jueves, 19 de mayo de 2016

La ganadería en zona de islas



En la zona de islas la receptividad ganadera cambia no solo por la variación de la superficie útil debido a los diferentes niveles hidrométricos del río. Así por ejemplo una isla de 300 hectáreas, con una altura del río en Diamante de 4.17 metros, implica que el 35 % de la superficie está con agua. Pero si el río presenta un nivel de 4.78 metros, implica que el 95% de la superficies tiene presencia de agua.
Es necesario tener en cuenta y, sobre todo luego de una inundación extraordinaria como la presente, que las comunidades vegetales pueden cambiar de sitio y, a su vez, darse una brusca variación en la composición botánica afectando la disponibilidad y la calidad forrajera. Esta situación a veces favorece a la ganadería y otras, no tanto.
Otra característica propia de la ganadería de islas es que luego de la inundación, hay una importante deposición de sedimentos. Por ejemplo en la creciente invernal de 2013, con 47 días bajo agua, en los albardones dejo 9200 kg/ha, de los cuales más del 50% era limo. Sin dudas que estos aportes acarrean nitrógeno y fosforo que, posteriormente, se manifiestan en la productividad de la vegetación.
Muchas veces ocurres que luego de una inundación el productor se apura a regresar a la isla, como consecuencia de la falta de campo y el mal estado de la hacienda, pero sucede que la regeneración de forraje no es inmediata y requiere de tiempo.
En el gráfico se muestra la biomasa disponible antes de la inundación, columna negra, con un valor de 5.678 kg de masa seca por hectárea y la flecha azul indica el valor después de la inundación, donde un pastizal corto de media loma que quedó bajo agua durante julio y agosto de 2013. También se puede apreciar que el 18 de diciembre hubo valores cercanos a los anteriores al ingreso del agua, ya que en esa fecha el kilo de materia seca por hectárea es de 4.992. 
Esto significa que pasaron cerca de 100 días (circulo celeste) para tener una disponibilidad de forraje suficiente para comenzar el pastoreo. Otra desventaja que se presenta luego de retiradas las aguas, son los importantes barriales que quedan, a tal punto que la hacienda puede permanecer inmovilizada hasta morir.
Sin dudas la vegetación es la expresión y síntesis de la dinámica ambiental.  Los sedimentos y el agua generan nichos donde luego se instala una determina vegetación. Si hay agua constantemente se arraigan canutillos, o plantas flotantes;  si son albardones altos y arenosos puede haber bosques de sauzales, timbosales, espinillares o alisales y si es una zona de media loma, hay pastizales cortos o pajonales.
Lo ideal es mantener la cobertura vegetal y pastorear evitando dejar suelo desnudo y con importante volumen de biomasa, para que rebrote luego del pastoreo y sirva de cubierta que disipe la energía de la corriente del agua ante inundaciones.
EL manejo ganadero se debería realizar rotando el rodeo en aquellas comunidades vegetales que estén ofreciendo la mayor disponibilidad de forraje en una determinada estación del año. Otro factor clave, pero de difícil determinación, es la carga animal.
Por ejemplo, los canutillares producen mucho durante noviembre a marzo, al igual que los pastos cortos de medias lomas, entonces con esta oferta se la puede diferir, pastoreando primero los canutillares (30 o 40 días), y luego mover el rodeo a los pastos cortos (otros 30 o 40 días). Posteriormente se puede volver para aprovechar el rebrote de los canutillares al final del verano (otros 30 o 40 días). Para esto es necesario utilizar boyeros eléctricos móviles.
Los pastizales debajo de los bosques de sauces, producen la mitad que lo descripto anteriormente, pero en general, no se secan en invierno y permanecen verdes con buena calidad forrajera, por lo cual se los puede diferir para pastorearlos entre los meses de julio a mediados de septiembre.  Luego dejarlos descansar y que acumulen forraje durante la etapa de crecimiento (primavera–verano).

NOTA: los datos que se presentan son de una creciente invernal ordinaria.
En la creciente de este año seguramente serán mayores los días requeridos para la regeneración del forraje, como consecuencia de:
Ø  Mayor tiempo de permanencia del agua.
Ø  Los sedimentos posiblemente sean mayores por el nivel del río más alto.
Ø  De acuerdo a los pronósticos, el agua va a escurrir en invierno/primavera y dadas las bajas temperaturas, va a demorar la regeneración.

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