lunes, 28 de marzo de 2016

El derrumbe del girasol


En 2005 las exportaciones argentinas de girasol eran de 1,27 millón de toneladas y los tres principales exportadores concentraban el 61% de las ventas externas. La mayor parte de las colocaciones estaba en manos de seis compañías: Glencore (Oleaginosa Moreno), Cargill, Nidera, Vicentín, Molinos Río de la Plata y Aceitera Genera Deheza. Diez años después […]
En 2005 las exportaciones argentinas de girasol eran de 1,27 millón de toneladas y los tres principales exportadores concentraban el 61% de las ventas externas. La mayor parte de las colocaciones estaba en manos de seis compañías: Glencore (Oleaginosa Moreno), Cargill, Nidera, Vicentín, Molinos Río de la Plata y Aceitera Genera Deheza.

Diez años después –en 2015– las exportaciones argentinas de aceite de girasol cayeron a 133.561 toneladas y apenas dos empresas –Cargill y Nidera– acaparan el 88% de las ventas externas. Es decir: apenas dos compañías pudieron sobrevivir a la década kirchnerista, mientras que las otras cuatro fueron expulsadas del negocio exportador, según indica un artículo publicado en el sitio valorsoja.com.

Entre las principales causas que explican el colapso girasolero se encuentra un derecho de exportación excesivo –que hasta fines del año pasado era del 30% del valor FOB de las ventas externas de aceite y pellets de girasol– combinado con costos crecientes de fletes (el cultivo suele sembrarse en zonas extra pampeanas alejadas de las terminales portuarias).

En la última década además las autoridades de la Unión Europea establecieron una tolerancia de 0,01 parte por millón –que en la práctica equivale a cero– del insecticida Diclorvós (DDVP) frecuentemente empleado en la producción argentina de girasol. La medida de la UE-28 comenzó a operar en los hechos como una barrera de ingreso del aceite de girasol argentino.

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