sábado, 30 de marzo de 2013


Las variantes del Gobierno para forzar la venta de soja, luego de asustar con la ley antiterrorista

El kirchnerismo lanzó la versión de emplear la Ley Antiterrorista para obligar a los productores a vender la soja que retienen. Ante la ola de repudios, Ricardo Echegaray, lo desmintió. Pero fue una advertencia y el Gobierno estudia otras medidas para cumplir ese objetivo, desesperado por la falta de dólares de la economía.
En la primera jornada de esta semana la tensión entre el Gobierno nacional y el campo volvió a aumentar a partir de una versión que indicaba que se emplearía la Ley Antiterrorista para forzar a los productores a vender la soja que aún conservan.
Dicha versión, como no podía ser de otra manera, generó una ola de declaraciones cruzadas entre funcionarios kirchneristas y dirigentes rurales justo en el marco de las asambleas de productores que viene organizando la Mesa de Enlace.
El propio titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, tuvo que salir a desmentir (aunque a medias) el rumor. “Para un eventual caso hay otras herramientas legales, como lo es la Ley Penal Tributaria”, amenazó.
Sin embargo, es evidente que se trató de un globo de ensayo lanzado desde el poder para mandar un mensaje a los productores: No sólo para que venden la soja que retienen de la campaña pasada, sino la que cosecharán próximamente.
La Política Online pudo conocer de fuentes oficiales algunas de las medidas alternativas que el Gobierno estudia para forzar la venta de soja.
La primera sería implementar un mecanismo por medio del cual se pueda suspender del Registro de Operadores de Granos a aquellos productores que no vendan soja, algo que Echegaray ya hizo con las multinacionales cerealeras que entendía que le debían impuestos.
Además, también evalúa la AFIP castigar a esos productores que se niegan a vender soja, apostando a recibir un mejor precio, aumentándoles de manera considerable la presión tributaria (algo que se desconoce cómo se llevaría a cabo).
La Política Online consultó a varios analistas de mercados para intentar explicar algunas cuestiones técnicas que merecen ser aclaradas para entender un poco el por qué de este nuevo frente que abierto entre el oficialismo y el sector agropecuario.
El problema es el dólar
En primer lugar, la puja por la venta de soja se produce en estos momentos a causa de la escasez de dólares presente en la economía argentina (el Gobierno necesita cuánto antes asegurarse un mayor ingreso de divisas).
“La caída de la inversión extranjera en la Argentina es tan grande que hoy por hoy la economía se volvió absolutamente dependiente de lo que genere la soja”, comentó el analista Pablo Adreani, director de AgriPac Consultores.
Por otro lado, y tal como lo explicó LPO anteriormente, existe el “efecto silobolsa”. Se trata, en definitiva, de una novedosa y fenomenal arma con la que cuentan los productores para conservar su producción y vender en el momento más considerado. El silobolsa es un dispositivo similar a una bolsa gigante que permite acopia el gran cosechado en el campo, a muy bajos costos.
“Las razones por las cuales los productores utilizan éste método son la inflación anual del orden del 25 por ciento y un virtual desdoblamiento cambiario que no favorece la comercialización en el actual escenario”, explicó Adreani.
En otras palabras, lo que dijo el especialista consultado es que pase lo que pase con la coyuntura local e internacional, la soja siempre seguirá manteniendo su valor relativo (aquellos que pueden, conservan la oleaginosa como moneda de reserva de valor). Situación muy razonable ya que aplicando retenciones, el productor hoy recibe un dólar de 3,30 pesos, cuando el oficial supera los 5 pesos y el blue los 8 pesos.
¿Cuánta soja hay disponible?
Por otra parte, hay un alto grado de confusión por parte del kirchnerismo acerca de la disponibilidad real de soja en el país. La última cosecha 2011/12 fue de apenas 39,8 millones de toneladas por efecto de la sequía, versus 55 millones en el ciclo anterior.
Es decir, parte de la actual escasez de dólares se explica por este fundamento: el hecho de haber producido 15 millones de toneladas de soja no es menor para la economía argentina que depende de los ingresos del complejo sojero.
En este sentido, fuentes del sector privado estiman que hoy hay menos de 1 millón de toneladas de soja 2011/12 en poder de los productores, mientras que el Gobierno cree que ese número es mucho mayor (casi como buscando explicación a la crisis del dólar).
“Hacia fines de año quedaban sin vender apenas 1,4 millones de toneladas. Pero hoy queda bastante menos porque los productores fueron vendiendo para cubrir sus gastos”, señaló a este medio el presidente de la Sociedad Rural (SRA) Luis Miguel Etchevehere.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la cosecha de soja 2012/13 -que acaba de comenzar- viene muy retrasada por efecto, primero de las inundaciones de fin de año que retrasaron la siembra, y luego de la sequía de enero y febrero.
Así las cosas, los dólares que el kirchnerismo esperaba con ansias que comiencen a ingresar durante el presente mes de marzo, deberán esperar hasta abril y mayo a medida que comiencen a fluir la cosecha y las ventas de soja por parte de los productores.
Por todo lo antes mencionado, en el seno de la Mesa de Enlace todavía se muestran arrepentidos por la amenaza pública que hicieron de dejar de vender soja como método de protesta (declaraciones que, en definitiva, no hicieron más que alentar esta situación).

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