Qué linda guitarra, Don Produ. No conocía sus dotes artísticos.
–No se confunda, querido don Tecno: no tengo oído ni para tocar el timbre. Es de un sobrino que vino a visitarme durante las vacaciones y se la dejó. Me la traje para ver si, aunque sea con unos malos acordes, no me sale una danza de la lluvia y se acaba, de una buena vez, esta seca fenomenal.
–Admiro su sentido del humor. Cada semana asoma más complicada la cosa. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ya ubicó la cosecha de soja en 44 millones de toneladas, 10 millones menos que los que preveía a fines del año pasado y casi 14 millones menos que en la campaña 2016/17.
–Sí, todos hablan de la soja, incluso hasta de cómo el precio se fue para arriba. Pero tenemos el otro cultivo al lado, el maíz, al que también hay que prestarle atención.
–Es cierto, de 41 millones que se estimaban en noviembre, ahora se calculan 37 millones, y todavía falta el grueso de los maíces tardíos, que en Córdoba son dos tercios del total. Si no llega el agua, se va a poner más complicada la cosa.
–Ojalá no sea así, más teniendo en cuenta que la enorme cantidad de valor que agrega el maíz, sobre todo por nuestros pagos, donde somos los principales productores.
–A propósito, fíjese que veía en estos días los números de la producción de biocombustibles en 2017, relevados por el Indec. En el caso del bioetanol, creció 24,2 por ciento, hasta alcanzar 1.100 millones de litros, pero con desempeños muy dispares dependiendo de si fue extraído de la caña de azúcar (que se incrementó 38,2 por ciento) o si fue derivado del maíz, que solo aumentó 12,7 por ciento.
–¿Por qué esa diferencia?
–Hace tiempo que el Gobierno nacional pretendía que se equiparara el aporte a las naftas de ambos cultivos y parece que lo está logrando. Cuando se aumentó de 10 a 12 por ciento la mezcla de bioetanol que debe tener cada litro de nafta, esos dos puntos adicionales fueron exclusivamente destinados a los etanoleros de caña. Así, mientras en 2016 la torta del bioetanol se dividía en un 55 por ciento de maíz y un 45 por ciento, de caña; el año pasado la relación se equilibró y, de hecho, terminó con una leve ventaja para el de azúcar: 553 millones de litros contra 551,9 millones el de maíz.
–Ahora el tema es cómo sigue la tendencia este año. ..
–Casualidad o no, justo la Bolsa de Comercio de Rosario emitió un informe en el que analiza las perspectivas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) para el bioetanol. Desde Norteamérica esperan que la producción crezca otro 5,6 por ciento este año, pero nuevamente con un aumento en el uso de la caña de azúcar como insumo, contra un uso de maíz que permanecería sin cambios. El año pasado, se procesaron 1,9 millones de toneladas de caña para bioetanol; cifra que crecería a 2,1 millones. El maíz quedaría en 1,4 millones de toneladas.-
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