martes, 23 de agosto de 2016

PERÙ: Se pierde hasta un 13% de la producción por mal proceso de despulpado del café

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Especialista aboga por un cambio de mentalidad hacia una visión empresarial entre los productores. Condiciones ecológicas, manejo agronómico y buenas prácticas de beneficio y secado son factores principales para obtener un buen grano.

Desde ayer y hasta el 25 de agosto se lleva a cabo en Lima el I Congreso Nacional de Asistencia Técnica y Calidad para la Cadena de Valor de Café Sostenible. Entre las diversas personalidades del sector cafetalero que han llegado para la ocasión, se encuentra Fernando Soleibe, coordinador técnico de cafés especiales de la Cooperativa de Caficultores del Cauca (Colombia), con quien conversamos y nos dejó algunas ideas sobre el cuidado que hay que tener con el cultivo y su actualidad.

¿Cuáles son los factores que determinan la calidad final del café?
Las condiciones ecológicas de las fincas, el manejo agronómico, las buenas condiciones de beneficio y secado, los insumos que se utilizan. Son muchas las características que influyen para la buena calidad del café. 

En la gestión de cultivos una de las principales preocupaciones es el tema de las plagas, ¿cuál es la mejor manera de sobrellevarlas?
El problema no son las plagas sino el rendimiento, el manejo. Si yo soy rentable, tengo con qué pagar el manejo de plagas. Si no soy rentable no tengo cómo y no puedo controlar nada. Si manejo bien mi planta y produzco bastante, soy buen gerente de mi finca, puedo pagar todo. Entonces el problema es en realidad los bajos rendimientos. Si hago las cosas bien mi cultivo va a ser resistente a enfermedades.

Durante el taller que dirigió señaló que uno de los puntos del proceso en que se pierde hasta 13% de la producción es el despulpado, ¿cómo sucede esto?
Sí, primero hay que tener regulada y calibrada la despulpadora, en buen estado, el pechero, la camisa de la despulpadora, y hacer el despulpado a tiempo para evitar todos estos daños. Si no se hace se puede perder hasta 13% de la producción en el despulpado. Otro problema son las prácticas de higiene, son cosas que debemos cuidar porque un solo perro que se nos eche encima del café malogra nuestra posibilidad de venderlo. 

¿Cuál fue el momento clave para el desarrollo que ha tenido la caficultura en Colombia?
Lo que nos pasó con la roya, esa fue una experiencia sumamente positiva para el cambio de mentalidad que tuvimos. Lo convertimos en una oportunidad. Ahora hemos detectado unos focos del Ojo de gallo y vamos a ver cómo saldremos más delante de eso. Los investigadores de Cenicafé (Centro de Investigaciones del Café) están en proceso de evaluación porque no teníamos los argumentos de control, no era problema para nosotros pues nuestras variedades eran supuestamente resistentes. 

¿Qué potencial ha podido observar de su contacto con los caficultores peruanos?
Hay mucho potencial si cambiamos el chip, el chip del precio, y si vemos que esto es un negocio, que tenemos que volvernos empresarios. Entonces ahí sí hay mucho potencial. Uno puede ser empresario así sea de una hectárea pero con mentalidad de alta producción. 


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