viernes, 28 de noviembre de 2014

De unidad productiva a empresa dinámica



La empresa agropecuaria argentina ha evolucionado notablemente en lo productivo transformándose paulatinamente en modelo para el mundo. En muchos aspectos Argentina marcha a la vanguardia en el desarrollo de sistemas productivos mostrando el dinamismo de la empresa agropecuaria, particularmente, desde lo tecnológico. Pero esto no es suficiente y algunas prácticas deberían repensarse a la hora en emprender una empresa agropecuaria.-

La empresa agropecuaria moderna, en nuestro país, es, en general, una unidad productiva especializada en la utilización y gestión de procesos altamente tecnificados con un profundo conocimiento de las tecnologías de producción. Modelo para muchos países productores de bienes primarios, la especialización en este ramo ha llevado a que Argentina sea considerada un país con alto desarrollo al respecto. En este aspecto, el productor argentino es, digamos, “campeón en producción”. Pero estas cualidades, ¿son suficientes en el cambiante contexto en el que se mueven las empresas contemporáneas? Quizás sea hora de repensar la orientación que, en general, se le dá a las explotaciones agropecuarias para evolucionar y transformarlas, paulatinamente, en empresas dinámicas con una visión integral del negocio y un mejor aprovechamiento de los recursos. A las cuestiones relativas a la gestión es necesario agregar, y como detalle no menor, las perspectivas de mediano y largo plazo del negocio agropecuario en nuestro país, visto las posibilidades productivas y la coyuntura y necesidades del mundo. El escenario futuro se muestra como potencialmente favorable para nuestro país como ofertante de bienes primarios. “Darle de comer al mundo” que seguirá demandando firmemente nuestros productos, requerirá un mejor aprovechamiento de los recursos, desde lo productivo y desde lo empresarial.-
Hay algunas preguntas que, quien gestiona una empresa del sector agropecuario debería hacerse sesudamente para enfocar su planteo desde un punto de vista empresario. La mera referencia hacia la explotación que habitualmente se hace – el “campo”-  muestra como está orientada la gestión del negocio en prácticamente, una sola dirección. “El campo” debe evolucionar hacia “mi empresa”, no ya desde lo semántico, sino desde lo práctico, pero sobre todo, desde el enfoque que se pretende dar al negocio. Pensar la empresa desde una óptica integral para hacer una mejor utilización de las capacidades y posibilidades del productor rural. Otra muestra de la gran especialización agropecuaria es la priorización hacia “lo productivo” que existe en los eventos y publicaciones del sector. Una proporción muy mayoritaria de los asuntos que le “interesan” al empresario agropecuario tienen que ver con aspectos productivo-tecnológicos, y esto es, una vez más, una muestra del perfil con el que se lleva acabo el negocio.-
Ahora bien, ¿Qué hacer para cambiar esta dinámica? Desde ya que no hay que desatender estas cuestiones. La sabiduría acumulada no debe despreciarse ni desestimarse, sino complementarse con otros aspectos. La coyuntura inmediata quizás no sea la más favorable y en muchos casos está generando una clara descapitalización en pos de sostenerse en el negocio. Pero las perspectivas son buenas a mediano plazo y quizás, el sector agropecuario, sea el que vislumbre con más claridad hacia donde debería ir su negocio. Dejando de lado el análisis macroeconómico y la coyuntura política, las posibilidades a futuro de la producción agropecuaria son inmejorables. La humanidad en general está demandando cada vez más alimentos y el progreso social en algunas latitudes como en China, India y algunos países africanos son una oportunidad para nuestro país. Nuestra dotación de recursos naturales y el grado de conocimiento productivo son fortalezas que nos dan un “plus” a la hora de “vendernos” como oferentes de bienes primarios. Hagamos entonces de nuestras Unidades Productivas verdaderas Empresas consolidadas fundamentalmente, pero no exclusivamente, en la producción, utilizando una perspectiva integral del negocio.-
Hace falta reafirmar e instaurar como prácticas comunes conceptos tales como la estrategia empresarial, con visión a 1, 3 y 5 años, la diversificación del riesgo, la planificación y gestión de RR.HH, la utilización de análisis de coyuntura sectoriales, sustentabilidad, análisis de sistemas y otros tantos conceptos que nos ayudarán a hacer de nuestra explotación una empresa dinámica y rentable, no solo a base de producir.-



JUAN IGNACIO LOZANO
Lic. en Economía. Consultor en Agronegocios
Ideas&Economía

Twitter: @ideasyeconomia

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