Admite Agrícola en Venado Tuerto
Para Diego Villarroel, técnico de INTA Manfredi, los implementos
tecnológicos permiten tener un control total de la producción,
incrementar la eficiencia y apostar a su certificación. La Agricultura
de Precisión es uno de los temas en los que se capacitan los usuarios
que participan de Admite Agrícola.
La incorporación de la tecnología a la maquinaria agrícola es uno de
los saltos más importantes que experimentó el agro en los últimos años.
La mayoría de los equipos nuevos ya vienen con monitores de rendimiento
incorporados, y muchas fábricas de cosechadoras ofrecen la posibilidad
de agregarlos. Incluso, ya existen tres monitores de origen argentino,
que son tan confiables como los extranjeros.
Sin embargo, para poder aprovechar la información que surge de dichos
implementos, es importante la capacitación de los usuarios. En Admite
Agrícola, la plataforma de entrenamiento para usuarios de maquinaria que
se está llevando a cabo hasta el 11 de agosto enla EscuelaSalesianade
Venado Tuerto, organizada por Ferias y Exposiciones Argentinas S.A., los
asistentes consultan, comparten y profundizan los conocimientos que
surgieron a partir de la utilización de los monitores.
Cosechando datos
Diego Villarroel es técnico del proyecto de agricultura de precisión y
máquinas precisas del INTA Manfredi y fue docente de agricultura de
precisión en el módulo de cosecha. El técnico explicó que los
banderilleros satelitales y los monitores de siembra fueron los
implementos más incorporados, pero que con los monitores y mapas de
rendimiento es posible incrementar notablemente la eficiencia.
“Como los mapas de rendimiento permiten recopilar datos
georeferenciados se pueden administrar mejor los insumos, marcar
situaciones dentro del lote como malezas, fallas de siembra o
manchoneos, e identificar variedades o tratamientos”, expresó, y
consideró que su incorporación no tiene alto costo y es útil incluso
para aquellos lotes parejos porque “se pueden realizar manejos variables
de semilla o de fertilizante, diferentes tipos de ensayos y analizar
qué opción se comportó mejor ante una modificación”.
En relación a los monitores de rendimiento, indicó que en general
muestran en qué condiciones se está trabajando, como la velocidad, el
ancho de corte, los niveles de pérdida, que ofrecen datos como la
humedad promedio o el nombre del lote y de la carga, y que posibilita
ver el nivel de eficiencia con el que se está trabajando, tanto en la
trilla, la separación, limpieza o pérdida de semillas.
Si bien hoy no es una tendencia adoptada, el técnico opinó que
utilizar estas herramientas permite pensar en la certificación de la
producción, ya que como permite contar con todos los datos del manejo a
lo largo de los años, se puede realizar su trazabilidad y de esa manera
apostar al agregado de valor y la denominación en origen.
Villarroel tomó como ejemplo un pequeño productor de la municipalidad
de Oliva, Córdoba, que adoptó el mapeo y dosificación variable en
siembra, y para amortizar el gasto también comenzó a prestar el servicio
a terceros. “Vio que hacer dosificación variable era rentable, pero
también empezó a pensar en el manejo agronómico del campo: administraba
la densidad de siembra y la fertilización en las zonas buenas, pero
también utilizó los datos para ir mejorando los ambientes malos. Por
ejemplo, en las zonas malas sembraba sorgo”.
Adelantarse al futuro
Entre las tendencias que se mencionaron en las clases de Admite
Agrícola se destaca la utilización de un solo monitor para siembra,
pulverización y cosecha, con el objetivo de que se simplifique su
utilización para el operario. “También estamos apuntando a hacer un mapa
de calidad, de proteína y de aceite, que se agregue al rendimiento, y
le podríamos sacar provecho en el trigo por ejemplo”, indicó Villarroel.
El técnico añadió que también hubo avances en el almacenamiento de los
datos, y que hoy los sistemas almacenan la información cuando no hay
cobertura de señal, y la transmiten apenas la red reaparece.
Por supuesto, los implementos tecnológicos apuntan hacia las
automatizaciones, y los pilotos para cosecha con márgenes de error
menores a los2,5 cm. pasan a ser verdaderamente importantes. Además,
llamó la atención la conexión bidireccional, que apunta a que mientras
se realiza la trilla se reciban los datos no sólo de la cosechadora sino
también los de la tolva en el mismo monitor, y que la máquina realice
una calibración automática en función de los resultados.
“Lo que se viene son las máquinas que siguen al líder. Por ejemplo,
cuando se está realizando la cosecha y la capacidad de almacenaje está
llegando al 70%, la máquina le manda un mensaje al tractor con la tolva,
que busca a la cosechadora, se posiciona a una distancia determinada,
se hace la descarga y luego vuelve a su lugar, todo de manera automática
y sin operador. La idea es que el operario ya no maneja, sino que va
mirando parámetros, analizando los datos, y gracias a que está más
descansado es más eficiente”, anticipó el técnico de INTA.
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