lunes, 15 de julio de 2013

A las escondidas

La problemática por la escasez de trigo y el aumento del pan sigue dominando la escena política. Funcionarios del Gobierno se reunieron con asociaciones de panaderos después de la aplicación de la ley de abastecimiento, y se cerró un acuerdo para que entre las 9 y las 10 de la mañana todas las panaderías tengan a disposición el kilo de pan a $10. Pero la presión a los comerciantes no fue la única.

Al parecer, el ministro de agricultura, Norberto Yahuar, recurrió a la misma estrategia que caracteriza a Guillermo Moreno al asegurar que “hace falta ponerse el látigo en la mano para que el trigo aparezca”. Y exhibió orgulloso el triunfo de la medida explicando que desde que el trigo “apareció” bajó el precio de la harina entre un 25% y un 28%. También expresó que “en las grandes cadenas el pan está a $10 y eso es lo importante”.
Pero los productores saben que esto no es cierto. Según confiesa Luis Miguel Etchevehere, Presidente de la SRA, “los productores ya vendieron todo el trigo que tenían en su poder y sólo quedan unas 500 mil toneladas para semillas y otras 500 mil que se encuentran en zonas alejadas de los molinos”.  
El dirigente detalló que esta cantidad es el remanente de “la cosecha, que fue de nueve millones de toneladas cuando el consumo interno no llega a seis millones. Los exportadores compraron cinco y la molinería tres. Fue a partir de la intervención del Gobierno cuando se produjo la reducción del área de siembra”.
Dentro del mismo sector hay voces que no acuerdan con otorgarle toda la responsabilidad al Gobierno. El dirigente de la FAA, Pedro Peretti,  afirmó que el faltante de trigo que se registró fue “una maniobra que le hicieron al Gobierno”. Y agregó que “trigo hay, poco, pero hay”.
Para Peretti, “este año se sembró muy poco y hay gente de mala fe que quiere que todo fracase para volver al neoliberalismo. El error del Gobierno es no entender que el trigo es un bien cultural y económico”.
La opinión contraria de Peretti no alcanza para generar un debate y una división dentro del sector. Menos cuando el argumento que sostiene que la intervención arbitraria del Gobierno produjo un paulatino decrecimiento de la producción triguera se apoya en datos absolutamente comprobables. Tal vez la declaración de Peretti es un intento por acercar posiciones y concluir en una solución, pero para eso hace falta que el Gobierno se haga cargo de su parte. Por el momento, esa es la actitud que no aparece.
Agro-noticias.com
Alejandro Cánepa

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