jueves, 29 de octubre de 2015

Loque americana, ¿de nuevo al ataque?


En el contexto actual están resurgiendo problemas sanitarios que se creían superados, como Loque americana. Para enfrentar esta situación, una vez más es necesario repasar el sendero tecnológico propuesto por el INTA, a través del Programa Nacional Apícola (PROAPI) que incluye el control de esta enfermedad.
La enfermedad de la cría denominada Loque americana, causada por la bacteria Paenibacillus larvae, se detectó por primera vez en el país a fines de la década del ´80. Seguramente los apicultores más antiguos recuerdan la incertidumbre de ese momento, sobretodo porque ante el desconocimiento la alternativa era destruir y quemar las colmenas.


Ante la gravedad de la situación, el PROAPI, junto a otras instituciones, organizó un Workshop (1994). Este encuentro se desarrolló con la presencia de destacados especialistas de Nueva Zelanda, Estados Unidos y  Brasil que trabajaron durante 3 días con los profesionales, investigadores y técnicos argentinos.

De esta manera surgió la estrategia de control de Loque americana basada en el diagnóstico precoz de los signos de la enfermedad, la recuperación de las abejas, el uso de genética de alto comportamiento higiénico, la desinfección del material y la recomendación de no usar antibióticos*.


Son numerosos los casos documentados de grupos de productores que, en diferentes zonas del país, lograron en el término de 3 a 5 años revertir prevalencias, que en algunos casos superaban el 30% de las colmenas con Loque americana, a menos del 1% de colonias afectadas.


La implementación de estas prácticas redujo la incidencia de esta enfermedad sin el uso de antibióticos, lo que contribuyó para que la Argentina sea reconocida en el mundo como un proveedor de miel de calidad.


Durante mucho tiempo no se hablaba de Loque americana en los ambientes apícolas como un problema, sin embargo, recientemente, relacionado con apiarios abandonados en diferentes regiones, se ha observado un resurgimiento de colmenas afectadas. Por este motivo creemos conveniente repasar los signos de la enfermedad en los panales y las recomendaciones para evitar la aparición y/o diseminación.




Signos de la cría enferma por Loque americana

  • Las larvas/pupas mueren generalmente operculadas, estiradas sobre la pared de la celda, de color marrón y aspecto pegajoso como “chicle”.
  • Cuando la larva/pupa muere se seca, se observa una escama muy adherida a la pared de la celda, de color negro brillante que contiene millones de esporos con capacidad de infectar a otras larvas.
  • Los panales presentan cría salteada, opérculos hundidos, con pequeñas perforaciones,  oscuros, de aspecto grasoso.
  • Las abejas limpiadoras, luego nodrizas, al intentar retirar las escamas de las celdas, contaminan su cuerpo con esporas, que luego diseminan entre las crías y por el interior de la colmena.
  • El nido de cría se desplaza porque la reina no coloca huevos en las celdas con escamas



Recomendaciones para prevenir el surgimiento y/o diseminación de la enfermedad

  • Inspeccione las colonias cada primavera y otoño, especialmente para chequear las enfermedades de la cría. En caso de duda envíe al laboratorio un trozo de panal envuelto en papel dentro de una caja. Solicite la asistencia de un técnico.Loque americana: observación correcta de cuadro.
  • Regular y sistemáticamente reemplace los marcos viejos de la cámara de cría un 30% por año.
  • Nunca transfiera marcos entre colonias, o divida colonias sin revisar primeramente para ver si hay signos de Loque americana.
  • Nunca introduzca en el apiario colonias, marcos o equipo sin asegurarse que está libre de Loque americana. Esterilice el material comprado antes de usar.
  • Controle el pillaje en el apiario. Nunca dejar panales o miel expuesta al pillaje. Nunca alimentar con miel las colonias.
  • Incorpore genética de elevado comportamiento higiénico.
  • Evite que las colmenas mueran en el campo, pero, si una colonia de abejas muere, retire todo el material para evitar el pillaje y revise en el galpón los panales para determinar por qué ha muerto.
  • No coloque sus colmenas en la cercanía de salas de extracción o galpones, son los lugares de mayor riesgo de contagio.
  • Si Usted conoce de apiarios abandonados, denuncie este hecho a la oficina más cercana de SENASA o el INTA. La Loque americana es una enfermedad de declaración obligatoria. El SENASA debe intervenir ante cada notificación para evitar la dispersión del agente patógeno. Denuncia obligatoria A través de la Resolución SENASA 422/03 y de la Resolución SENASA 278/13 se incluye a la Loque Americana entre las enfermedades de declaración obligatoria. Cada caso o sospecha de la enfermedad debe ser notificado a la Oficina Local del SENASA más cercana, desde donde se despliega un sistema de atención de emergencias basado en un procedimiento establecido internamente a través de una Circular de la Dirección Nacional de Sanidad Animal de ese Organismo. Los apiarios abandonados son un potencial foco infeccioso de esta y de otras enfermedades apícolas, por lo que es imprescindible que todos los actores del sector estén alertas a su presencia y lo informen en forma inmediata al SENASA. Ante cualquier duda o inquietud, consulte al técnico apícola de su confianza o las oficinas del INTA y SENASA de su zona


* ¿Por qué No antibiótico?

No mata los esporos: Paenibacillus larvae, forma esporas resistentes al morir la larva enferma, que además de tolerar altas temperaturas, no las afecta los antibióticos. De manera que permanecen en el material de las colmenas por más de 10 años, aunque se apliquen antibióticos.

Contamina los productos de la colmena: muchos de los antibióticos que se han utilizado en apicultura han sido sistemáticamente incluidos en la lista de sustancias no permitidas por los países compradores de miel. Por otro lado, aún los antibióticos permitidos, mal usados, producen residuos que condicionan el destino de las ventas.

Existe resistencia de la bacteria: el uso frecuente de antibióticos hasta principios de la década del 90, generó cepas resistentes de las bacterias en la forma vegetativa, fase de multiplicación,  a las dosis de antibiótico que  pueden tolerar las larvas o abejas.

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