Va a ser muy difícil calcular la producción final de trigo 2012/2013. Las inundaciones y los encharcamientos de los campos bonaerenses son el primer factor que complica las estimaciones, pero el clima húmedo y cálido durante los estados reproductivos también creó condiciones predisponentes para el desarrollo de fusariosis y de otras enfermedades fúngicas, que reducirán [...]
Va a ser muy difícil calcular la producción final de trigo 2012/2013. Las inundaciones y los encharcamientos de los campos bonaerenses son el primer factor que complica las estimaciones, pero el clima húmedo y cálido durante los estados reproductivos también creó condiciones predisponentes para el desarrollo de fusariosis y de otras enfermedades fúngicas, que reducirán adicionalmente los rindes de una superficie escasa respecto de años anteriores. Se sabe: campañas muy lluviosas durante la primavera no dan los mejores rindes para los cultivos de invierno.
En el norte de Buenos Aires, por ejemplo, hubo ataques de fusariosis en trigo y en cebada, como consecuencia de repetidas lluvias, salpicado de las plantas, alta humedad relativa y temperaturas favorables para el desarrollo fúngico.
Los ataques fueron particularmente severos en cultivos sembrados con variedades susceptibles y exigieron tratamientos con fungicidas para no dar grano chuzo y de baja calidad industrial.
Las aplicaciones contra Fusarium tienen sus complicaciones. “Los tratamientos químicos deben realizarse cuando los cultivos están en plena floración, ni antes ni después”, señala un técnico que trabaja en la región. El momento coincide con la aparición de las anteras en las espiguillas e indica que el ovario de las flores está receptivo al polen, pero también que es vulnerable a la infestación con inóculo fúngico”, agrega.
“En la práctica, si hay condiciones predisponentes y si un cultivo está en antesis y sobrevienen días de lluvia, hay que organizarse para hacer el tratamiento con avión en cuanto para de llover”, añade.
Control de enfermedades
En esa zona hubo que hacer numerosas aplicaciones para controlar la enfermedad, que sucedió a la aparición de roya. Para la campaña que viene, el técnico recomienda elegir cultivares de buen comportamiento; no repetir trigo sobre trigo en el mismo potrero, no sólo por la fusariosis, sino por otras enfermedades fúngicas, y recorrer frecuentemente los cultivos en las etapas críticas.
En el norte de Buenos Aires también se siembran arveja y, más recientemente, garbanzo. Ambos cultivos fueron muy afectados por adversidades de fin de ciclo. “Muchos cultivos de arveja se secaron antes de terminar el ciclo por falta de oxígeno en las raíces, en suelos saturados de humedad”, contó el técnico.
Varios lotes de garbanzo fueron virtualmente liquidados por la rabia ( Ascochita rabiei ), un hongo que desarrolla manchas necróticas en hojas, tallos y vainas. Esa pérdida de tejido foliar y la acción de fitotoxinas resultan fulminantes para el cultivo. Su desarrollo se ve favorecido por temperaturas cálidas y varias horas de mojado foliar.
En Rufino, en el sur de Santa Fe, un asesor afirmó que “los trigos sembrados temprano, para combinar con soja de segunda, pudieron escapar de los ataques de Fusarium porque habían sido pulverizados previamente para controlar roya. Los tardíos resultaron más afectados”.
“En nuestra zona, la fusariosis puede atacar toda la espiga, a la mitad o a unas pocas espiguillas. Hubo pocos casos de ataques a toda la espiga, y fueron más frecuentes los que afectaron una parte de las espiguillas, daño que puede ser compensado parcialmente con el peso de los demás granos”, agregó. En esos casos, se esperan buenos rindes de trigo, sobre todo en los lotes de alta fertilidad y en los sembrados con un adecuado paquete tecnológico.
Sur de Buenos Aires
En la zona triguera del sur bonaerense, el rendimiento final de los cultivos dependerá de lo que suceda en noviembre. “Si este mes sigue con mucho calor, viento norte y poca humedad en el suelo, los rindes caerán respecto de lo esperado. Lo ideal sería que los próximos días sean de temperaturas frescas y lluvias moderadas que mantengan recargado el perfil”, sostiene Benjamín Banks, asesor del CREA San Cayetano-Tres Arroyos.
Luego de un agosto muy húmedo, la distribución de precipitaciones fue muy heterogénea en el sur bonaerense y hay localidades con el agua justa, como Tres Arroyos y Coronel Dorrego, y otras más holgadas, como Necochea y Lobería. En esa región también hubo ataques de roya y Fusarium en trigo, y mancha en red y ramularia en cebada.
De cara a la cosecha, en la zona muchos productores han comprometido una parte importante de su producción esperada, del orden del 30/40 por ciento, para fijar un precio, pero, sobre todo, para asegurar la entrega física de la mercadería, luego de la mala experiencia del año pasado”, afirma Banks. También se han pactado muchos canjes -con insumos del trigo y de los granos gruesos-, como otra manera de asegurar la recepción del cereal.
Como síntesis, una cosa es segura en la campaña triguera que concluye: con un área sembrada que cayó alrededor del 40% respecto del ciclo previo y con rindes desparejos, el trigo no abundará en 2013, circunstancia que refleja el Mercado a Término, con cotizaciones muy sostenidas una vez que pasa el pico de cosecha.
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