lunes, 11 de marzo de 2013


El futuro de la economía argentina sin Chávez

Cómo influirá la muerte del líder bolivariano en la relación político-comercial con Venezuela construida al calor de la era Kirchner. Durante ese período, las exportaciones a ese país pasaron de 200 a 2000 millones de dólares. Los analistas ven una continuidad bajo una eventual sucesión de Maduro y un escenario de cambio frente a un improbable triunfo opositor.
La muerte del presidente venezolano, Hugo Chávez, el pasado martes, ha abierto una serie de interrogantes respecto del futuro político de ese país. Por ahora, todo parece indicar que será Nicolás Maduro, sindicado por Chávez como el continuador de su trabajo al frente del gobierno venezolano, quien efectivamente se presente a unas elecciones que los analistas, apuestan, debería ganar con comodidad.
Ahora, ya sea ante el escenario de un esperado triunfo de Maduro como de una derrota fuera de todo cálculo, desde el Río de la Plata muchos se preguntan qué pasará respecto de la estrecha relación que Argentina y la Venezuela de Chávez mantuvieron durante los 10 años de gobierno kirchnerista. En lo político, claro, pero, sobre todo, en lo comercial.
La relación entre Argentina y Venezuela experimentó un cambio radical desde la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada.
La buena sintonía del patagónico con Hugo Chávez permitió crear un vínculo político inédito y, con ello, llevar las exportaciones argentinas a Venezuela desde una cifra menor a los u$s 200 millones en 2003 a un pico de más de u$s 2000 millones en 2008, un nivel que se mantiene más o menos estable hasta la fecha.
En cambio, las importaciones argentina a Venezuela son casi ínfimas. Según datos oficiales, apenas unos u$s 25 millones en 2012. Claro, es que allí no se contabilizan las compras de energía a Venezuela porque los pagos que realiza la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) por la adquisición de fuel oil y gasoil se depositan en un fondo de fideicomiso administrado por el banco estatal venezolano, BANDES.
Chávez fue, además, mucho más que un amigo generoso para la administración de Néstor Kirchner en momentos en que el mercado internacional estaba cerrado para la Argentina producto del default.
Según cifras del Palacio de Hacienda, durante la era Néstor el líder bolivariano compró bonos por unos u$s 5600 millones desde 2005 hasta 2008.
Sin duda, Chávez fue una suerte de financista milagroso para la Argentina. Participó de compras de títulos como el Boden 12, el Boden 2015, Bonar 10 y los Bonos del Sur, aunque a una tasa alta, de alrededor de 15%.
Según datos de M&S consultores, en 2005 fueron colocados a Venezuela u$s 1563 millones en Boden 2012 y en 2006 otros u$s 2865 millones.

El comercio bilateral

Si bien en cuanto a su composición las exportaciones argentinas a Venezuela se han mantenido prácticamente inalteradas, sí se ha evidenciado un fuerte aumento en el volumen de las mismas.
Entre los principales rubros hoy se destacan las autopartes y maquinaria de mantenimiento metalmecánico, más una fuerte presencia de alimentos y materias primas.
A la hora de hablar de la influencia de las relaciones diplomáticas y su impacto en el campo del intercambio comercial, desde Caracas el argentino Benjamín Tripier destaca que si bien es cierto que el gobierno venezolano compra aproximadamente un 40% de lo que se importa desde Argentina, “el 60% restante está constituido por una importante relación entre privados”.
“Esto me hace pensar”, dice Tripier, economista y consultor de empresas con tres décadas de residencia en Venezuela, “que cualquiera sea el resultado o cambio de Gobierno tras la muerte de Chávez, la relación comercial entre ambos paises no tendría por qué volver a los bajos niveles de antaño”.
A modo de ejemplo, Tripier cita el caso del vino argentino que se exporta a Venezuela. “De u$s 3 millones por año se pasó a u$s 20 millones por año”. Pero esto, señala, más allá de las cifras -que no son exorbitantes- ha provocado un fuerte cambio cultural en Venzuela y en la relación simbólica entre ambos países.
“Antes el venezolano comía con whisky y hoy lo hace con vino. Y la presencia del vino argentino en la mesa venezolana ha ido poniendo la marca argentina entre la gente del país”, plantea.
Tripier, presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Venezolana en los períodos 1995-1999 y 2008-2011, usa este ejemplo para subrayar que si bien la buena relación política entre ambos paises ha sido fundamental para el aumento de los flujos comerciales, el fortalecimiento y mantenimiento de este intercambio de cara al futuro está dado por la buena calidad de los productos exportados.
Ahora, llegado el momento de mirar el otro lado de la moneda, si bien los números oficiales de intercambio comercial nos muestran una enorme asimetría, con Venezuela exportando hacia la Argentina bienes por cifras sólo en torno a los u$s 20 millones, si a esto le sumamos el fuel oil las cosas son muy distintas.
“El combustible venezolano no está registrado en los libros porque, en sentido estricto, no es petróleo venezolano el que llega a la Argentina”, cuenta.
“El combustible que sale de Venezuela tiene demasiado contenido de azufre y no es compatible con la refinación argentina. Por lo tanto, la forma de operar es a través de un fideicomiso petrolero, un sistema a través del cual Venezuela entrega letras al Banco Nación de la Argentina para que el país los cambie en los mercados internacionales por el equivalente del petróleo colocado por Venezuela afuera”, explica.
Y este combustible no es poca cosa. Equivale, anualmente, a entre u$s 800 millones y u$s 1000 millones. Un flujo que, y acá se encienden las alarmas, podría ponerse en entredicho si se llegase a producir algún cambio de rumbo desde el Palacio de Miraflores, tras el deceso de su principal inquilino.

El futuro de la asociación

“La ideología no constituyó, en un principio, un incentivo tan fuerte en la política exterior de los Kirchner”, dice Milagros López Belsué, directora de investigaciones del Centro de Estudios para una Nueva Mayoría, poniendo énfasis en el pragmatismo que caracterizó la vida política de Néstor Kirchner. “En un comienzo fue la necesidad económica, sumada a una política exterior de corto plazo, lo que determinó la relación de Kirchner con Venezuela”, analiza.
Esto, al contrario de la política exterior venezolana, donde muchas veces primó la estrategia política por sobre las ventajas económicas, como fue el caso de la condonación de la deuda a Nicaragua.
Esta sintonía generó algunos hechos inéditos, como la frecuencia de los encuentros presidenciales. En toda la historia de ambos países, nunca hubo tantas reuniones entre un mandatario argentino y otro venezolano como desde 2003, con 25 encuentros oficiales entre 2003 y 2011, un promedio de dos por año. “Esto, sin tener en cuenta aquellos en el marco de foros o cumbres multilaterales”, añade López, quien circunscribe buena parte de esta sintonía comercial bajo el paraguas del Acuerdo Integral de Cooperación entre la Argentina y Venezuela, “que se ha caracterizado por una serie de negocios entre funcionarios chavistas con sus pares y con empresarios argentinos”, algo que va un poco en sintonía con lo expresado por Tripier.
Y aunque para la analista, “la desaparición de Chávez es probable que incida en este vínculo bilateral”, ésta es una mirada que encuentra cierta resistencia desde Caracas.

La sucesión en marcha

“No tengo ninguna duda de que será Maduro el hombre que se erigirá como líder para encabezar la continuidad del proceso”, dice desde la capital venezolana el director de la encuestadora Datanálisis (cercana a la oposición), Luis Vicente León. “El Gobierno llamará a elecciones en 30 días y con la empatía que genera la muerte de un líder tan carismático, será muy difícil que pierda las elecciones”.
“Todas las encuestas lo muestran con 14 puntos de ventaja de cara a los comicios”, añade el politólogo de la Universidad Central de Venezuela, Micmer Evans, quien a la hora de hablar de las relaciones entre ambos países, llama la atención sobre dos hechos clave. El primero, “que Maduro se hizo en la Cancillería y debería mantener el estilo y la forma de las relaciones internacionales” al asumir el poder. Y el segundo, tal vez más importante, es que en su plataforma de campaña el año pasado, Chávez presentó el llamado “Plan de la Patria 2013-2019″. En ese programa “habla de las relaciones internacionales y las alianzas estratégicas como un pilar fundamental de su proyecto político, donde Argentina juega un papel muy importante por su tamaño y ubicación. Y esto se mantiene, sea o no Maduro el hombre que lidere la continuidad del chavismo”, dice el académico, cercano al oficialismo.
Y aunque López también estima que la relación podría permanecer invariable, porque entre otras cosas Maduro justamente construyó su figura en la Cancillería, también dice que “ningún líder es igual a otro”, y que el ascenso a su nueva posición podría dar más poder a mandos medios y operadores dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores “que fuercen algunos cambios en la relación internacional tanto en los vínculos con la Argentina como con otros países”.
Aunque Evans, que apuesta con seguridad a un triunfo de Nicolás Maduro y la posterior continuidad del proyecto chavista, también se atreve a analizar otro escenario, “incluyendo un muy improbable triunfo de la oposición”, cuyo candidato será nuevamente Henrique Capriles.
De darse este caso, analiza, sería “muy probable que se produjera un cambio radical en la relación con la Argentina. La política exterior venezolana ha sido expresada siempre como parte de un proyecto político y un triunfo de la oposición implicaría un obligado cambio de forma donde los países que han sido aliados estratégicos, podrían ser vistos como no convenientes por este hipotético gobierno opositor”.

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