sábado, 20 de agosto de 2011

Más producción con menos recursos

Tecnología/ XIX Congreso de Aapresid, en Rosario


Los especialistas instaron a obtener más alimentos con una agricultura eficiente y responsable, disminuyendo el impacto ambiental.

ROSARIO.- Aunque parezca obvio, ya no sólo hay que hacer una producción sustentable, sino también es importante mostrar de qué manera se usan los distintos recursos para producir. Precisamente, hacia ese punto estuvo enfocado, en gran parte, el XIX Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que llevó como lema la frase "Inteligencia colaborativa".

Algo que quedó claro en el encuentro es que, inexorablemente, habrá que tener una producción cada vez más eficiente, responsable, además de productiva. Para aprovechar mejor los recursos y lograr más alimentos, pero también disminuir el impacto ambiental en un contexto donde los recursos son escasos.

Un ejemplo es el agua. En el mundo, 70% del planeta es agua, pero sólo 3% es dulce. Además, de ese 3%, dos tercios está en forma de hielo y nieve y 1/3 se encuentra disponible para humanos y producción agrícola. De hecho, casi el 70% del agua dulce se usa para agricultura. Hay que apuntar a que lograr más y mejores productos con la misma o menos cantidad de agua.

"El agua exige una enorme cantidad de desafíos", dijo Jorge Neme, coordinador del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap), en la apertura del III Simposio Internacional del Agua, realizado por Aapresid y la Asociación Semilleros Argentinos (ASA).

Para Oscar Domingo, presidente de ASA, el escenario es contundente. "En muy pocos años, habrá que duplicar la producción de granos, con la misma cantidad de agua de lluvia", advirtió.

La industria semillera en todo el mundo está buscando plantas lo más eficientes posible en el uso del agua. No por nada, aun en el país, en la última campaña, de fuerte estrés entre diciembre y enero, plantas sufridas por la sequía formaron buenas espigas y rinde.

Pero también hay iniciativas de empresas de otros rubros en materia de uso y eficiencia de agua. Una de ellas es la de Coca Cola, que en todo el mundo vende 1600 millones de bebidas por día.

La compañía apunta a aumentar para 2012 en un 20% la eficiencia del agua. Desde 2004 ya mejoró en 17% la eficiencia del uso del agua. Además, hoy el 93% de sus plantas cumplen estándares de tratamiento de aguas residuales. La firma también ha implementado proyectos donde logró reponer 34% del agua utilizada. Esto vinculado con las cuencas hidrográficas.

Otro dato: mientras en 2004 se utilizaban 2,70 litros de agua por litro producido de producto, en 2009 eso ya se redujo a 2,36 litros y la tendencia continúa a más eficiencia.

¿Por qué tanta preocupación por el agua en esta empresa? Ernesto Brovelli, senior manager en sustentabilidad de la agricultura, ambiente y recursos hídricos de Coca Cola para Estados Unidos: "El agua es para nosotros el ingrediente número uno; es uno de los factores críticos", dijo.

Además, la empresa también tiene iniciativas de agricultura sustentable interesantes vinculadas con otros insumos como la caña de azúcar. "Se trata de producir en forma sustentable para reducir impactos ambiéntales y sociales", añadió.

Otra experiencia incluye el caso del maíz. Así, en los Estados Unidos un caso es la implementación de una especie de "calculadora" donde los productores pueden cargar información que les permite ver cómo están trabajando en cuestiones como uso y pérdida de suelo, impacto del clima, uso de energía y agua, entre otros aspectos clave. La idea de esto es hacer comparaciones sobre cómo se viene trabajando en el campo y avanzar hacia sistemas más conservacionistas.


Los desafíos
En este contexto, el país en su conjunto tiene un potencial fenomenal para aprovechar aún más un recurso decisivo como el agua (un kilo de grano necesita 700 litros de agua y un kilo de carne demanda 10.000 litros de agua).

Esta es la otra parte del desafío: no sólo ser más eficientes sino apuntar a aprovechar lo que está disponible.
Para tener en cuenta, en el país hay 2,2 millones de hectáreas bajo riego. Es el 6,5% del área productiva. Sin embargo, el potencial es que se pueden alcanzar los 16 millones de hectáreas.

Ahora bien, el desafío es también ser eficiente con el agua de riego. En el país, el 74% de la fuente de agua que se usa para este fin es superficial y el 26% subterránea. "Con la misma cantidad de agua se puede producir más. Hay grandes recursos de agua subterránea y superficial", señaló Martín Pasman, productor y asesor en riego.

En este marco, Pasman destacó la performance de los equipos por pivote en materia de eficiencia. Un riego gravitacional tiene una eficiencia del 30% y puede llegar al 50% si está muy bien hecho. En cambio, según Pasman, con pivote se está por encima del 90 por ciento.

Otra veta es el riego por goteo, inclusive en producciones extensivas (las mangueras se ponen a unos 20/25 cm bajo tierra). De esto habló Jorge Domínguez, de John Deere (Colombia). Domínguez mostró cultivos de soja y maíz en suelos con más del 90% de arena en Perú. En el Chaco, además, ya pasaron de 1600 a 4000 kilos con este sistema para trigo.

La carrera por la eficiencia está lanzada. El mismo Gobierno e iniciativas como el Prosap están en esa senda.
Según Neme, de US$ 800 millones invertidos desde 2002, 453 millones ya se destinaron a proyectos y obras para riego. Esta cifra específica treparía a unos 700 millones con otros proyectos en ejecución. Hay iniciativas para usar agua del Paraná y también, entre otros ejemplos, del Rió Negro para regar en Carmen de Patagones, una zona castigada por la última sequía.

A todo esto, en el congreso, Volker Laabs, de Basf de Alemania, entre otros puntos recomendó usar riego de avanzada, minimizar la evaporación del suelo, cuidar reservar de agua y buscar soluciones para administrar recursos escasos. "Para 2050, dos de cada tres personas vivirán en condiciones de sequía o estrés"; dijo.
Pero, como no se trata sólo del agua, Cristianne Close, de Syngenta, advirtió que entre lo que se emite de CO2 y usa para producir esto ya equivale a 1,3 planetas y si nada cambia en las próximas décadas podría llegarse a 2,3 planetas.

"No podemos seguir creciendo y comiendo el planeta", afirmó. Close aconsejó incorporar tecnologías eficientes y que ayuden a producir más por hectárea, buscar soluciones en el conjunto de la cadena entre productores y empresas y trabajar con los pequeños productores (son 500 millones en todo el mundo) para encarar los nuevos desafíos.

Todas esto lleva también a preguntarse por lo que se viene y qué van a hacer América latina y la Argentina en particular. Peter Goldsmith, profesor de la Universidad de Illinois, que habló del negocio de la soja, fue uno de los tantos que de algún modo avanzó en esta pregunta. "¿La Argentina se perderá la era dorada siendo el agro el rey en el mundo? Es la hora de invertir", se interrogó.

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