lunes, 30 de enero de 2017

Trump, y su influencia en el mercado agrícola mundial


La política exterior del flamante presidente estadounidense influirá decididamente en el mercado agrícola mundial. La posibilidad de que surjan guerras comerciales podría afectar notablemente a EE.UU.
La política exterior de Donald Trump influirá en el mercado agrícola mundial
El mercado granario divide su atención entre los acontecimientos productivos de nuestra región y las alternativas que se abren en torno a la futura intención de siembra de los principales cultivos de verano en los Estados Unidos.
En relación con el primer aspecto, la situación argentina ha recortado una expectativa inicial de producción de alrededor de 55 millones de toneladas a un escenario probable de entre 53 y 50 millones de toneladas. El clima en nuestro país cambió radicalmente en la segunda quincena de este mes, pero una importante superficie del área a cubrir o a resembrar con soja, no será ya cultivada, ante lo que se proyecta que sea el área de siembra más baja de los últimos 5 años para la oleaginosa.
En este sentido, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires reveló que la producción argentina alcanzaría los 53,5 millones de toneladas, lo que representa una merma del 4,5% respecto a la campaña 2015/16, con un área de cobertura de 19,2 millones de hectáreas. En la campaña precedente la superficie implantada cubrió 20,1 millones hectáreas.
Las pérdidas de nuestro país podrán ser compensadas con la perspectiva de un buen escenario productivo en Brasil, Paraguay y Uruguay, además de contarse con amplias disponibilidades de mercadería en los EE.UU, a partir de la cosecha récord del año anterior. La importancia de Argentina como principal exportador de harina de soja explica por qué este subproducto fue el que reaccionó más rápidamente en Chicago y con mayor fortaleza.
De todas maneras, y dado lo errático que se está manifestando el clima en los últimos meses en toda la región, habrá que aguardar la evolución de los cultivos en las próximas 6 a 8 semanas, en el que se definirá en gran medida el escenario productivo de esta campaña.
Respecto a las expectativas de siembra en los EE.UU. para la próxima campaña 2017/18 hay consenso entre los operadores que se registrará un incremento en el área a dedicar con soja en detrimento del cultivo de maíz.
La consultora estadounidense Informa Economics proyecta que, en la próxima campaña de ese país, se sembrarán 35,9 millones de hectáreas con soja, por debajo de las 36 millones de hectáreas previstas anteriormente, aunque superior a las 33,75 millones de hectáreas implantadas en el ciclo 2016/17.
Para maíz, Informa Economics prevé una siembra de 36,6 millones de hectáreas, ligeramente superior a las 36,5 millones de hectáreas previstas anteriormente. En la campaña 2016/17 se sembraron 38 millones de hectáreas con maíz.
La última palabra en este aspecto la tendrá el próximo informe de perspectivas de siembra a revelarse a fin de marzo de este año, aunque una aproximación a esta cifra la brindará el Outlook agrícola, a realizarse el mes próximo en Washington.
La política exterior del flamante presidente Donald Trump influirá decididamente en el mercado agrícola mundial. La posibilidad de que surjan guerras comerciales afectará notablemente al mercado estadounidense que, entre los años 2013 y 2015, exportó productos agropecuarios por un monto de u$s 63.000 millones a China, Canadá y México.
China ha sido, sin dudas, el principal destino de las exportaciones de este rubro. De haber ocupado el puesto número 15 en el ránking entre los años 1991 a 1993, ha pasado a ocupar el primer puesto a partir de 2013. El promedio del valor de las exportaciones a este destino, entre 2013 a 2015, superó los u$s 23.000 millones. China es el principal destino de las exportaciones de algodón, cueros y forrajes de los EE.UU. y casi el 28% de la soja producida en este país es exportada allá.
De producirse una guerra comercial entre EE.UU. y China, México o Canadá por la imposición de aranceles se generarían pérdidas millonarias para los productores estadounidenses que no podrán colocar sus producciones con la facilidad que en años anteriores. Esta circunstancia podría llegar a mejorar el perfil exportador de naciones productoras de alimentos, como Brasil y Argentina, aunque la batalla por ganar mercados en el contexto de un mundo confrontado podrá debilitar los precios internacionales de estos y otros commodities.

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