lunes, 29 de febrero de 2016

Argentina, fuera del “top ten” de exportadores de carne vacuna


Un informe de la consultora KPMG analiza la debacle del país en el mercado mundial y las perspectivas diferentes que ahora se abren
A  principios del siglo XXI, Argentina estaba entre los cinco principales exportadores mundiales de carne vacuna, disputando las posiciones de liderazgo con Estados Unidos, Brasil y Australia, por ejemplo. Pero desde entonces el país fue perdiendo posiciones en el ranking, hasta terminar en el año 2014 (el último completo que incluyen hasta ahora las estadísticas del Departamento de Agricultura de EE.UU.) en el puesto número 11, superado por naciones como Nueva Zelanda, Canadá, India, Bielorrusia o, más cerca, Uruguay y Paraguay.

Estos datos fueron incluidos en un reciente informe que elaboró la prestigiosa consultora internacional KPMG, que precisa también que hasta la década de 1980 la participación de la Argentina en la producción mundial de carne vacuna promediaba más del 6%, mientras que en el último lustro cayó a solo 4%, consecuencia de la baja de la producción local, desalentada por las trabas que el kirchnerismo impuso en el sector.


Pero las reglas de juego cambiaron (se eleminaron las retenciones a las exportaciones y los ROE, además de liberarse el cepo cambiario), por la cual “la industria cárnica argentina pasa por un momento clave”, indica el trabajo de KPMG.


“A las decisiones adoptadas por el nuevo Gobierno debe sumarse la apertura del mercado de Estados Unidos, el reciente levantamiento en la Unión Europea de las restricciones para importar carne del norte argentino y las posibilidades que abre la Cuota 481 -la de feedlot- también para la UE”, consideró Mariano Balestra, vicedirector ejecutivo de la consultora, a cargo del área de Agronegocios.


Balestra considera, de todas maneras, que “en el mediano plazo sería deseable que se estableciera un nuevo esquema fiscal, en conjunto con políticas que apunten a mejorar el financiamiento, a través de líneas de crédito y/o exenciones impositivas para determinadas actividades”.


A nivel local, el consumo de carne vacuna viene bajando sostenidamente, mirado en términos de largo plazo. En 1990, de acuerdos a cifras relevadas por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), cada argentino comía anualmente (en promedio), 80 kilos, mientras que los datos del año pasado indican que ahora “solo” ingiere 60 kilos por año.


Hacia adelante, la consultora destaca que hay un contexto externo para el negocio de la carne que ofrece “grandes oportunidades”, y precisa que eso se basa en el crecimiento, aunque moderado, que se espera para los principales países demandantes de alimentos, además del subabastecimiento que existe en el mercado global. Así, podrá darse la “recuperación del protagonismo perdido en los mercados internacionales, lo que significará un incremento en el peso y valor de las exportaciones, así como en la cantidad de destinos”, sostiene KPMG.


Si esos pronósticos se cumplen, la Argentina podria recuperar el terreno que perdió, que los números de ventas al exterior muestran claramente. En 2009, el país exportó carne vacuna por casi 2.000 millones de dólares, mientras que el año pasado los embarques cerraron en poco más de 1.000 millones de dólares.


Sí: ¡fuerte baja del asado!.

 El negocio de la carne, sin dudas, ha sido uno de los temas principales en los medios en las últimas semanas, por el aumento de sus precios al público. En ese contexto, y más allá de subas puntuales en los mercados de hacienda como consecuencia de las fuertes lluvias de la semana pasada, los precios a la salida de los frigoríficos han bajado sustancialmente desde fin de año, lo cual no tuvo un correlato apropiado en cadenas de supermercados y carnicerías.


Hace pocos días, el Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, que representa a los principales frigoríficos del sector, decía en un comunicado que “los consumidores continúan pagando los precios más altos desde la suba producida en diciembre, mientras la hacienda en pie y los valores a la salida de planta han tenido sensibles bajas”. Ejecutivos del segmento dieron esta semana el ejemplo del asado, ante Clarín Rural: dijeron que ellos vendían el de novillo a entre $ 70 y $ 80 en diciembre, mientras que ahora lo están comercializando a $ 50, una baja de entre 40% y 60%

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