miércoles, 27 de marzo de 2013


Granos y turistas, con retenciones más pesadas

El humor y la efervescencia rural hacen foco ya en el día a día y hasta en el curso horario de las variables económicas.
Los problemas y los remezones de la coyuntura comienzan a ponerse, con mayor velocidad, en la línea de fuego de las tribulaciones de los productores.
No se excluyen, en la agenda deliberativa, tópicos fundamentales y estructurales de la política agropecuaria, desde la debacle de la ganadería, pasando por la demanda de mayor seguridad jurídica o que se corrijan las falencias institucionales, hasta la carencia de inversión en infraestructura regional. Pero el humor y la efervescencia rural, en un trimestre clave para medir los resultados de la cosecha, saldar deudas y proyectar las nuevas inversiones, hace foco ya en el día a día y hasta en el curso horario de las variables de la economía doméstica.
Obviamente, el salto que pegó esta semana el dólar paralelo no sólo agitó las pulsaciones del Gobierno, sino también las de los actores económicos. Y el agro, hoy por hoy, tiene mucho que perder, con un derrame que también afectará al resto de las actividades, si la “sintonía fina” a la que tiempo atrás aludió la Presidenta como curso de acción no toma en cuenta los frentes de tormenta que acusan los sectores productivos.
 
Los deslizamientos del tipo de cambio “paralelo”, después de que esta semana la Administración Federal de Ingresos Públicos anunció una retención extra del 20 por ciento para las compras de pasajes y paquetes turísticos al exterior acentuaron el alerta en el agro.
Cuando se hacen los números, con una brecha cambiaria entre el dólar oficial y el marginal del 70 por ciento, no hay rentabilidad posible, se evalúa entre los productores que comienzan a levantar la soja de la nueva cosecha. Y en la medida que este diferencial se mantenga en el tiempo, ocurrirá otro desfasaje: los insumos no tardarán en posicionarse en función del tipo de cambio marginal.
Ayer, durante la jornada Trigo Córdoba 2013, el analista Carlos Etchepare mencionó que los productores que están vendiendo soja en estos días, en lugar de cobrar 320-325 dólares por tonelada, están percibiendo en realidad 190. Y si se compara con los 535 dólares, que es el precio de exportación de la soja argentina, la “retención” implícita, vía diferenciales cambiarios, está ya arriba del 60 por ciento.
Etchepare anotó otro ingrediente: por una necesidad de caja y para cubrir deudas, muchos productores tendrán que salir a vender, lo que haría bajar más los precios. Si, como algunos señalan, el 50 por ciento de la soja nueva está comprometida por deudas y hasta ahora sólo se comercializó el 20 por ciento, en las próximas semanas debería ser colocado el 30 por ciento de la cosecha.
En relación con la nueva campaña triguera, trascendió que entre los anuncios que prepara el Gobierno se cuenta una nueva segmentación de stocks en función del tamaño de los productores. Los más grandes quedarían con la responsabilidad de mantener el cupo para el mercado interno.

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