lunes, 26 de agosto de 2013

Una empresa española exporta megafardos de alfalfa argentina

Alfalfa y Forraje de la Patagonia S.A. le vende paso al mundo. En 2007 comenzó a operar en Argentina. Hoy exportan 30.000 toneladas anuales
La Argentina se caracteriza por sus exportaciones derivadas del campo. Llega a los mercados del mundo con una gran diversidad de productos y lo hace con volúmenes que posicionan al país entre los principales proveedores.
A todo eso, que ya es letra conocida, se le debe sumar un negocio que sigue creciendo: venderle pasto al mundo. Esto es lo que hace Alfalfa y Forraje de la Patagonia S.A. La empresa pertenece al grupo Osés que desde 1943 se dedica a la producción y comercialización de forrajes desde su sede matriz en España, ubicada en el Valle del Río Ebro, a la que sumó en 2007 su operación en la Argentina, inicialmente en Viedma, Río Negro, y luego emplazó su planta de procesamiento industrial en Bahía Blanca, Buenos Aires. Hoy, desde la Argentina, exportan 30.000 toneladas anuales y tienen una expectativa de crecimiento del 20% anual.
La actividad principal de la empresa es el deshidratado de forrajes, los principales productos comercializados son pacas, pellets y cubos deshidratados, pacas secadas al sol y, en estos momentos están desarrollando una línea de comercialización de semilla de algodón y pulpa de remolacha para dar un servicio completo a los clientes.
Gabriel Perrin, gerente de Alfalfa y Forraje de la Patagonia, explicó que “En la Argentina, además de la planta industrial de Bahía Blanca, contamos con un campo propio en la localidad de Pomona, en el Valle Medio del Río Negro, y otros arrendados en Viedma y San Javier, del Valle Inferior del Río Negro”. En el campo de la empresa riegan 600 hectáreas por aspersión, a través de pivotes, y tienen planificado llegar a regar 3.000 en 5 años. En las 1.200 hectáreas de campos arrendados el riego es por inundación.
“En nuestro campo –agregó-, desarrollamos un proceso de inversión enfocado a la producción intensiva de alfalfa de primera calidad, con sistemas de riego de última generación y maquinaria de punta en henificación y movimiento de suelo”.
“Con los productores que nos proveen de alfalfa firmamos acuerdos a través de los que les ofrecemos un servicio de asesoría y capacitación técnica sobre los cultivos y sobre la utilización de la maquinaria específica para la confección de megafardos”, indicó Perrin. “Compramos alfalfa en todo el país -agregó-, siempre que las condiciones de calidad y logística sean acordes a nuestros requerimientos. Entre otros orígenes, procesamos alfalfa de Córdoba, San Luis, Mendoza, sur de Buenos Aires y La Pampa”.
De esta forma, cuidando todos los aspectos que les permiten obtener alfalfa de alta calidad, llegan a los mercados de Oriente Medio y esperan la apertura del mercado chino que actualmente está en etapa de intercambio técnico entre los organismos de control sanitario de ambos países. Los envíos se realizan con el forraje acondicionado en megafardos de 800 kilos de peso promedio, prensados y conformados a la medida de los contenedores.
La producción de megafardos a campo no solo permite asegurar una calidad óptima en el henificado sino también optimizar el transporte, la carga y descarga del camión, el almacenaje en la planta y también trabajar a nivel industrial, con una reducción en los costos muy importante, en toda la cadena productiva. La empresa elabora megafardos de forraje en rama de alfalfa a través de una prensa estática de última generación, logrando aumentar el peso de los fardos provenientes del campo en hasta un 100%.
“Los mercados internacionales exigen altos estándares de calidad y son cada vez más rigurosos en este aspecto. China, por ejemplo, además pide la trazabilidad de lo que compra”, relata Perrin. Esta es la razón por la que la empresa pone foco en la calidad en todas las áreas de la producción: la elección del suelo, la implantación, las labores de recolección, el almacenaje, el transporte y, por supuesto, el procesamiento en la planta de Bahía Blanca. En cada uno de esas etapas, se controlan los parámetros ligados a los contenidos de proteína, humedad y fibra, entre otros.
Para alcanzar estos altos niveles de calidad también trasladan la exigencia a la maquinaria que emplean en el proceso. Trabajan con toda la línea forrajera de Claas. Utilizan las segadoras 3100 y 9100, los rastrillos Liners y las enfardadoras primáticas Quadrant 3200. Perrin justifica esa preferencia por la marca: “La línea de equipos forrajeros de Claas es de primerísima calidad y queremos producir en la Argentina forraje con la mejor maquinaria disponible”.
La planta de procesamiento se encuentra instalada en el Parque Industrial de Bahía Blanca, en un predio de 10 hectáreas en el que se construyeron 12.000 metros cuadrados de naves para el almacenaje y procesamiento de la alfalfa que va a exportación. Esas instalaciones garantizan la conservación de las características físicas del forraje. Allí también se encuentra la prensa electrohidráulica para la compactación de los fardos.
Esas instalaciones tienen la aprobación de la Aduana Argentina para la operación de consolidación y carga de contenedores, bajo el sistema conocido como “Operador en Planta”.
La inversión inicial de Alfalfa y Forraje de la Patagonia S.A. fue de 5 millones de dólares, otros 3 millones son los que se están ejecutando en ampliaciones de la capacidad de almacenaje de la planta industrial y en equipos de riego y maquinaria de alta tecnología para el manejo de forrajes.

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