sábado, 20 de julio de 2013

ALFALFAS CON MAYOR GRADO DE REPOSO SOPORTAN MEJOR EL FRÍO Y LOS DÍAS CORTOS

Este atributo no garantizaría un mayor rendimiento de materia seca. Presentaron los primeros resultados de un ensayo con diferentes variedades llevado adelante en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo.

Asegurar una correcta elección de la variedad de alfalfa, en donde se tenga en cuenta la zona donde será instalado el cultivo, investigar cómo se aprovecharán mejor las condiciones de temperatura y disponibilidad de luz natural, analizando que las capacidades del material genético no necesariamente se traducirán en mayores rendimientos de materia seca, son algunas de las definiciones, que se desprenden de lo expuesto durante la jornada de actualización técnica en el cultivo de alfalfa, que tuvo lugar la pasada semana en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo.

En el encuentro, que fue organizado por la cátedra de Agricultura Especial, se abordaron aspectos generales del cultivo de alfalfa en Argentina y Mendoza. Entre ellos se habló del manejo general de la producción, grado de reposo invernal en alfalfa, y se mostraron algunos resultados de experiencias locales y recomendaciones para el procedimiento de henificación.
El reposo invernal
Durante la jornada una de las organizadoras y actual miembro de la cátedra de Agricultura Especial de la FCA, Cecilia Rébora, señaló que como existe una gran oferta de cultivares de alfalfa, es importante conocer algunos conceptos para realizar una buena elección.
Apunta que “si bien la producción de forraje es probablemente la principal característica que solemos tener en cuenta, no debieran dejarse de lado variables tales como el grado de reposo invernal (GRI), la persistencia del cultivo en el lote, la resistencia a plagas y enfermedades y la calidad del forraje”.
Rébora recuerda que en un principio se conocía como reposo invernal o latencia, a la característica genética de la alfalfa de permanecer en estado latente para sobrevivir el rigor del invierno, pero “hoy sabemos que el reposo invernal ocurre en respuesta a dos factores ambientales: uno, la disminución del fotoperíodo o, dicho de otra forma, días acortándose; y el otro es la disminución paulatina de las temperaturas, preparando a las plantas para la temporada de otoño-invierno”.
Estos factores ambientales desencadenan un proceso de aclimatación, que permite la supervivencia de las plantas, debido a que envían los productos de la fotosíntesis hacia la raíz y corona.
Explica que “allí se almacenan hasta que se reinstalen las condiciones ambientales apropiadas para crecer y volver a desarrollarse”.
Respuestas distintas
Leandra Ibarguren, de la misma cátedra, señala que “en la Argentina el Inase (Instituto Nacional de Semillas) reconoce 11 categorías de GRI en alfalfa y apunta que “los cultivares, dependiendo de su GRI, responden de diferente manera a las temperaturas y al fotoperíodo otoño-invernal”.
Así, “las variedades con reposo (GRI 1 al 4), que son más sensibles a las señales fisiológicas disparadas por las bajas temperaturas y a la menor longitud del día, detienen su crecimiento a principios del otoño como expresión de un mecanismo de protección contra el frío y las heladas” agrega la técnica.
“Por el contrario -continúa- los cultivares sin reposo, son menos sensibles a estas condiciones ambientales, y continúan su crecimiento mientras la temperatura se mantenga por encima de 5 ºC, aún a costa de sufrir daño por las heladas”.
Por esto último, “el uso de este tipo de cultivares se recomienda principalmente para áreas templadas, con inviernos no rigurosos”, dice la experta.
Investigación local
Ante la necesidad de disponer de información precisa que permita elegir el grado de reposo invernal de la cultivar a sembrar, un equipo de investigación integrado por los ingenieros agrónomos Lelio, Rébora, Arenas, Antonini, Barros, Ibarguren, Bertona, Emili, Morales Ciancio, Daruich y Mirable, de la Facultad de Ciencias Agrarias y el Instituto Nacional del Agua, comenzaron a probar cultivares de distinto GRI para valorar su comportamiento local.
En el marco del proyecto de investigación financiado por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCuyo (Sectyp) y titulado “Efecto del grado de reposo invernal de alfalfa sobre el rendimiento de heno en el oasis norte de Mendoza” se han probado 5 variedades de alfalfa (GRI 6 a 10) con el objetivo de cuantificar: rendimiento por hectárea y por año, número de cortes y calidad (relación hoja/tallo).
Un informe elaborado por las ingenieras Rébora e Ibarguren, dice que tras el primer año de ensayo, “no se encontraron diferencias entre las alfalfas de distinto GRI”. Precisan, en otro orden, que “el rendimiento de materia seca acumulado fue de 13.000 kilos por hectárea”. En este punto, “es importante destacar que la genética es uno de los factores que condicionará el potencial de rendimiento; pero no menos importante es el manejo que se le dé a la alfalfa (momento oportuno de corte, riegos, control de malezas, etc., etc).
En este primer ciclo “se realizaron 6 cortes (entre el 1 de noviembre de 2012 y el 9 de mayo de 2013) en todas las variedades”. En cuanto a la relación hoja/tallo “no mostró diferencias entre GRI; y su valor promedio fue 1,15”

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