domingo, 26 de agosto de 2012


Se agota el factor climático y ahora nos enfocamos en otros aspectos

El factor climático en el precio de los granos está agotado, y ahora pasamos al siguiente desafío. Históricamente esto habría sido los comentarios de rinde, pero en esta campaña en particular el foco pasa a ser también la restricción del consumo necesaria para administrar la escasez de maíz y soja que existe en el mundo.
Los precios encontraron techos en el mercado internacional, y a pesar de que los fondos especulativos siguieron comprando no se logró romper los mismos. Es más, se han dado leves bajas. Esto habla de las dificultades para extender las subas desde precios tan elevados.
  • ·         De todas formas la tarea de racionamiento que hay por delante, y además la necesidad de tentar a Sudamérica para que siembre una gran cosecha de soja, y al mismo tiempo hacer un guiño a los productores de maíz hace que no podamos esperar bajas sostenidas en los niveles de precio.
  • ·         No obstante lo que si podemos esperar es mucha volatilidad, dado que los fondos están muy comprados y en cualquier momento se puede desatar una baja técnica, la que sería aprovechada por los compradores internacionales para aprovisionarse más barato.
  • ·         Finalmente cuando todos los indicadores apuntan para arriba, y observamos una suba tan importante como la que se dio recientemente el problema es que cualquier elemento inesperado negativo puede catalizar un ajuste bajista. Todos estos mercados han terminado en picos que luego mostraron fuertes bajas, debemos estar atentos para que esto no nos tome por sorpresa.  
  • ·         En el mercado local se trasladaron precios ópticos muy interesantes en maíz y trigo que despertaron las ventas de parte de los productores, lo cual es totalmente correcto teniendo en cuenta lo que ha pasado en años anteriores una vez que los ROE de maíz y trigo capturan todo el saldo exportable. El sector parece haber aprendido la forma de trabajar con estas restricciones, tras unas cinco campañas de malos tragos.
  • ·         En cuanto a la soja, con gran parte de la cosecha vieja comercializada, lo que queda no se vende tan fácil, y la nueva se reserva a la espera de precios más interesantes, ya que los mismos se quedaron atrasados respecto a los valores de maíz y trigo, y además el gran diferencial que tiene respecto de la disponible desalienta las ventas. Esto último es un concepto erróneo.

La nueva discusión parte 1: racionar el consumo

Hasta aquí el mercado estuvo atento a la definición de la oferta de maíz y soja en el mercado internacional, que estuvo siendo recortada en EEUU por los problemas climáticos. Recordemos que por el mes de mayo todo apuntaba a una excelente cosecha de maíz porque el área sembrada era récord, la siembra fue temprana gracias a que la humedad de los suelos era incluso algo baja, pero iban llegando lluvias a tiempo, y el nacimiento de los cultivos se dio en buenas condiciones. Ello llevó a pronosticar una cosecha superior a 370 mill.tt. para EEUU. Con ello los stocks se iban a duplicar, pasando el maíz de una situación ajustada a una holgada, justificando un ajuste de precios negativo que podía ser muy fuerte.
Sin embargo en junio las lluvias desparecieron, y hasta inicios de agosto prácticamente no llovió. Esta situación totalmente excepcional tomo por sorpresa no solo a los operadores y a los productores, sino también a los climatólogos y los analistas, que nunca pensaron que la seca podría ser tan violenta, aún contando con tecnología de punta para analizarlo. Este mes el USDA proyectó una producción de 278 mill.tt. es decir que desapareció de la oferta 100 mill.tt. de maíz.
En el caso de la soja la situación inicial que se proyectó fue de una producción importante, pero sin la suba que se veía en maíz porque el área de hecho bajaba levemente. Esto hacía que los stocks norteamericanos de soja siguieran muy ajustados, como vienen en las últimas campañas, asegurando precios firmes, toda vez que la producción sudamericana también había sido pobre.
De todas formas la merma del rinde de soja borró de la oferta algo más de 10 mill.tt.
Si la merma de oferta se trasladara tal cual a los stocks, en soja pasaríamos a stocks negativos, y en maíz a stocks casi nulos, situación que no puede ocurrir.
Técnicamente lo que ha ocurrido aquí es que al haber una menor producción toda la función de oferta se redujo. Ahora bien, la pregunta es que va a pasar con la demanda? Recordemos que la demanda representa el comportamiento de los compradores, y nos muestra cuanto están dispuestos a adquirir a cada precio. Repasemos los factores que influen en la misma:
  • ·         Población: es un hecho que la población mundial crece, peor lo hace cada vez más despacio. A su vez en ese crecimiento los países más desarrollados se estancan o pierden población, mientras que los emergentes siguen creciendo a tasas importantes.
  • ·         Nivel de ingresos. Desde el 2008 estamos en una recesión que tiene foco en los países más desarrollados, los mismos han tenido una caída en sus  ingresos. Sin embargo los alimentos no son sensibles al cambio en el nivel de ingreso de esos países. En tanto los países emergentes han logrado sostener tasas de crecimiento positivas, y en estos países si hay un cambio de alimentación. Cuando observamos la composición de su dieta, vemos que hay muchos cereales (sobre todo arroz) y poca carne, aceites, verduras y lácteos. Esto se debe a que al tener pocos ingresos restringen su consumo a alimentos de menor calidad (bienes inferiores). Cuando el nivel de ingresos aumenta, se espera un cambio de dieta que lleva a remplazar esos alimentos por otros más complejos y caros. Estos además ponen una presión sobre la producción primaria importante.
  • ·         Preferencias. Este punto está relacionado con el anterior, las personas prefieren consumir alimentos complejos y no granos en forma directa, con lo cual gracias al aumento del ingreso en los países en vías de desarrollo veremos aparecer nuevos consumidores de estos granos. Otra variación en las preferencias es la aparición de los biocombustibles, que implican una nueva fuente de demanda.
  • ·         Bienes sustitutivos. En lo que hace a los alimentos, no hay demasiados sustitutos disponibles con lo que al aumentar su precio, no hay otros bienes con los que podamos remplazarlos. En tanto en los biocombustibles si hay remplazo, se pueden utilizar combustibles fósiles, cuyo determinante es el precio del petróleo o bien biocombustibles. El precio del petróleo viene aumentando nuevamente, y si bien el alza de los granos generó un deterioro para los biocombustibles, esta situación se viene salvando.
  • ·         Anticipación. Como se observa una tendencia alcista en los precios por la menor oferta, es posible que los compradores anticipen sus adquisiciones, aumentando la demanda presente y anticipando la suba que se espera más adelante.
Como vemos todos estos factores nos hablan de una demanda muy firme. Sin embargo esta demanda nos dice que cantidad de granos se estaría dispuesta a comprar a distintos precios. En caso de que la disponibilidad de granos fuera grande, el consumo también lo sería, pero con precios relativamente bajos. En un esecenario como el que describimos, donde hay poca cantidad ofrecida, deberíamos ubicarnos en puntos más altos sobre la curva de demanda, en donde las cantidades demandadas sean menores, pero a precios mayores.
Es preciso distinguie el concepto de demanda, del concepto de consumo o cantidad demandada. La demanda es cuanto se estaría dispuesto a comprar a distintos niveles de precio, teniendo presentes los factores que antes mencionamos. El consumo es el punto específico dentro de la función de demanda en el que en un momento determinado se ubica el mercado. Teniendo presente la cantidad disponible de granos, veremos que punto de todos los posibles de la función de demanda es el que se verifica, arrojando así un nivel de precios determinado para este nivel de consumo específico.
Cuando decimos que es necesario racionar la demanda porque hay menos oferta, lo que implicamos no es que la función de demanda tenga que disminuir (esto es que a cada precio la gente quiera consumir menos granos) sino  que al haber menos cantidad, habrá que trasladar el nivel de consumo actual a uno más bajo, y la única forma de lograr esto es con precios más altos.
El problema es que no es sencillo estimar la función de demanda, por lo que se recurre a un método de prueba y error: los precios van subiendo y se observa la reacción del consumo, para ver si el mismo baja lo suficiente como para encontrar un nuevo equilibrio. Este es el proceso que estamos viviendo actualmente.
Hasta aquí la demanda de maíz se ha visto reducida, lo que se puede observar en indicadores específicos como las exportaciones semanales de EEUU, o el consumo para etanol de ese país. Ambos se contrajeron, pero el problema es que no en forma significativa. El USDA planteó que para fin de esta campaña el consumo debería ser mucho menor, en base a ello se calcula cuanto debería ser semana a semana el consumo y se va viendo su marcha. La desaceleración en las compras de maíz no es todo lo fuerte que se necesitaría, pero al menos el consumo está respondiendo a los precios más altos.
En soja en tanto esto no está ocurriendo. Las compras de China del mes de julio fueron récord, con 5,8 mill.tt. adquiridas. En tanto las exportaciones semanales de EEUU siguen muy firmes, así como la molienda semanal. Aquí se observa una menor o casi nula respuesta del consumo a la suba de precios.
La conclusión a la que llegamos es que los precios no están logrando reducir en la medida necesaria el consumo, por lo que deberían mantenerse en estos niveles para desalentar cualquier esperanza de que caigan a futuro, o incluso subir.

La nueva discusión parte 2: cuanto será el rinde real?

En poco tiempo mas comenzarán a correr las cosechadoras por lo campos de maíz y soja de la zona núcleo. Esto comenzará a generar datos reales de rinde que serán comparados con las estimaciones del USDA. Si los datos de rinde quedan por debajo de los del USDA, será necesario un nuevo salto en el nivel de precios.
Los primeros datos de rinde que van llegando desde zonas periféricas o bien de lotes muy adelantados son desalentadores, pero de todas formas no  son representativos del grueso de lo que podría pasar en EEUU. Deberemos esperar a inicios de septiembre para tener datos más reales de maíz y a fines del mimo mes para ver los de soja.
Ahora bien la otra cuestión es el área cosechable. Lo crudo de la seca que se vivió este año en EEUU, llevó a que una cantidad mayor de lotes fueran abandonados respecto de lo normal para otros años. El USDA no habría reconocido en este sentido todo lo que los analistas están previendo. De todas formas es difícil determinar cuantos lotes no serán cosechados, por lo que no queda otra posibilidad que esperar a que se concluya la cosecha y ver la evidencia concreta. Aquí habrá que esperar más para tener un dato real.

La actitud de los especuladores

Una fuerza innegable del mercado son los especuladores. Es importante mencionar que es imposible decir que porcentaje del precio tiene que ver con los especuladores, o cual debería ser el precio si los mismos estuvieran fuera del mercado, porque en la realidad estos operadores no reciben granos ni los producen. Los que convalidan precios entregando o pagando los mismos son los productores y los consumidores genuinos, y ellos convalidan o no los mismos, con lo que en última instancia lo que prima es el mercado real. Lo que hacen los especuladores es acentuar las tendencias puntuales de precio que se pueden ir viendo.
En el caso concreto del maíz y la soja, lo que ocurrió fue que desde inicios de junio los especuladores tradicionales observaron que la seca era muy importante, y a medida que iban recibiendo información al respecto iban comprando. En maíz adquirieron 33 mill.tt. y en soja casi 7 mill.tt. En tanto los precios subieron en el caso del maíz un 37% (más de 80 U$S/tt) y en soja 24% (más de 120 U$S/tt).
Así las cosas a groso modo podríamos decir que la ganancia acumulada es de casi 3.700 millones de dólares
Pero esa ganancia está “en los papeles” para que sea real hay que tomarla, es decir vender. Si los fondos decidieron salir a vender todos juntos, esto generaría una caída fuerte de precios. Sin embargo a pesar de que los precios se estabilizaron e incluso bajaron levemente esta semana, la posición de los fondos hasta el miércoles había subido, con lo que no hemos visto nada del poder de fuego de los mismos.
El mercado es un polvorín esperando para que una chispa genere la explosión. La misma puede comenzar con algo mínimo, pero el peligro es que se desarrolle una reacción en cadena que inspire una baja fuerte.
Estos fondos se manejan con órdenes de venta ya precargadas en el mercado teniendo presente parámetros técnicos. Si se empezaran a romper niveles técnicos clave a la baja, se dispararían en forma automática órdenes de venta que llevarían a su vez a que otras órdenes se dispararan, y así sucesivamente hasta que se terminara el combustible: hasta que la posición de fondos se neutralice.
Es importante recordar aquí que este no es el único factor de mercado, y que si se produjera esta reacción en cadena bajista, es de esperar que los compradores genuinos aprovechen la oportunidad para abastecerse a precios más bajos comprando lo que los especulativos quieren vender, lo que podría poner piso a los precios, y asegura una recuperación posterior. El problema es la volatilidad que generaría.

 Los precios del trigo despegan

La baja producción de trigo de este año y las dificultades para comecializarlo han generado una merma de área que de acuerdo al estimador puede ir de 20% a 40%. Esto inspiró en quien escribe un vicio complejo que es dedicar poco espacio al análisis de este grano, cosa que trataremos de remediar.
Esto se debe a que mientras la soja y el maíz están con una situación de stocks muy ajustados y en caída libre, los stocks de trigo en el mundo son relativamente elevados. Es cierto que vienen mermando, pero no debería generar un problema de abastecimiento. No obstante al subir los precios del maíz y la soja, los valores del trigo no pueen quedarse atrás ya que compite en área con los otros cultivos, y con distinto grado puede existir sustitución de unos por otros.
Otra diferencia entre el mercado del trigo y el de maíz y soja es que la producción y el consumo están muy dispersos en el mundo. No hay países dominantes, por ello los problemas de producción tienden a ser parciales y a compensarse. Es así que mientras Europa, la ex Unión Soviética y Argenitina están con mermas productivas, otros países como EEUU y Canadá incrementan la producción compensando con ellos.
No obstante los cambios en el abastecimiento suelen generar problemas puntuales. Tal es el caso de Europa del Este donde la producción de trigo será mucho menor que lo normal, y se estima perderán exportaciones por casi 8/10mill.tt. las mismas deberán ser remplazadas con otro origen generando esto necesidades de importación que recalientan los precios internacionales.
En el caso puntual de Argentina tiene importancia elevada lo que pasa con Brasil. Este país es un importador neto de trigo muy importante, y al estar cerca de nuestra región, y tener tratamiento preferencial por el MERCOSUR se transforma en el socio comercial por excelencia.
En un contexto de trigo complicado internacionalmente, y con Brasil necesitando trigo, la demanda se recalienta y los precios despegan.
Sin embargo el problema es la traslación de ese precio internacional al mercado local. El valor FOB del trigo Argentino justificaría un precio local de unos 250 U$S/tt, pero el mismo sólo se paga 210 U$S/tt. La diferencia se debe a que el saldo exportable está casi agotado, la exportación no puede realizar nuevos negocios, tiene compras suficientes para abastecer los ya concretados, y sólo le interesa comprar si el margen es lo suficientemente tentador o bien si puede pensar en embarcarlo luego como trigo nuevo, utilizándolo para empalmar cosechas.
El trigo nuevo en tanto es otra historia. La paridad de exportación está en unos 230 U$S/tt, y el precio que se está pagando en condiciones cámara está en torno a 220/225 U$S/tt, es decir que el diferencial se ha reducido hasta niveles casi impensados. Esto se debe a que hay saldo exportable, se están otorgando ROE VERDE, pero para conseguirlo los exportadores deben demostrar que están comprando,  y ello es lo que lleva a que exista tanto interés por este grano.
Recordemos que el gobierno autorizó la exportación de 6 mill.tt. de trigo. No obstante, teniendo en cuenta la caída de área y siendo generosos con las variables productivas, el saldo exportable debería ser a lo sumo de 4 mill.tt. De ellas ya se llevaban compradas a la semana pasada 2,8 mill.tt. por lo que el saldo exportable tiene riesgo de cerrarse en cualquier momento. Por ello no hay razones para demorar la venta de trigo desde lo comercial. Desde lo productivo lo que ocurre es que todavía hay riesgo de tener menor rinde que lo esperado, pero hay que ser consientes que el trigo que no se venda en las próximas semanas podría quedar preso del consumo interno.
Ventas de maíz se reactivan con los 200 U$S/tt, y aunque estamos lejos de la paridad hay tiempo para esperar una mejora
El maíz también sufre en Argentina las restricciones del sistema de ROE VERDE. La comercialización está restringida mientras exista saldo exportable, y se hayan autorizado ROE. Sin embargo la novedad de este año fue que, al igual que pasó con el trigo, el gobierno abrió la exportación de maíz, y por un tonelaje muy importante, 15 mill.tt.
La primera pregunta es si los 15 mill.tt. son una proyección de saldo exportable lógica o no. Al respecto lo que hay que considerar en primer término es la estimación de producción, y esto no es sencillo dado que el área de siembra de maíz es toda una incógnita. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó un área de maíz 20% inferior a la del año pasado, aunque es complicado definir un número final ya que la intención inicial apuntaba a una caída mucho mayor, pero la recomposición de precios reciente “compró” área adicional. Sin embargo, no sólo el margen bruto impedía que se hiciera maíz esta campaña, el otro factor decisivo es el elevado costo y la fuerte inversión inicial que es necesario realizar para implantar maíz, tras una campaña donde se enfrentaron fuertes pérdidas productivas, minando la capacidad financiera de las empresas del sector, y además en la que el crédito se ha vuelto un recurso escaso. De todas formas hay analistas que creen que la superficie puede ser algo mayor.
Ahora bien, una vez definida el área hay que “asumir” cierto porcentaje de área no cosechable y un rinde estimado. Dada la recarga de humedad de las lluvias de esta semana, y las perspectivas de un año niño moderado, es muy posible que los rindes se ubiquen en el extremo superior del rango.
Con parámetros promedio estaríamos entre 18 y 20 mill.tt. de producción, y con los mejores datos recientes entre 24 y 27 mill.tt. Tomemos 19 y 25 mill.tt. para nuestros cálculos, lo que generaría una proyección de saldo exportable de 11 a 17 mill.tt. Con esto vemos que la proyección del gobierno de 15 mill.tt. podría no ser tan errada. No obstante cumplido ese cupo, no quedaría demasiado espacio para nuevas exportaciones.
Ahora bien, desde la modificación del criterio de reparto de ROE VERDE es necesario que para asegurarse el cupo, los exportadores tengan la mercadería comprada, de allí que pasemos a analizar más que nada el ritmo de compras para determinar que tan comprometido viene ese tonelaje. A un mes de la apertura de los ROE VERDE ya hay tomadas unas 2,8 mill.tt. de maíz, sin contabilizar la última semana donde  al pagarse los 200 U$S/tt, se estima que se habría comprado un tonelaje muy importante. Así las cosas, el ritmo excede las 2 mill.tt. mensuales, con lo que llegando a los primeros meses del 2013 podría estar agotado el saldo exportable.
La conclusión aquí es doble: por un lado hay tiempo suficiente para esperar en maíz ya que el mercado internacional está firme, y el saldo exportable remanente es importante. La segunda conclusión es que de todas formas deberemos colocar el grueso de la producción de maíz antes de que llegue la cosecha, ya que a este ritmo los ROE VERDE no alcanzarán para toda la campaña.


Reflexión al margen: puede el consumo interno sostener 


trigo a 220/230 U$S/tt y maíz a 200 U$S/tt

Es necesario tener presente que una gran parte de las intervenciones que vemos en nuestros mercados tienen como objetivo asegurar la provisión de alimentos al mercado interno a precios accesibles. Esto se lograba por la doble medida de restringir las exportaciones, que sigue en efecto, y de subsidiar la producción de alimentos, especialmente carne y harina de trigo. Esos subsidios han sido discontinuados, por lo que ahora las industrias deben abastecerse al precio que logren conseguir en el mercado, y esto es un problema. Los niveles de precio de la carne no son compatibles con los precios forward de maíz y trigo. Sin embargo, lo que influye en los precios son los mercados disponibles, y no los forward, y los mismos cotizan bastante por debajo de los valores de cosecha nueva.
Sin embargo en algún momento el forward se convertirá en disponible, y los valores podrían encontrar un limitante político. Esto ocurriría al mismo tiempo que se estarían agotando el saldo exportable, lo que refuerza el diagnóstico anterior de que deben aprovecharse estos precios forward.

El mercado de soja local con poca oferta aunque apetecible para el gobierno

Localmente queda poca soja de la campaña 2012/13 en el campo, un tercio de la cosecha cuando el año pasado a esta fecha quedaba un 70%.  Sin embargo todavía son unas 10 mill.tt. en poder de productores, que la industria necesita. Sin embargo la pregunta es que tan urgentemente la necesita? Si nos guiamos por los precios que traslada al productor, parece que no tan desesperadamente, ya que la paridad de la industria está en por encima de los 1.900 pesos, y los precios en torno a los 1.800 haciendo números redondos. Esto ocurre porque la industria ya ha decidido hacer una parada planta mucho más prolongada que otros años, asumiendo costos importantes, pero bajando así su necesidad de compra. Para afrontar los costos trata de engrosar su margen de ganancia. Por ahora esta política del sector no muestra fisuras, ya que las mismas asumen que aún cuando las empresas entraran en una competencia de precios para hacerse de la soja en el campo, no alcanzaría para que logren evitar la parada de planta.
Pero aquí viene una reflexión poco simpática. Es común escuchar de parte de los analistas económicos y los medios una reflexión: tomando un precio FOB de 600 U$S/tt para el cálculo, esto equivale a decir que  los productores retienen soja por un importa de 6.000 mill. U$S. Al hacerlo impiden que esas divisas ingresen al país en un momento donde el Gobierno quisiera que las reservas se engrosen. Por otro lado el 35% de ese importe es recaudación que el Gobierno también necesita: estamos hablando de casi 10.000 millones de pesos. Estos analistas sugieren que podrían ensayarse medidas para forzar que ese dinero ingrese.
Pensando luego en la próxima campaña, los exportadores están algo remisos a trasladar la capacidad de pago completa de la soja cuando los precios se disparan a la suba, ya que temen que una vez pagados valores importantes, si el precio internacional cede, sea complicado reducir los precios.
De todas formas el valor es muy interesante, y podría sostenerse al menos hasta que el foco del mercado deje de ser la complicada campaña norteamericana, y pase a las perspectivas de recuperación de oferta Sudamericana, lo que pasaría recién en enero de 2013.
Igualmente el amplio diferencial de cosecha vieja y nueva, que supera los 80 U$S/tt lo que está haciendo es reflejar esa situación en los precios, lo cual es correcto, por lo que el valor de la soja mayo no debería caer demasiado aún cuando la producción sudamericana sea importante. Lo que si pasará es que a medida que nos acerquemos a la cosecha nueva, los precios de las posiciones disponibles irán cediendo.

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