lunes, 22 de julio de 2013

China a la cabeza del consumo de trigo

 


El cereal panadero continúa dominando la escena del comercio internacional de productos agrícolas, aunque desde hace varios años el maíz lo ha desplazado como el cultivo de mayor producción global. Es por ello que resulta de interés analizar los acontecimientos recientes de este gran mercado, en el que China está ingresando con fuerza en el costado importador.

El gigante asiático se convirtió en el mayor productor mundial a principios de los años ochenta, cuando fruto de una sostenida expansión del área sembrada y un notable incremento en los rendimientos destronó a Estados Unidos del liderazgo mundial. No obstante, este último continúa hasta nuestros días como el mayor exportador.

Tradicionalmente, China no tenía una participación destacada en el comercio de este producto, manteniendo relativamente baja su dependencia del mercado importador en función de un mandato orientado a satisfacer domésticamente el 95 por ciento del consumo de cereales. El abastecimiento de oleaginosas, en cambio, está mayoritariamente apoyado en los mercados externos.

En los últimos quince años las compras externas de trigo en China promediaron menos de 2 millones de toneladas anuales, dependiendo de la coyuntura de los mercados internacionales, la disponibilidad de existencias y las perspectivas de cosecha. Sin embargo, dicha tendencia esta experimentando un quiebre. Las previsiones de importación han crecido notablemente en las últimas semanas, tras conocerse el efecto negativo que tuvieron las persistentes lluvias de mayo y junio en las provincias de Henan, Hubei, Anhui y Shandong.

De hecho, en su último reporte de estimaciones de oferta y demanda, el Departamento de Agricultura norteamericano incrementó hasta 8,5 millones de toneladas su estimación de importaciones de China. De cumplirse esta proyección, el gigante asiático se convertiría en el segundo mayor comprador mundial, generándole un fuerte dolor de cabeza a otros importadores tradicionales que deberán competir más agresivamente por el cereal.

Desde su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC), China estableció un sistema de cuotas para la importación de cereales que no ha sido modificado desde el año 2004. Las compras de trigo están sujetas a un contingente anual de 9.636.000 toneladas, de las cuales un 90 por ciento son controladas por el Estado y sólo el 10 por ciento restante se otorga a molinos privados. Las compras por fuera del esquema de cuotas están sujetas a un arancel del 65 por ciento. Dada la coyuntura del comienzo del ciclo 2013/14, dependiendo de cómo se encuentre la demanda interna y evolucionen los stocks es probable que se autorice la adquisición de partidas adicionales si los precios internacionales se juzgan competitivos.

En los últimos años, el área destinada al cultivo promedió 24 millones de hectáreas, mientras que los rendimientos han aumentado extraordinariamente. En la campaña 2013/14 la productividad unitaria alcanzaría nuevamente los 50 qq/ha como promedio nacional, quedando apenas por debajo de los niveles obtenidos en Europa occidental. Desde 1970 en adelante los rindes de trigo se expandieron a razón de 10 qq/ha promedio por década, como resultado de un conjunto de estímulos consistentes en pagos directos a la hectárea, subsidios para la adquisición de maquinaria y programas de precio sostén que continúan expandiéndose hasta el presente.

El principal distrito productor es la provincia de Henan, ubicada en el centro-este del país. Con una población de 98 millones de habitantes, se encuentra en una de las regiones más pobladas del país. Los cultivos de trigo se alojan a los costados del Río Amarillo -el sexto más largo del planeta- aunque crecen con el aporte de agua de riego, fundamentalmente durante su fase reproductora.

El trigo se utiliza mayoritariamente para atender las necesidades de alimentación de su extensa población, aunque una proporción creciente del consumo es como grano forrajero. En las últimas campañas cerca de un 18 por ciento de la demanda correspondió a tal fin, frente a menos de un 10 por ciento al comenzar la década pasada. Semejante expansión se presentó en simultáneo con una mayor producción de cereales de verano y granos gruesos como el maíz, lo que evidencia la creciente demanda del sector ganadero.

La demanda per cápita de harina de trigo permanece relativamente estable, aunque se observa un deslizamiento del consumo hacia productos farináceos más sofisticados. Los trigos importados tienden a mostrar mejores parámetros de calidad -fundamentalmente, contenido proteico- y son preferidos por la industria para la elaboración de specialities. El cereal importado se adapta mejor para la producción de galletitas, tortas y fideos asiáticos. La industria china de panificación ve limitado su potencial de expansión por la existencia de cupos y barreras arancelarias que restringen el acceso a la importación.

Paralelamente al incremento verificado en la producción, el gobierno ha puesto en marcha una cuidadosa política de acumulación de stocks a cargo de delegaciones provinciales que operan bajo el comando de la China Grain Reserves Corporation (Sinograin), una compañía estatal que administra los inventarios. Según el Departamento de Agricultura norteamericano, a finales de junio de este año había un stock ligeramente inferior a 55 millones de toneladas de trigo en acopios chinos, equivalentes a poco más de cinco meses de consumo. Sin embargo, otras fuentes advierten que podría ser una cantidad menor y una proporción significativa de la misma estaría afectada por enfermedades, no siendo aprovechable para consumo. Durante el ciclo 2012/13 el fusarium ocasionó severos problemas de calidad en los granos, mientras que las perspectivas de cara a esta campaña son también muy desalentadoras.

El sistema encabezado por Sinograin ha sido notablemente exitoso en asegurar el abastecimiento y estabilizar los precios, aunque es criticado por ineficiente. Pequeñas compañías privadas compran trigo en cabeza del Estado y lo almacenan, contando para ello con pre-financiación subsidiada. El gobierno determina anualmente un precio de adquisición al cual se efectúan aquellas operaciones, teniendo como objetivo ejercer influencia sobre el área sembrada. Sin embargo, este esquema presenta algunos problemas de gestión, ya que muchas veces no hay coincidencia entre el momento en que los agricultores quieren vender y la disponibilidad de espacio físico y fondos para efectuar las compras.

La comercialización de este trigo se efectúa posteriormente a través de subastas semanales patrocinadas por la Administración de Granos del Estado (SAG). Algunos molinos privados intentan contactos directos con los productores, aunque esto no es una práctica usual. El producto es subastado en partidas que se dividen por campaña, lo que implica que las instalaciones de almacenaje dividen la mercadería según el año en que el grano fue cosechado.

Para el año 2013 el gobierno chino estableció un precio sostén de 2.240 RMB, cifra equivalente a unos u$s 365/ton. Este valor trepó un 10 por ciento respecto de los 2.040 RMB establecidos para el año 2012. El período de adquisición se extiende desde mayo hasta septiembre, en el marco de un ciclo comercial que formalmente transcurre desde julio hasta junio del año siguiente.

Por fuera de este esquema, los mercados internos oscilan en función de los vaivenes de la oferta y la demanda. No obstante, los precios han fluctuado muy poco a lo largo del año 2012, cotizando en el rango de 2.000 a 2.200 RMB por tonelada, equivalentes a unos u$s 325-360/ton. Sin embargo, sobre finales del año pasado y principios del actual, las cotizaciones comenzaron a crecer sostenidamente, haciendo más competitiva la importación.

Una referencia surge del mercado de Zhengzhou, cuyos futuros del cereal se encontraban durante los primeros meses de este año en torno a 2.450 RMB por tonelada, unos u$s 395/ton. Teniendo en cuenta que durante el mismo período el valor FOB Golfo de México del trigo blando norteamericano rondaba los u$s 290/ton, las autoridades admitieron a Sinograin la compra de más de un millón de toneladas del cereal -unos 15 Panamax- de ese origen durante el mes de abril. Entre finales de junio y lo que ha transcurrido del mes actual, la compañía complementó esas compras con mayores volúmenes de trigo francés, australiano y norteamericano, estimándose que hasta el momento ya se compraron tres millones de toneladas. Resulta preciso entonces prestar mucha a los acontecimientos futuros de este mercado. 

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