domingo, 30 de noviembre de 2014

“Uruguay históricamente ha sido mucho más estable y lógico en sus políticas agropecuarias”


Entrevista de El Observador Agropecuario al productor agrícola argentino Julio Zprraquín
¿Cuál es la situación hoy del agricultor en Argentina?
Argentina tiene tierra más fértil que la de acá, eso permite una mayor productividad en kilos por hectárea, lo que te da una mayor rentabilidad. El problema es que hay retenciones y un dólar comercial que hacen que hoy allá con altos rindes no tengamos rentabilidad. Eso es circunstancial, creo que se va a revertir, especialmente ahora que la caída de los precios de los granos hace que el agricultor quede todavía más deprimido. Otro tema que incide es el clima, no está muy estable y varias veces nos juega una mala pasada.

¿A qué atribuye esa diferencia de productividad que señaló?
Es un problema de llenado de grano. En Uruguay, y me estoy metiendo en temas técnicos y de pronto la pifio, me da la sensación que el grano es más liviano. Veo plantas con igual cantidad de chauchas e igual cantidad de granos, pero en Argentina (donde produce al sur de Mar del Plata) esos granos pesan mucho más. Hay campos de soja acá con una cantidad de chauchas impresionante, bien llenas, sin embargo el rinde disminuye según las expectativas que uno tiene, uno ve esas plantas y piensa que va a tener por lo menos 50 quintales de soja por hectárea (5.000 kilos), pero orilla los 30. Otro aspecto es que la tierra en donde yo estoy (sobre la ruta 21, entre Dolores y Mercedes) es franco arenosa, tiene un gran potencial de desarrollo radicular y hay que poner más fertilizante, es una tierra floja en nutrientes.

Igual decidió invertir en Uruguay, ¿le ha dado resultado?
Sí, es menor la productividad, pero mayor el negocio. La menor productividad en kilos se suple ampliamente con el precio, no hay retenciones. Igual el día que allá no estén las retenciones vamos a seguir produciendo acá porque seguirá siendo rentable. Acá está todo bien. Uruguay históricamente ha sido mucho más estable y lógico en sus políticas agropecuarias, y la expectativa es que eso siga igual. Obviamente que los precios internacionales hacen la diferencia en el negocio y han bajado, pero volviendo a precios normales, quizás no tan altos como hace un año, pero subiendo 30% o 40%, el negocio en Uruguay es muy rentable, al menos en esta zona. Hay que tener cuidado con eso, en ciertas zonas hay terrenos muy quebrados, con mucha piedra, con mucha erosión hídrica que es otro aspecto a cuidar.

¿Hay diferencias a la hora de mover y almacenar los granos?
Yo arriendo mi campo, no me ocupo de esos temas, estoy tranquilo porque eso lo gestiona ADP, pero he visto que suceden cosas similares en ambos países, hacemos silo bolsa cuando no tenemos capacidad de sacarnos los granos, problemas de camiones y caminos hay en los dos lados. En esta zona, en Dolores, Mercedes, Paysandú y Cololó, de muy buena productividad, estamos muy cerca del puerto de Nueva Palmira y de los centros de acopio. Cuando decidí invertir en un campo agrícola para diversificar mis negocios tuve en cuenta que estuviera cerca de una ruta, de los lugares de acopio, con un adecuado interés para quien lo quisiera arrendar.

Usted innovó creando la figura de los cementerios parque, hoy tiene un club de campo, dirige una fundación educativa… ¿qué lo motivó a vincularse al agro?
Bueno, ya he vendido algunos negocios a una empresa chilena que decidió invertir en Argentina, tengo una vida menos exigente pero igual de mucho empuje, disfruto más de mis nietos, de traerlos al campo y enseñarles a andar a caballo. Siempre cada una de las cosas las hice con una gran pasión, en negocios en los que me gustó trabajar, ahora también. Producir alimentos se disfruta, uno cuando consigue una buena cosecha siente placer. Y es una actividad en la que los números colorados en el almanaque los pongo yo. Además acá aprendo un montón. Me maravillo de la pasión que tienen por la tecnología. ADP en el campo que tengo hace ensayos, agricultura por ambientes, eso me apasiona. Todos los meses lo recorro con mi ingeniero, Felipe Llavallol, y los ingenieros de ADP, para ver el por qué de los cambios. Tenemos un contrato de largo plazo, yo les arriendo el campo, pero estoy tranquilo por cómo se produce y por cómo se cuidan los recursos. Tenemos un plan de rotaciones consensuado entre el propietario del campo, ADP y el ministerio de Agricultura, eso es una garantía para todos. Debemos cuidar la tierra porque es lo que nos da de comer.

¿En Argentina proceden de ese modo, deben presentar planes de uso y manejo del suelo?
No. Ha sido una muy buena medida acá, donde hay un problema de erosión hídrica. En Argentina no porque es una llanura pampeana. Acá me parece fundamental. Cuando vine y observé las cosas que hace el agua cuando caen 100 milímetros de golpe, o más, me di cuenta que lo más valioso es preservar la tierra, que es lo único que perdemos; todo lo que se haga para lograrlo hay que apoyarlo. Y usar las tecnologías. Tenemos todo el campo sistematizado con camellones. La tierra que te lleva el agua no la recuperás nunca más. Otro aspecto fundamental es tener el campo todo el año empastado, con rastrojos. Levantamos la soja en abril y sembramos avena, para que el campo pase el invierto cubierto.

Por lo visto, a Uruguay no llegó para quedarse un rato…
Vine a invertir en un campo para que alguien lo trabaje, yo tenía muchas otras actividades que atender. Y me fue muy bien, estoy muy contento, tuve mucha ayuda de Marcos Guigou, hemos consolidado una relación win win, con un contrato de largo plazo que permite que los objetivos de ambos converjan para preservar la tierra, que es el capital. Veo la pujanza de esta zona y me alegra estar, me siento muy a gusto, veo una onda más positiva, más ganas, más optimismo, aunque en Argentina hay un año de expectativa, de transición y creo que las cosas mejorarán.


Datos personales

 Julio Zorraquín nació el 17 de enero de 1950, en Buenos Aires, Argentina. Es casado (desde hace 38 años) con María Pía Ureta Sáenz Peña y tienen tres hijas.
Ha sido y es empresario en diversos rubros; preside la Fundación Horacio Zorraquín (dedicada a potenciar la educación promoviendo valores en los colegios).
Su pasatiempo es el deporte (jugó al rugby, practicó sky y hoy juega al golf) y la pesca con mosca.
Es hincha de San Lorenzo

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