En su lugar fue designado por unanimidad de la conducción Juan Manuel Rossi, un archirrival del hombre de J. B. Molina.
A pesar de que en el lanzamiento de su candidatura a un nuevo periodo por la lista Azul y Blanca, el titular de la Federación Agraria Argentina, habría asegurado “ahora vamos por la Fecofe”, la realidad le propinó un duro golpe.

Es que en la asamblea realizada el día miércoles en Rosario, los delegados por unanimidad decidieron removerlo de su cargo como vicepresidente, luego de que un año antes fuera removido como presidente de la Federación de Cooperativas Federadas.

La saga comienza precisamente el año pasado, cuando dirigentes de la centenaria entidad, disconformes con la gestión de Buzzi, lograron desplazarlo de la conducción de la cooperativa y designar en su lugar a Isaías Ghio. Herido, el líder de la FAA, desplazó luego de la conducción federada a los jóvenes Juan Manuel Rossi y Esteban Motta, acusados de promover ese acto de sedición, lo que provocó una escalada en la interna de la entidad.

Sin embargo, el buzzismo se recuperó del traspié al ganar la elección en la Asamblea de la FAA para 2012 y luego tras lograr que Carlos Trevisi, presidente de Agricultores Federados Argentinos y de perfil dialoguista con el Gobierno, perdiera su reelección al comando de la megacooperativa, a manos de un dirigente de Pergamino más afín con su posición.

Pero este miércoles la taba se dio vuelta y fue ratificada la presidencia para Ghio, con la sorpresa que como vicepresidente fue designado Juan Manuel Rossi, hoy tal vez el mayor rival que tiene Buzzi, a partir de ahora marginado del Consejo de Administración de la Fecofe.

“Lo notable es que los mismos delegados de la Federación Agraria enviados por Buzzi, votaron con el resto a favor de la nueva conducción. Fue una decisión unánime”, destacaron las fuentes que conversaron con El Enfiteuta.

Políticamente, el hecho se interpreta como un nuevo factor de creciente debilidad en el control de la organización por parte del oficialismo, que encuentra en la creciente conflictividad por el inmobiliario rural un poco de aire a su gestión.