Cambio Rural II: Un grupo de productores avícolas de Luján busca reducir el impacto ambiental de sus granjas a través del compostaje de los residuos
Entre las zonas de Pilar y Luján, productores avícolas preocupados por el impacto ambiental de sus granjas conformaron dos grupos de Cambio Rural II (CRII) que producen compost y sustratos a partir del tratamiento de los desechos de las producciones.
Patricia Cabo es licenciada en ciencias ambientales y promotora de dos grupos CR II, “Avicultores valorizando el residuo” y “Avicultores sustentables”, en su mayoría conformados por productores de Pilar, Luján y Cardales. Cuando estos grupos se conformaron surgió entre otras problemáticas la del tratamiento de los residuos de sus granjas avícolas. “Tenemos objetivos que se van articulando, lo principal fue el trabajo de la transformación del guano para generar compost y luego surge de uno de los grupos el tema del compostaje de las gallinas muertas”, cuenta Patricia explicando que se trata de una manera de darle valor agregado a un segundo residuo de la producción. Este proceso es una alternativa a la fosa o el crematorio que además de generar un menor impacto ambiental produce un valor agregado para la granja.
Estos grupos tomaron un problema general a todas las granjas como el residuo de sus producciones y lo transformaron en una medida ambiental para generar recursos extra. Uno de los grupos se orienta a la producción de sustratos y el otro hacia el compost. Estos se comercializan de manera alternativa a viveros y paisajistas o a productores hortícolas.
Para Patricia el programa Cambio Rural se muestra como una herramienta fundamental de excelencia para acercarse a los productores y sus problemáticas permitiendo el asesoramiento y el acompañamiento en la búsqueda de soluciones colectivas.
Esta iniciativa busca aprovechar dos residuos que no se tratan comúnmente y que ocasionan problemas diversos en el territorio. Uno proviene de la poda de arbolado urbano y el otro es el guano de gallinas ponedoras; al producir con ambos un compost “Se transforman dos residuos en un subproducto con valor económico y con reducción del impacto ambiental. Por ejemplo, si procesamos los residuos de la poda del arbolado urbano, ese chipeado representa un volumen siete (7) veces menor que lo que ocupan las ramas disminuyendo el gasto en combustible y flete, permitiendo afrontar los costos del proceso de chipeado. Y por otro lado el compostaje del guano de gallina evita la contaminación de las napas con nitratos, se logra obtener un abono orgánico maduro que no genera olores ni moscas que afecten a las urbanizaciones, cumple con las normativas y mejora la estructura de los suelos hortícolas”, explica Diego Castro, Coordinador del territorio Norte del AMBA.
“La idea fue cambiar la manera de hacer las cosas con nuevas y buenas prácticas para evitar la contaminación de nuestro medio”, cuenta Belén de Aviver, granja avícola, productora y de recría. “El primer contacto que tuvimos con la idea de compostar fue a través de un curso de INTA sobre la valorización del residuo. Empezamos a ver cómo era la receta: qué se lo ponía, qué se le agregaba, cuánto de cada cosa, como para hacer algo más exacto. A partir de ahí, seguimos capacitandonos para terminar de cerrar la idea”.
Actualmente estos grupos se encuentran realizando los ensayos de compostaje para experimentar y encontrar los mejores resultados. Al asociarse con otros productores a través del programa Cambio Rural II, Belén notó un verdadero cambio en el tratamiento de los desechos de la producción: “Me encanta, porque en mi caso soy licenciada en relaciones públicas, no soy agrónoma ni veterinaria, entonces todos los conocimientos que nos pasan los asesores y que construimos entre todos son fundamentales”.
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