viernes, 9 de diciembre de 2016

MÈXICO: Perspectivas de la porcicultura hacia el 2020

La producción mundial de carne de cerdo mantuvo durante la última década una tendencia de crecimiento. Sin embargo, para el 2016 se prevé un nivel de producción mundial de 109.3 millones de toneladas, lo cual representa una disminución de 0.9% a tasa anual
En particular se prevé que la elaboración de carne de cerdo en China, principal país productor, se reduzca en 2.5 por ciento en el 2016.
Lo anterior, derivado de la implementación de políticas que desincentivan la producción en algunas regiones productoras.
En México, ha crecido a una tasa promedio anual de 2.0% en el periodo del 2006 al 2015.
Se pronostica que la producción nacional de carne de cerdo durante el 2016 se ubique en 1.36 millones de toneladas, es decir, un crecimiento anual de 3.2 por ciento.
Destaca la mayor productividad inducida por mejoramiento genético en el pie de cría.
Se estima igualmente que el consumo mundial de carne de cerdo disminuirá 0.9% anual durante el 2016, para ubicarse en 108.9 millones de toneladas, que corresponde a la tasa de disminución de la producción.
El consumo de carne de cerdo para el caso de nuestro país continuará con tendencia de crecimiento durante el 2016.
Entre el 2006 y el 2015 el consumo nacional aparente de carne de porcino creció a una tasa media anual de 3.9 por ciento. Se estima que en el 2016 el consumo nacional aparente de carne de cerdo se ubique en 1.98 millones de toneladas, provenientes en su mayoría de producción nacional.
Los pronósticos de los especialistas son que la carne de cerdo siga siendo una alternativa de menor costo con relación a la carne de res y presente precios competitivos respecto a la carne de ave.
Dado que los consumidores son cada vez más conscientes de que los sistemas de producción porcina son tan fiables como los de carnes de ave y de res, el cerdo continúa ganando la confianza del consumidor como una fuente saludable de proteína animal.
Por otro lado, a pesar de que la producción mexicana de carne de cerdo se encuentra en expansión, no se cuenta con el abasto suficiente para satisfacer la demanda, por lo que se continúa importando producto, principalmente jamones y carne deshuesada mecánicamente proveniente de Estados Unidos.
De esta forma, las importaciones mexicanas de carne de cerdo han ido en aumento desde el 2011; durante el periodo 2006-2015, crecieron a una tasa media anual de 9.4 por ciento.
En el 2006 se importaban 321,700 toneladas, mientras que en el 2015 se importaron 722,600.
Esta balanza comercial deficitaria considerada en 625,600 de toneladas es sin duda importante; sin embargo, modernizando los sistemas de producción que preponderantemente existen en México se podría incrementar la producción más que proporcionalmente.
En la segunda parte de esta nota les compartiré la perspectiva de la porcicultura hacia el 2020.
En la primera parte de esta nota de análisis mencioné el contexto de la producción y consumo de carne de cerdo mundial y nacional, así como también la balanza comercial deficitaria que tiene México y cómo se vería la porcicultura en el 2020.
La modernización de los sistemas de producción se estarán realizando en los tres rubros más importantes de la producción. Con respecto a la genética, se utilizaran genotipos en función de la exigencia del mercado.
Por lo que toca a la alimentación, se demandarán ingredientes inocuos para la elaboración de los fórmulas balanceadas y en términos del confort que se deberá dar a los animales a través de infraestructura y equipo especializado para tratar de evitar cualquier estrés que pueda afectar el bienestar animal.
Lo anterior, podrá dar como resultado pasar de 17 a 28 cerdos destetados/hembra/año, con ganancias diarias de peso promedio de 0.86 kg/día, conversión alimenticia de 2.25 y 1 peso al sacrificio de 130 kg, el cual es el óptimo para la industria.
Con estos parámetros serían suficientes alrededor de 172,000 hembras en producción para cubrir el déficit de 625.6 miles de toneladas que se estima para el 2016, mismas que para el 2020 se podrían sumar al inventario nacional de acuerdo a los planes de crecimiento que han establecido los principales productores en México.
Los Fideicomisos Instituidos con Relación en la Agricultura (FIRA), el conjunto de fideicomisos establecidos en el Banco de México y que forman parte de la Banca de Desarrollo de la SHCP, coadyuvan en el proceso para lograr la meta de producción canalizando crédito, garantías e incentivos a los porcicultores inmersos en esta dinámica que significa mejor calidad y, en consecuencia, mayor rentabilidad.
Asimismo, otro reto en la producción de carne de cerdo es la alta volatilidad de los precios de los granos, los cuales se utilizan como base para la alimentación del ganado en general e influyen directamente en el precio de la carne y éste a su vez tiene un efecto inverso en el consumo.
Por lo que FIRA en colaboración con la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) participa promoviendo y apoyando instrumentos que ayudan reducir la volatilidad como lo son las coberturas de precios tanto de insumos como de productos.
En conclusión, la porcicultura mexicana hacia el 2020 se prevé más fortalecida; sin embargo, dado que en la proyección la tasa de crecimiento en la producción se mantiene por debajo de la tasa de crecimiento del consumo, se mantendría un déficit, aunque proporcionalmente sería menor al proyectado para el 2016.
Asimismo y como en los principales países productores, los sistemas de producción buscarán ser sostenibles, implementando procesos que mitiguen el impacto al medio ambiente.

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