El pasado viernes el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, publicó su tradicional informe de estimación de oferta y demanda. Luego entre esa jornada y el lunes vimos una baja de la soja en Chicago de U$S/Ton 35. Inmediatamente se nos plantea el siguiente interrogante: ¿Fueron los datos reportados el viernes los únicos responsables [...]

El pasado viernes el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, publicó su tradicional informe de estimación de oferta y demanda. Luego entre esa jornada y el lunes vimos una baja de la soja en Chicago de U$S/Ton 35. Inmediatamente se nos plantea el siguiente interrogante: ¿Fueron los datos reportados el viernes los únicos responsables de originar las bajas, o existieron otros datos que pesaron sobre las cotizaciones? La realidad es que hay una combinación de ambas cosas.
  • Si analizamos los datos del USDA del informe del viernes 9, la realidad es que no debería haber generado tamaño impacto en los precios, dado que introdujo leves mejoras en los rendimientos de soja y maíz en EE.UU que incrementaron la producción en 2 MM y 0,5 MM de toneladas respectivamente. Ahora bien, si incorporamos al análisis los incrementos de producción que habían sido notificados en el mes de Octubre, vemos que en el caso de la soja, en 2 meses el USDA aumento la oferta en 10,3 MM de toneladas, lo que representa un 14% sobre la producción total. Cabe destacar que por el lado de la demanda (Exportación + Molienda) también introdujo un amento en el bimestre de 9,6 MM de toneladas, con lo cual los stocks finales no tuvieron una variación significativa.
  • Otra variable que presionó los precios, fue que la mejora en el clima para Sudamérica que genera la expectativa de un avance de siembra significativo para esta semana.
A partir de la combinación de estos datos, el mercado asume que se relajaría la  transición de oferta de soja de Estados Unidos hacia Sudamérica, y con ello se relajan también los precios. Todo esto potenciado por la salida de los fondos que, conforme aparecen estos datos, continúan desarmando posiciones compradas.
El caso del maíz es distinto, las cotizaciones han logrado sostenerse, ya que en este caso el daño en la producción de EE.UU fue mayor, y no está Sudamérica para tomar la posta de la oferta (pues el 85% de la producción mundial se desarrolla en el hemisferio norte). A su vez el USDA en su último reporte, incrementó la estimación de importaciones de USA, dejando a las claras la fortaleza de su consumo interno. Localmente la exportación ha estado presente en los últimos 10 días llegando a ofrecer U$S/Ton 215 por maíz entrega abril, confirmando también la firmeza de este grano.

¿Qué nos queda por delante?

·         En soja, de no aparecer problemas climáticos en Argentina y Brasil, creo que tenemos un espacio adicional a la baja. La mirada conjunta de una recomposición de existencias sumado a un panorama “técnico” bajista (aquel que sale de observar las gráficas), no nos permite ser muy alentadores respecto a una suba de precios. El otro punto que no podemos descuidar es el seguimiento de la demanda, que será un driver importante para los precios hasta tanto se instale de lleno el “mercado climático” por nuestras latitudes.

·         El maíz debería sostenerse en sus cotizaciones, dado que, por un lado vía precio tendrá que realizar un racionamiento de demanda más severo que el realizado hasta entonces y por otro tendrá que generarle el incentivo de siembra al productor norteamericano para que dicho país logre un incremento de superficie sembrada de por lo menos 0,5 MM de hectáreas.
Planteado este escenario, para aquella superficie que por las precipitaciones de Octubre  aún no pudieron ser sembradas, dejo hecha la invitación a revisar los márgenes por hectárea  de soja versus maíz, tomando como referencia precios de venta de U$S/Ton 320 y 210 respectivamente.