lunes, 8 de julio de 2013

El control de moscas tiene un impacto positivo sobre el estrés y la ganancia de peso

Hasta 600 millones de euros anuales en pérdidas.

No debe subestimarse la importancia del control de moscas, en particular durante los meses de verano, ya que las vacas expuestas a una gran cantidad de ellas buscan protección, y este comportamiento puede incrementar los niveles tanto de temperatura como de estrés, lo que puede conllevar una pérdida de peso. 
Según el profesor de la Universidad de Nebraska-Lincoln County en Canadá, Dave Boxler, hay tres tipos de moscas que los productores deben tener en cuenta en las granjas de vacas: moscas de los cuernos, moscas del establo y moscas de la cara.
Las moscas de los cuernos se alimentan de la sangre del animal y se concentran alrededor de los cuernos, el cuello y la garganta. Suelen comer unas 30-35 veces al día.
Doscientas moscas sobre un animal son suficientes para observar un impacto, que el Dr. Boxler sitúa en alrededor de 600 millones de euros en pérdidas al año. Un reciente estudio puso de manifiesto que los terneros cuyas madres fueron protegidas de la mosca de los cuernos ganaron una media de 4,5-9 kg más de peso que los terneros cuyas madres no recibieron dicho control. Una manera de reducir el impacto de las moscas de los cuernos es por medio de crotales rellenos de insecticida, además de bolsas de polvo, aceites o aditivos alimentarios (IGRs).
En cuanto a las moscas de establo, también se alimentan de sangre y suelen estar alrededor de las extremidades. Las vacas que sufren el acoso de estas moscas se amontonan en las esquinas del pasto. Estas especies tienen, así mismo, un fuerte impacto sobre la ganancia de peso, tal y como demostró otro estudio en el que se observó que los animales que recibían control frente a las moscas de establo ganaban unos 0,20 kg más al día que los que no recibían protección.
Según el profesor, el método más efectivo para controlar las moscas de establo es rociar a las vacas con insecticida.
Finalmente, las moscas de la cara se alimentan de las secreciones de la cara y la nariz de las vacas, lo que les provoca irritación del tejido ocular y les predispone a padecer queratoconjuntivitis, que puede llegar a causar ceguera. Estas moscas son muy preocupantes en zonas de elevada humedad.
En la página web de The Dairy Site puede encontrarse la entrevista al Profesor Boxler.

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