empezar”, sentenció.
El visitante explicó que el término praderas mejoradas “se refiere a pasturas permanentes sembradas y a pasturas naturales a las que se le introdujeron especies de rendimiento más alto. Tiene que ser un concepto totalmente aceptado en Uruguay”. También exhortó a introducir “leguminosas de alto rendimiento como llave de una más alta productividad”.
McMeekin le dijo a los uruguayos que el camino que planteaba requeriría “de mucho esfuerzo y de muchos errores”.
Sus conceptos calaron hondo y provocaron numerosas investigaciones y ensayos en la búsqueda de lo que parecía una quimera, pero finalmente, el agro uruguayo hizo bien los deberes.
Teniendo en cuenta todo ese aporte, Manuel (Mac) Herrera, productor lechero de Florida y durante más de 20 años cónsul honorario de Nueva Zelanda en Uruguay, aseguró a El País que parece ser que hoy se “perdió el rumbo en las pasturas. No tenemos ni buena pastura, ni buena utilización de este recurso”, como lo tuvo años atrás.
Herrera sostiene que “se debe mirar más el recurso pasturas en Uruguay porque es poco productivo y se puede aprender mucho de Nueva Zelanda”.
En el debe.
Para Herrera el retroceso que se ha dado en estos años, principalmente por lo que fue la pérdida de la extensión y la investigación que hacía el Plan Agropecuario mirando mucho hacia Nueva Zelanda, es más notorio, por lo que se arriesgó a decir que “ya no hay investigación y no hay una fuerte transferencia técnica”.
Según su visión, todo eso repercutió en que “muchos productores “se olvidaron del manejo de la pastura, de estar encima de ellas”, porque cuando los precios en la lechería lo permiten “es más fácil levantar el teléfono y encargar ración.”
El pensamiento del excónsul neocelandés reaviva la discusión sobre el modelo productivo que debe aplicar Uruguay en su lechería para continuar en la senda del crecimiento.
Mientras, en Nueva Zelanda los colonos ingleses construyeron desde cero un país pastoril y la fertilidad, a fuerza de leguminosas y fósforo. Por eso fueron un ejemplo.
También es cierto que Uruguay puede mirar hacia atrás con orgullo de la tecnología que creó durante décadas y muchas veces mirando el modelo de la isla.
“Todo el sistema de producción pastoril está diseñado para que produzca mucho más. No hay mayores limitantes, pero nos hemos quedado”, aseguró el excónsul honorario de Nueva Zelanda en Uruguay.
Para Herrera “el problema de sacarle más productividad al campo es un debe de Uruguay. Todo lo que se sabe y lo que se dice, se aplica muy poco. Se dejó de hablar de manejo de las pasturas y de investigar. Podemos sacarle mucho más jugo a lo que logramos”.
Como ejemplo, destacó que el nivel de utilización de las pasturas en Nueva Zelanda es de entre 70% y 80% y Uruguay está en 30%. “Hay mucha tecnología para adaptar todavía”, añadió.
Ganadería.
Mientras tanto, también en la ganadería existe una cierta carencia en cuanto a la disponibilidad de tecnologías en materia de pasturas y asesoramiento, principalmente a nivel de las empresas medianas.
Ese tipo de empresa era la que asistía antiguamente el Instituto Plan Agropecuario, actualmente más enfocado a la transferencia tecnológica y la asistencia del pequeño productor. “Al cambiar la orientación se dio un vacío entre la información que se genera desde el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), desde otras instituciones y lo que el productor precisa”, aseguró el presidente de la Federación Rural (FR), Carlos Uriarte.
Por otro lado, también se da que con el avance de la agricultura y la forestación, “la ganadería se desplazó hacia nuevos ambientes y campos más marginales. Estamos conociendo esos nuevos ambientes y todo lo que teníamos adoptado y para aplicar en cuanto a pasturas en rotaciones con áreas agrícolas, en estos nuevos ambientes no es lo mismo”, agregó Uriarte. El titular de la FR, aseguró que los productores están enfrentando el desafío de “evaluar esas tecnologías que nos permitan mejorar la calidad y la disponibilidad de pasturas en nuevos ambientes”.
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