Puede que se trate apenas de una percepción o sea realmente un hecho, el tema es que los contenedores refrigerados son cada vez más apetecidos por los freight forwarders y dueños de cargas que necesitan cadena de frío, quienes están teniendo problemas para encontrar suficientes espacios helados para sus cargas.
Alianzas, fusiones y la gran quiebra del año pasado se barajan como las posibles causantes de esta escasez, según plantea Alex von Stempel director general de Cool Logistics. De acuerdo al artículo, el problema habría comenzado en el este de Europa y a pesar de no ser una ruta de alto tránsito de contenedores refrigerados, sí tiene un alto flujo de transporte de proteínas dirigido hacia los mercados japonés y chino, lo que afecta la carga de vacuno, cerdo y salmón hacia la región asiática.
¿Buenas noticias?
En el contexto de sobreoferta de espacio, la escasez de contenedores debería ser una buena noticia. Sin embargo, la cadena de frío parece regirse por reglas diferentes a las del resto de la cadena logística contenerizada, ya que los dueños de la carga necesitan de condiciones específicas para exportar sus bienes en base a flujos relativamente estables.
Pero si las naves siguen aumentando de tamaño y las alianzas continúan reduciendo el espectro de proveedores, entonces el problema de ‘carga insuficiente’ seguirá existiendo, solo para hacerse cada vez más pronunciado. Ahí quedarán las cargas -refrigeradas y secas-, a la espera de que se llenen los muchos espacios disponibles y a la búsqueda de contenedores reefer para mantener la cadena de frío de los alimentos. Por el momento el problema parece estar concentrado solamente en la región europea anteriormente mencionada, pero a medida que la escasez de contenedores refrigerados se vaya haciendo cada vez más notoria, otras rutas y mercancías se irán viendo afectadas, como las bananas que salen desde América Latina… y desde carne hasta bananas, nadie quiere ver comida desperdiciada.
Oferta limitada
En medio de la sobreoferta de espacio, la oferta de proveedores de espacio se ha ido limitando. Entre las fusiones y adquisiciones del año pasado, los clientes tienen cada vez menos opciones para escoger con quién transportar sus cargas. Por ejemplo, en Chile, Argentina y Brasil la reciente adquisición de Hamburg Süd por parte de Maersk Line ha generado la puesta a la venta de la naviera regional Mercosul reduciendo aún más las alternativas para los exportadores que necesitan enviar principalmente frutas y verduras a mercados lejanos. Para algunos vendedores de menores volúmenes la opción de freight forwarders es válida, pero para exportadores de grandes cantidades de alimentos, como salmón chileno o carne argentina, esta alternativa es demasiado costosa y demorosa.
Vieja y nueva tecnología
La vida útil de un contenedor reefer es aproximadamente de 10 a 12 años (promedio de vida útil de contenedor estándar es entre 15 y 20 años), por lo que un contenedor con una década de uso ya está viviendo sus últimos días. Entre el avance de la tecnología y el desgaste por el uso, tampoco se les puede pedir más a estas ‘cajas heladas’, sin embargo, ante la falta de contenedores refrigerados, freight forwarders están recibiendo viejos contenedores de parte de las navieras, quienes a su vez priorizan el uso de contenedores más nuevos y modernos para uso propio.
Por ejemplo, Maersk ha hecho una significativa inversión en contenedores reefer en los últimos años, por lo tanto “¿por qué habríamos de permitir que otros se beneficien de nuestra inversión?”, comenta la gerente de administración refrigerada de la naviera danesa.
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