sábado, 6 de julio de 2013

La Serenísima vende un negocio clave para poder pagar deuda


Por US$ 22 millones, le cedió a Danone una planta y la división de leches para niños. El vencimiento en dólares de una deuda que ya no puede volver a refinanciar fue el disparador.
La Serenísima vende un negocio clave para poder pagar deuda
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Y con un mercado que no crece como antes, con precios congelados primero y muy vigilados después, Pascual Mastellone llegó a la conclusión de que tenía que volver a desprenderse de otra división clave de su negocio. Como viene ocurriendo desde 1996, la francesa Danone cerró trato la semana pasada y se quedó con la planta receptora de leche de Ranchos, en la provincia de Buenos Aires, en una operación que incluye la propia planta considerada líder global en su tipo y la elaboración de leche de alto valor nutricional para niños de uno a tres años que La Serenísima elabora con la marca Crecer, según publicó el sumplemento IEco, de Clarin.

Danone desembolsó 22 millones de dólares. Ranchos es una planta de pre-recibo de la materia prima, con tecnología de última generación. En el caso de La Serenísima los camiones que llevan la leche no van directamente a las plantas de elaboración sino que primero se trasladan a las de pre-recibo. Allí se clasifica la leche cruda según su pureza. Sólo la leche con menos de 100.000 bacterias por mililitro será seleccionada. Ranchos posee un sofisticado sistema de software considerado uno de los más avanzados del mundo que permite clasificar la leche también de acuerdo a diversos análisis de calidad.

La operación despertó críticas hacia el interior de La Serenísima y de los analistas de bancos de inversión que siguen a la empresa. No solo se cuestiona el monto pagado, que muchos consideran bajo. También, que esta decisión deja a La Serenísima “demasiado expuesta” a la leche fluida y a los quesos, ya que con el paso de los años la compañía ha ido dejando en manos de Danone sus productos más sofisticados y de mayores márgenes de ganancias como los postres, el yogurt y hasta la cadena de distribución.

 Desde la alta dirección de la empresa de Pascual Mastellone justifican que la política es concentrarse en leche y quesos y que darán otro empujón con una inversión de US$ 15 millones a la planta ubicada en la bonaerense Trenque Lauquen para la producción de sueros y quesos. La línea de mandos medios de La Serenísima sostuvo en un informe interno, al que Clarín tuvo acceso, que la deuda podría haberse pagado generando fondos propios. Así, se cuestionan gastos “exagerados” en promoción y publicidad. La Serenísima, con 4.500 empleados, facturó $ 7.479 millones en 2012, 22,7% más que en 2011. Es decir, poco menos que la inflación.

Los primeros seis meses del año pasado perdió $96 millones. Ajenos a esos números, en el gremio dieron cuenta de otra cosa. Los trabajadores están atentos a la estafa que se acaba de descubrir y que se está investigando en la compañía. Las medallas de oro y plata que premian la permanencia del personal en la empresa y que fueron entregadas en el último par de años, no estaban confeccionadas, precisamente, con esos metales preciosos.

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