jueves, 19 de julio de 2012

“Es clave hacer un mayor hincapié en los procesos de manejo”


En el marco del Proyecto Ganadero que lleva adelante el INTA Concepción del Uruguay, la AER de San Salvador -Entre Ríos- propone acciones a tener en cuenta frente a los partos que ocurren en rodeos de cría.
Para un eficiente aumento e intensificación de la producción en la cadena cárnica, es clave hacer hincapié en los procesos de manejo. La atención del parto es uno de ellos y tiene relevancia, ya que la cría se encuentra dentro de los primeros eslabones de la actividad. Los resultados reproductivos a nivel nacional no superan el 60% de terneros logrados, por lo tanto y para hacer frente a esta situación, se torna imprescindible trabajar activamente  junto a los productores y su personal.
El criador tiene en claro que el objetivo de su empresa es producir terneros: sus vacas tendrían que parir uno por año, lo que implica que la capacitación de los operarios rurales (encargados de los rodeos de cría) es fundamental.
Los recursos humanos capacitados representarán una diferencia competitiva dentro de las empresas agropecuarias, que demandan personas que se integren y compartan los objetivos fijados.
La diferencia estará en aquellos que saben por qué y cómo se hacen las cosas.
La propuesta de este trabajo es proveer una herramienta que facilite el abordaje de temas que permitan capacitar al personal en el correcto manejo del parto y la atención del ternero recién nacido. Esto posibilitará mejorar la eficiencia, minimizando las pérdidas que disminuyen los índices reproductivos de los rodeos.

El parto
Se considera que el mismo será normal, entre otras situaciones, cuando se logra la amplitud del canal duro y una dilatación adecuada del canal blando.
Para ello, el feto debe presentarse en forma longitudinal; con los miembros anteriores y la cabeza extendidos, con el dorso en contacto con los huesos de la cadera. Esta presentación se da en el 95% de los casos. El feto también puede presentarse con las patas extendidas y con el dorso en contacto con el dorso de la madre (5% restante).

Parto difícil
Las causas que pueden provocar un parto distócico pueden deberse tanto a la madre, como al feto. Dentro de los orígenes maternos nos encontramos con el desarrollo insuficiente de la cadera: se da cuando se entoran vaquillas antes de haber alcanzado su peso optimo para el servicio. Las causas atribuidas al feto obedecen a la presencia de terneros demasiado grandes, que superan el peso normal. La estática fetal, como la presentación, posición y actitud defectuosas son -a su vez- otra de las causas que ocasionan un parto distócico.
Después del parto, se aconseja tratar al ombligo con tintura de yodo y curabicheras para impedir infecciones y la ocurrencia de miasis.
La alimentación de las vacas no es un tema menor: mantener una adecuada condición corporal de las madres desde el servicio, durante el periodo de gestación hasta el parto, permitirá evitar la ocurrencia de distocias.
La correcta elección de los toros,  también es una práctica que asegura en los rodeos la facilidad de parto: reduce los problemas de distocia y muerte de terneros al nacer.

¿Cuándo y cómo ayudar?
En los rodeos de cría, las vacas próximas a parir deben recorrerse dos veces al día, para poder actuar lo antes posible  ante la ocurrencia de una distocia. Para las vaquillas de primer servicio, es recomendable disponer de un potrero cerca de las instalaciones del campo, de manera de poder observarlas permanentemente.
Pero ayudar no es apurarse, ya que en obstetricia, apuro significa problemas para el feto o la madre, los que a veces pueden ser insalvables.
En el caso de encontrarnos con una vaca con las bolsas fetales saliendo por la vulva, no romperlas bajo ningún concepto, ya que al hacerlo interrumpiremos el periodo de dilatación, con lo que no lograremos tener la dilatación suficiente del canal blando.
A consecuencia de ello, irremediablemente, se tendrá que recurrir a una cesárea. Es primordial no apurarse y tener paciencia, pero no dormirse.
Ante un parto demorado, es aconsejable esperar media hora para ver si hay progreso o no. En caso de no haberlo, debemos averiguar la causa. Siempre, previo a la intervención, hay que hacer un correcto diagnóstico de la situación.
Para ello, se deben realizar maniobras que implican estar estrechamente en contacto con el animal, lo que es un  riesgo potencial para los operarios.
Si tenemos acceso al ternero, mediante una maniobra sencilla podemos saber si está vivo. Introduciendo un dedo en la boca, si la presentación es anterior, desencadenaremos el reflejo de succión.
Si la presentación es posterior, metiendo un dedo en el ano, notaremos la contracción de los músculos del esfínter.
De estar muerto, estos reflejos estarán ausentes. A la vez y de ser posible, hay que llevar a la madre a un lugar tranquilo; no introducir a la vaca en la manga, ya que en caso de que se caiga, vamos a tener serias dificultades para levantarla.
Llegado el momento de la parición, hay que estar prevenidos y contar con todos los elementos necesarios para la correcta atención de las distocias.
Ante todo, tenemos que tener conciencia que la participación debe realizarse con el máximo de asepsia posible, utilizando estrictos procedimientos sanitarios para minimizar el riesgo de infección. Los encargados de realizar la ayuda deben tomar las precauciones necesarias, usando protección para evitar el contagio de enfermedades zoonóticas.
Cuando estamos frente a una distocia, cuyo diagnóstico nos indica que hay que hacer una corrección de actitudes, se   debe demorar el parto, suprimiendo las contracciones de la musculatura uterina.
Para ello podemos recurrir a un supresor de las mismas, suministrando 10 ml de clembuterol vía intramuscular o endovenosa lenta, logrando en alrededor de 10 a 20 minutos la postergación del mismo.
Así vamos a lograr reacomodar el feto en el útero, sin contratiempos.
Una vez corregida la actitud, es    aconsejable que la vaca esté echada,   para permitir la basculación de la pelvis, de manera de permitir el acomodamiento y pasaje del feto a través del canal  duro del parto.
Para traccionar al ternero se deben usar las cadenas obstétricas, las mismas se tienen que colocar por arriba de los nudos, fijando cada miembro por separado.
La fuerza de tracción, para la extracción del feto en partos difíciles, es aquella que pueden realizar como máximo, dos personas.
Si con esta fuerza, el ternero no sale, debemos detener la tracción y pensar en la realización de una cesárea, ya que un aumento de la fuerza comprometerá a la madre y al hijo.
Bajo ningún concepto, podemos permitir forzar la salida del feto utilizando cualquier medio que supere la fuerza que pueden ejercer dos hombres.
Consentir cinchar al ternero con un caballo, tractor, camioneta, maquinas de estirar alambre es inadmisible.
La tracción debe realizarse sólo cuando la vaca hace fuerza, en forma constante y sin tironear. Cuando ella deja de pujar, suspender la tracción hasta la  próxima contracción. Debe ser realizada en forma alternada, primero se tira un miembro y luego se tira del otro: disminuimos el tamaño de la cintura escapular del ternero (paletas) o de la cadera, dependiendo de la presentación.
De esa manera logramos el pasaje del feto a través del canal del parto con mayor facilidad.
La dirección de las fuerzas de tracción, primero deben ser dirigidas en forma paralela a la madre, hasta que pase la cintura escapular del feto y luego de la salida del tórax, la dirección se cambia y se dirige hacia los garrones de la madre.

El recién nacido
Una vez que se produjo el nacimiento, estando el ternero vivo, vamos a encontrarnos con líquidos en los orificios nasales y en la boca. Estos son líquidos   fetales que proceden por lo general del estómago y no afectan al recién nacido.
Tener cuidado con esta situación, ya que muchas veces se piensa que estos provienen de faringe, laringe y tráquea y se cuelga al recién nacido de las patas, terminando el ternero a veces, aturdido, cuando se lo mantiene mucho tiempo cabeza abajo, innecesariamente.
Después del parto, se aconseja tratar al ombligo con tintura de yodo y curabicheras para impedir el ingreso de infecciones por esa vía y la ocurrencia de miasis. Para estimular la respiración del ternero se puede recurrir a una fricción con las manos o trapo sobre la parrilla costal. Una vez que el ternero está de pie, hay que asegurarse que pueda ingerir calostro, para ayudarlo a ganar inmunidad contra enfermedades infecciosas en los primeros días de vida.

Para finalizar
Con el objetivo de hacer frente a los resultados reproductivos, que a nivel  nacional no superan el 60% de terneros logrados, es necesario trabajar activamente junto a los productores y el personal, apostando a la formación permanente en este tema.
La capacitación pasa a ser una herramienta superadora que permitirá el correcto manejo del parto y la atención del ternero recién nacido.
Por ello, el adiestramiento deberá ser tenido en cuenta por las gerencias de las empresas ganaderas, porque quienes están diariamente al pie de las vacas tendrán que ser profesionales en su rubro: deben estar en condiciones de tomar decisiones y asumir acciones que lleven a evitar pérdidas innecesarias.
M. V. LUIS CARLOS RHADES1
M. V. HÉCTOR SCHREYER2
1. Jefe AER San Salvador
2. Responsable PROFAM San Ernesto

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