viernes, 25 de junio de 2010

La importancia de elegir bien la semilla

Mancha ojo de rana y genética







En las últimas dos campañas, la Mancha ojo de rana (MOR) se convirtió en la gran preocupación sanitaria del cultivo de soja. La correcta elección de la variedad es una de las herramientas para hacerle frente. El tema preocupa a toda la cadena. Syngenta trabaja en ampliar su set de líneas resistentes.



Buenos Aires, 23 de junio de 2010.- La susceptibilidad de una variedad de soja a Cercospora sojina o MOR, depende de la incorporación al genoma de líneas de genes Rcs (Rcs1, Rcs2, Rcs3) responsables de la resistencia al hongo. Es mediante la evaluación a campo en conjunto a la aplicación de marcadores moleculares que se caracterizan las líneas experimentales que se convertirán en futuras variedades comerciales resistentes.

Mientras trabaja incorporando materiales de diversas regiones con distinto comportamiento, enfocándose en los genes Rcs de mayor efectividad, Syngenta ya cuenta con un set de líneas experimentales de muy buen comportamiento a MOR en los diferentes grupos de madurez. Las mismas son evaluadas en una diversidad de ambientes a campo y a través de la inoculación artificial de la enfermedad.

Uno de los hallazgos de la compañía en lo que hace al comportamiento de cultivares ante MOR está representado por la variedad SPS 3900. Al ser evaluada por la RECSO junto a otros 32 materiales del grupo 3 durante la campaña 2009/2010, el material quedó ubicado en el puesto 3 entre los más tolerantes de su grupo, con un índice de 1,71 de severidad promedio –siendo 1 el indicador de la ausencia de síntomas, 2 el de una severidad que va del 1 al 5 % y 6, el indicador de más del 50 % de severidad-.

Nicolás Gear, breeder de soja de Syngenta –una de las compañías que mañana estará participando del Simposio sobre este tema organizado por la cadena de la soja (ACSOJA) en Rosario-, sostiene que “la enfermedad en la Argentina ha tomado una gran importancia en un área productora que no era tradicionalmente la más afectada”.

Durante el ciclo agrícola 2008/09 se determinaron intensos ataques en la región pampeana, principalmente en las provincias de Córdoba y Santa Fe, afectando a casi todas las variedades más difundidas de los grupos de madurez III, IV y V.

Si tomamos en cuenta los antecedentes en otros países, por ejemplo en los Estados Unidos, allí se produjo una amplia difusión de la enfermedad en la década de 1940. La enfermedad fue inicialmente reportada en soja en Japón en 1915 y en los Estados Unidos de América en 1924 (Athow, 1987 en Grau et al., 2004).

“En el país del norte, gran parte del problema se hallaba relacionado al empleo del cultivar Hawkeye y otros cultivares muy susceptibles a la enfermedad que estaban ampliamente difundidos”, relata Gear.

En contraste, en aquella época, se identificaron cultivares tolerantes como Lincoln y Wabash portadores de un gen de resistencia completa a C. sojina. Los cultivares susceptibles fueron discontinuados y la Mancha Ojo de Rana se convirtió en una enfermedad de importancia secundaria hacia 1959, cuando la resistencia fue superada por una nueva raza fisiológica del patógeno, raza 2.

“Esto acrecentó el esfuerzo en la selección por tolerancia a las diferentes razas. Muchos de los cultivares resistentes a la raza 1 eran susceptibles a la raza 2. En la situación argentina, variedades, que por su excelente comportamiento agronómico presentaron una amplia difusión, expresaron susceptibilidad ante la aparición de la enfermedad en latitudes más altas de lo acostumbrado”, explicó el mejorador de Syngenta.

Y agregó: “si tenemos en cuenta algunos planteos productivos de soja sobre soja y la preservación de los residuos en la superficie del suelo, es factible estar frente a un escenario similar al planteado anteriormente”.

En este contexto, según Gear, es esperable que, a través del empleo de semilla de alta calidad de variedades de buen comportamiento a la enfermedad, en conjunto con manejo de rotaciones y controles químicos que permitan no sólo minimizar los daños producidos por el patógeno sino disminuir la fuente de inóculo para futuros ciclos de la enfermedad, se pueda atenuar el impacto de la mancha Ojo de Rana en las próximas campañas.

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