lunes, 29 de julio de 2013

Exigencias de UE amenazan destruir rentabilidad de la soja, advierten

La UE anunció nuevas exigencias que podrían destruir el negocio de la producción de biocombustibles del gigante Brasil, y con ello causar un desplome en el precio de la soja, afectando también la rentabilidad de todo el sistema para nuestro país, dijo Marcelo Duarte Monteiro, director de Aprosoja-Brasil, en el marco de la XVI Reunión de productores mundiales de cereales y oleaginosas (International Oilseed Producers Dialogue IOPD), que se realizó en nuestro país.
La Unión Europea es uno de los mercados más importantes después de China, para los productos agrícolas con valor agregado, tales como harina y aceite de soja, biodiésel y carnes, dijo. “La UE se está volviéndose más proteccionista, estableciendo normas cada vez más difíciles de cumplir”, señaló Duarte Monteiro, de Aprosoja-Brasil, durante una entrevista realizada en el local de Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
“En el caso del biodiésel, que para Brasil es muy importante, la UE quiere imponer un cálculo ambiental que podría acabar con ese rubro, y en consecuencia caer los precios de soja”, indicó.
Por su parte, Sonia Tomassone, asesora de Comercio Internacional de Capeco, destacó que los productores mundiales están de acuerdo en la necesidad imperiosa de cuidar el medio ambiente, pero que no por eso se deberían aplicar regulaciones incumplibles.
Tomassone se refirió a las normas REDD, de cambio climático, que se enmarcan hacia los nuevos objetivos que se trazó la UE. “Hoy nos estamos dando cuenta de que ni los productores europeos ya pueden cumplir sus propias exigencias, porque tras siete años de implementación de dichas exigencias, no se demuestran efectos positivos”, indicó.
Conclusiones de la XVI reunión del IOPD
Los cerca de 30 participantes del Diálogo Internacional de Productores de semillas oleaginosas (OIDP), reunidos entre el 22 y 24 de este mes, en la capital de nuestro país, abordaron diversos aspectos relativos a los agronegocios.
En cuanto a la normativa de energías renovables, el cónclave de los productores mundiales coincide en que los supuestos impactos indirectos del cambio de uso de la tierra (ILUC), requiere ser mejorado, robustecido con análisis científico y con el consenso internacional.
“Los miembros del OIDP reconocen que para establecer una normativa en relación a las emisiones de los gases de efecto invernadero de las materias primas fósiles y no fósiles, los cálculos deben estar basados en la ciencia y que en su elaboración deben participar plenamente los representantes de los agricultores y productores”, expresa el manifiesto.
Igualmente, refrendaron la necesidad de apoyar la revisión oportuna, transparente y basada en la ciencia, de los sistemas de aprobación para todas las tecnologías sostenibles, incluida la biotecnología.
Esto es en relación a todas las semillas oleaginosas, aceites vegetales y productos, para evitar perturbaciones del comercio. “Alentamos a los gobiernos del mundo a que apliquen normas aprobadas como el CODEX y Global Low Level Presence Initiative (GLI) para detectar la presencia de bajo nivel (LLP) en los eventos de biotecnología de los productos del comercio internacional, y que se establezcan umbrales comerciales razonables”, señalan.
También recomiendan corregir los problemas con las aprobaciones de eventos. “Instamos a que cuando un evento de biotecnología tenga un historial establecido de uso seguro, los gobiernos deberían extender el registro para períodos más largos de tiempo o indefinidamente”, expresa.
En el foro se analizó que el mundo cuenta con cerca de 7.000 millones de habitantes, y se producen cerca de 2.200 millones de toneladas de granos y vegetales alimenticios y no alimenticios, que para cuando se llegue a 10.000 millones de habitantes se debería elevar a 4.000 millones de toneladas, lo que compromete elevar la productividad o expandir el área.

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